El vicepresidente es algo más que un comodín desechable
No hay ninguna razón para que Julio Cobos deba renunciar, aún cuando se haya convertido en un líder opositor.
No hay razones políticas. Cristina Kirchner y Julio Cobos fueron electos por la misma fórmula, pero en ninguna parte dice que ambos integrantes deban pertenecer al mismo partido o mantener las mismas ideas.
Vicente Solano Lima (conservador popular), compañero de fórmula de Héctor J. Cámpora, y Carlos Chacho Álvarez (Frepaso), acompañante de De la Rúa, no pertenecían a los mismos partidos de sus jefes. Y el hecho de que el primero continuó siendo fiel a su líder y el segundo no, fue consecuencia de las contingencias políticas.
No hay razones legales. Ninguna norma de la Constitución exige que el matrimonio presidencial se deba llevar bien o tener las mismas ideas. Es más, fueron muchos los vicepresidentes que, aún siendo del mismo partido, discrepaban con el presidente. La Constitución les asigna, a presidente y al vice, funciones distintas y, a lo sumo, al segundo, una vocación de reemplazo y sucesoria. Pero, por otra parte, la propia Constitución incorporó otra figura, la del jefe de Gabinete, que bien podría ser de un partido distinto que el Presidente, si se diesen ciertas circunstancias políticas y el Presidente aceptase nombrarlo. Días antes de la caída de De la Rúa, el peronismo le planteó al ex presidente radical que nombrase a un jefe de Gabinete peronista. Hubiese sido un caso de cohabitación, algo que finalmente no ocurrió. Si el jefe de Gabinete puede ser de otro partido, porqué no va a poder serlo el vicepresidente. Y, también en el plano jurídico, la primera mandataria no se ve privada de realizar ningún acto por el hecho de que Cobos siga en su cargo: puede firmar proyectos de ley, decretos de necesidad y urgencia y decretos delegados, los instrumentos jurídicos más fuertes de los que dispone un presidente, sin la necesidad de requerirle siquiera la firma al vicepresidente.
Tampoco hay razones institucionales. Cobos, cuando ejerció el Poder Ejecutivo, no lo hizo nunca en contra de la dirección que imprime la presidente. A lo sumo, pone de manifiesto sus discrepancias desde el rol que le es propio: ser presidente nato del Senado
Llama la atención que algunos líderes políticos de la oposición estén instando, junto con el Gobierno, la renuncia de Cobos, en un escenario donde los votos de la oposición no sobran. Y llama más aún la atención que este debate surja en medio de una discusión tan importante como el de las reservas del BCRA.
Acaso, afanes partidistas individuales hacen perder la mirada de la importancia de un debate institucional más profundo.
Si Cristina Kirchner o su marido se equivocaron al elegir a Cobos como compañero de fórmula, ahora no pueden desecharlo como si fuese un accesorio prescindible del vestuario presidencial. Cobos fue electo por el mismo período que la Presidenta. Y, en todo caso, el país ya atravesó otras etapas traumáticas donde hubiera sido necesario tener un vicepresidente en situación de suceder al primer mandatario y eso no ocurrió.
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