El Senado dio ingreso a los pliegos de Lijo y García-Mansilla, pero el avance dependerá de Milei

En el arranque de la sesión para tratar la Ley Bases y el paquete fiscal, la batalla legislativa más relevante para Javier Milei, el Senado le dio ingreso a los pliegos impulsados por el Presidente que designan a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como jueces para ocupar las vacantes de la Corte Suprema de Justicia, el primer paso formal en el Congreso.

Mientras intenta aprobar las reformas económicas, Milei avanza con su idea de designar a Lijo, el blanco de duros cuestionamientos provenientes de distintos sectores, y García-Mansilla en la Corte. Para lograr su objetivo de colocar a Lijo, uno de los jueces más emblemáticos y controvertidos de Comodoro Py, y García-Mansilla, el Presidente tendrá que construir consensos con la oposición, sobre todo, con el kirchnerismo y el PJ, ya que debe seguir el mecanismo establecido en la Constitución: los magistrados del máximo tribunal necesitan el acuerdo del Senado con el voto de los dos tercios de los presentes.

Tras el ingreso formal al Senado, los pliegos serán enviados a la Comisión de Acuerdos, que preside Guadalupe Tagliaferri (Pro-CABA), una dirigente cercana a Horacio Rodríguez Larreta y el radical Martín Lousteau.

A partir de ahora, no hay un plazo establecido ni un tiempo “procedimental” que obligue a Tagliaferri a apurar el tratamiento de las nominaciones, según indicaron a LA NACION fuentes legislativas. De hecho, el pliego de Daniel Rafecas, quien fue impulsado por Alberto Fernández para ocupar la Procuración General de la Nación, aún permanece en el limbo de la comisión de Acuerdos.

Por lo tanto, el avance de las designaciones de Lijo y García-Mansilla dependerá de los pactos políticos que tejan Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel en las próximas semanas para reunir los dos tercios.

Quienes frecuentan a Tagliaferri sugieren que no planea poner obstáculos a los deseos del Ejecutivo, pero repite que Milei necesita ocuparse de juntar voluntades. En la oposición dialoguista -incluso en las filas de La Libertad Avanza- provoca incomodidad la apuesta por Lijo. Ante todo, la propuesta del libertario disgustó a los leales de Mauricio Macri. Hasta ahora, el expresidente no se pronunció públicamente sobre el tema, aunque dio señales de que lamenta la decisión “inconsulta” de Milei. ¿Podrá objetar esta jugada después de haber pedido que se voten a libro cerrado las reformas económicas?

El oficialismo, no obstante, luce confiado y se jacta de tener chances de lograr los apoyos. El silencio de Cristina Kirchner y los gestos de sus soldados en el PJ parecen señales de que el sector más duro de la oposición podría acompañar a Lijo, un juez con terminales en la mayoría de las fuerzas políticas más influyentes.

Además, resta saber si se abrirá una negociación en la que los libertarios apelen al reparto de cargos para blindar lealtades. En el tratamiento de la ley bases Milei dio muestras de que no le tiembla el pulso a la hora del toma y daca. ¿Qué hará Lousteau, jefe de la UCR y aliado porteño de Daniel Angelici, uno de los principales impulsores de Lijo? ¿Los gobernadores radicales más afines a la Casa Rosada votarán en contra si el PJ le garantiza los votos al juez? Son enigmas que sobrevuelan “La Casa”. Por lo pronto, el mandatario cordobés Martín Llaryora (HCF) ya dio pistas: no tiene objeciones a la figura de Lijo.

Plazos

En ese contexto, Tagliaferri moverá sus fichas y convocará a las audiencias cuando el oficialismo lo disponga. En otras palabras, Milei deberá pedir que se ponga en marcha el proceso. Por ahora, Villarruel ni los armadores de LLA en el Senado hicieron un gesto para acelerar. “No sabemos si se están ocupando de buscar los votos. ¿Los tendrán? ¿Para los dos?”, comenta, atónito, un integrante de la bancada de Pro, a cargo de Luis Juez, uno de los más fastidiados con la nominación de Lijo.

Tagliaferri debe convocar a la audiencia pública quince días antes de la fecha establecida. Habrá siete días corridos para la presentación de impugnaciones y adhesiones. Todo eso antes de que los pliegos lleguen al recinto y obtengan o no acuerdo de la Cámara alta.

Después de que Milei eligiera a Lijo y García-Mansilla para ocupar las vacantes de la Corte, el Ministerio de Justicia puso en marcha el mecanismo del decreto 222/03 de exposición de antecedentes de los candidatos a la opinión de particulares y entidades. El procedimiento de exposición pública se completó hace unos días.

Críticas al proceso

Sin embargo, la Red de Entidades por la Justicia Independiente de la Argentina (Rejia) le pidió al Gobierno que retire del Senado el pliego que postula a Lijo, con el argumento de que hubo incumplimientos e irregularidades vinculados al procedimiento y los requisitos que plantea el decreto 222/03, que regula el proceso para postular a un miembro del máximo tribunal.

A través de un escrito sostenido con la firma de la decena de entidades civiles, académicas y profesionales que integran la red, Rejia advirtió que el procedo que encabezó Mariano Cuneo Libarona “adolece de vicios e incumplimientos que lo afectan como acto jurídico válido”.

Entre las irregularidades, Rejia destaca la “parcialidad” de Cúneo Libarona hasta los incumplimientos del propio Lijo frente a los requerimientos del proceso. Sin embargo, Milei avanzó igual. Mientras tanto, Lijo tendrá en sus manos otra investigación que salpica al Gobierno: la denuncia que hizo hoy el abogado kirchnerista Federico Paruolo contra la senadora Lucila Crexell por presunto cohecho. Fue horas después de que se filtraba un documento interno de la Cancillería que tramitaba su pliego como embajadora ante la Unesco. Hasta hace poco, Crexell dudaba de votar a favor o en contra de la Ley Bases. ¿Principio de revelación? Milei suele repetir como un mantra que “la victoria en la guerra no depende de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo”.