El triunvirato femenino en el que basa su poder Cristina Kirchner
La vicepresidenta, quien llegó anoche de Cuba, definió el manejo del Senado
Un mes después de haber asumido la vicepresidencia, Cristina Kirchner ya ocupó casi todos los casilleros que hacen al manejo del Senado. Lo hizo desplegando una estructura de poder que se basa en tres pilares ocupados por otras tantas mujeres, cuya característica principal es una extrema lealtad mostrada a lo largo de los últimos años.
Provenientes de La Cámpora, la pampeana María Luz Alonso y la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti son las poleas de transmisión en materia administrativa y legislativa, respectivamente, de las órdenes de Cristina Kirchner, quien anoche llegó a Buenos Aires, procedente de Cuba, adonde había viajado para compartir las fiestas de fin de año con su hija Florencia.
El triunvirato femenino que rodea a la expresidenta se completa con la abogada Graciana Peñafort. Nombrada directora general de Asuntos Jurídicos, tiene la estratégica misión de "cuidar la firma de la señora", como definió un miembro del staff kirchnerista el trabajo de esta letrada que cobró notoriedad como una de las más férreas defensoras de la ley de medios.
Designada con acuerdo del pleno de la Cámara alta al frente de la Secretaría Administrativa, la confianza de la expresidenta en Alonso quedó reflejada en el decreto que Cristina Kirchner firmó, a poco de asumir la presidencia del Senado y que delegó en la joven de 34 años, licenciada en Economía, una amplia gama de facultades que la han convertida en una suerte de "supersecretaria".
Esto ha quedado demostrado en la gran cantidad de resoluciones administrativas que la funcionaria emitió en el poco tiempo que lleva en el cargo, en su mayoría altas y bajas de personal político de los senadores; y que han impedido que la ausencia de la vicepresidenta, por su viaje en Cuba, paralizara el funcionamiento de la Cámara alta.
El caso de Fernández Sagasti reviste algunas particularidades. Es senadora nacional, por lo cual no fue designada por decreto, y su papel protagónico es en materia política, no administrativa.
No es un rol nuevo para ella, ya que desde que desembarcó en el Senado es una incansable nexo entre la terminal en la Cámara de Diputados que es el despacho de Máximo Kirchner y el bloque de senadores kirchneristas.
La confianza de Cristina Kirchner en esta senadora no se vio modificada por la llegada de la expresidenta a la Cámara alta hace dos años ni tampoco ahora que el peronismo se ha unificado en una única bancada bajo la conducción de José Mayans (Formosa).
Más aún, todo indica que Fernández Sagasti será la elegida para presidir la Comisión de Acuerdos del Senado, sitial estratégico si se tiene en cuenta que por ahí pasarán las designaciones de jueces y fiscales, un área sensible que siempre obsesionó a la expresidenta.
Otro sitial clave en la estructura de poder montada por la presidenta del Senado es la dirección general de Auditoría y Control. Ese casillero fue ocupado por Susana Baum, una neuquina de extrema confianza del ahora senador Oscar Parrilli.
La primera misión de Baum será llevar adelante la revisión de los cuatro años de gestión de Gabriela Michetti al frente del Senado. Este trabajo, según confiaron voceros kirchneristas, debería estar listo dentro de los próximos sesenta días y su resultado pasará por las manos de Peñafort y de Alonso, antes de llegar al escritorio de Cristina Kirchner y ver la luz pública.
Pero en el manejo del Senado en la era Cristina Kirchner no todo son mujeres. Algunos hombres también han sido designados en cargos estratégicos.
Hombres de confianza
Uno de ellos es la Secretaría Parlamentaria, cargo para el que la vicepresidenta eligió a Marcelo Fuentes. Exsenador por Neuquén, concluyó su mandato el 10 de diciembre último, fue una de las espadas políticas y verbales más filosas del kirchnerismo en el recinto de la Cámara alta durante los años alejados del poder. Como Alonso, llegó a ese lugar con el respaldo de los senadores.
En la lista de leales colaboradores también aparece Miguel Ángel Villagra. Miky es de Victorica, el mismo pueblo de La Pampa del que es oriunda Alonso, quien lo propuso para la dirección general de Recursos Humanos. Dirigente de La Cámpora, perdió la oportunidad de convertirse en intendente de su ciudad por apenas un voto en las elecciones comunales de mayo pasado.
Por último, aunque en un cargo de poco peso, también se destaca Martín Fresneda. Con pasado como funcionario de los gobiernos kirchneristas, llegó a ser secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, este abogado de la organización HIJOS y exlegislador provincial en Córdoba fue designado en el Observatorio de Derechos Humanos del Senado.
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