El saldo de la gira de Alberto Fernández, bajo la mirada de diplomáticos y expertos
Aunque celebraron la asistencia a dos cumbres internacionales, criticaron que el Presidente expusiera la política interna ante otros países y que restringiera sus discursos a la deuda
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Con la gira que finalizó este martes, el presidente Alberto Fernández participó por primera vez de manera presencial de una cumbre internacional. El mandatario voló a Roma, Italia, para asistir al G-20, y también hizo una escala en Glasgow, Escocia, para participar de la Cumbre de Líderes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). En su debut presencial, algunas de sus intervenciones fueron al menos llamativas y la participación del mandatario argentino dejo fotos que todavía recorren las redes sociales.
En mayo ya había visitado Europa pero en el marco de una gira presidencial. Aquella vez, el cronograma incluyó Portugal, España, Francia e Italia. Debido a la pandemia, había participado de otras cumbres junto a sus pares mundiales pero de manera virtual.
La primer parada fue el G-20. En su discurso, Alberto Fernández apuntó contra Mauricio Macri y el FMI: aseguró que la deuda que afecta a la Argentina es responsabilidad de ambos. “Me impresiona que en una cumbre de G20 se hable de un expresidente. Todos deben tener rivales internos pero no se escucha a los presidentes hablar de sus antecesores. Hay un localismo, como que nos quedó muy grande el G.-20″, opinó en dialogo con este medio el politólogo Fabián Calle, especialista en relaciones internacionales. El exembajador en China durante el gobierno de Cambiemos, Diego Guelar, resumió: “Es un hecho sorprendente a nivel internacional”.
Por su parte, el también exembajador Mariano Caucino lo consideró un “grave error” porque “para los ojos del mundo la Argentina es una sola”, y agregó: “Responsabilizar de todos los males a las políticas neoliberales es olvidar que estamos en el G-20 gracias a las reformas de modernización del país que se hicieron en los años 90″.
Para Caucino, que ocupó las sedes diplomáticas de Israel y Costa Rica, Fernández cometió otro error cuando faltó a la foto informal con los mandatarios en la Fontana di Trevi. “Puede ser interpretado como un gesto de desprecio a las autoridades italianas anfitrionas de la cumbre”, apuntó. En el mismo sentido se expresó, Ricardo Lagorio, exembajador en Rusia durante la gestión de Cambiemos y exasesor de Daniel Scioli: “Siempre hay que estar presente. No hay fotos protocolares, todo hace a un circuito y asistieron todos los mandatarios”, señaló.
Respecto al discurso de Fernández, Lagorio dijo a LA NACION: “No creo que sea lo más correcto, fue un poco monotemático con el tema deuda. El mundo tiene otras preocupaciones, hay que hacer otros aportes a la gobernanza”. Sucede que en su otro discurso, el que tuvo lugar en Glasgow, Alberto Fernández propuso, entre otras cosas, crear un comité sobre financiamiento que tenga en cuenta las deudas de los países.
“El G-20 sí puede ser un foro más oportuno para plantear ese tema, pero es muy difícil tratar de vincular la deuda argentina con la agenda ambiental de Estados Unidos”, señaló el analista internacional Ignacio Labaqui, quien consideró que el discurso apuntaba a “un público interno” y el Presidente intentó “dar un mensaje a otro países y a la vez tratar de sacar algún provecho interno”.
De todos modos, Labaqui destacó que Fernández logró mantener en agenda los dos temas que le interesaban. “Que estén en la declaración es positivo, eso no quiere decir que se va a cumplir”, señaló, en alusión a los sobrecargos de la deuda que el país busca rediscutir con el Fondo y la creación de un fondo de resiliencia para países pobres. Pero aclaró sobre el primer punto: “La lectura del Gobierno fue exageradamente optimista”. Sucede que, según su visión, lo presentaron como un triunfo, dando por sentado que el FMI va a ceder, pero la declaración del organismo solamente señala que “esperan con interés que se siga debatiendo”.
Con @alferdez en el G20, hablamos de las crisis en América Latina, en particular de Venezuela y Nicaragua. Otra crisis estaba en el centro de nuestras preocupaciones: el clima. Tenemos que liderar el camino, para ponerle fin a las subvenciones a los combustibles fósiles. pic.twitter.com/YZ5TIqQavs
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) October 30, 2021
No fue la única vez que las comunicaciones del gobierno argentino difirieron con las de otros países. Tras la reunión bilateral que mantuvo con el mandatario argentino, el presidente francés, Emmanuel Macron, reveló que con Alberto Fernández había conversado sobre las crisis que atraviesan Nicaragua y Venezuela, situación que el gobierno argentino evitó condenar en reiteradas oportunidades. Fernández había comunicado que hablaron sobre “la acción climática, la preservación de la biodiversidad, la defensa de los DDHH y la igualdad de género”.
Otro de los sinsabores de las dos cumbres fue que Fernández no logró una reunión bilateral con el estadounidense Joe Biden. Debió conformarse con un encuentro casual en la antesala del G-20, donde Fernández lo saludó de manera muy efusiva. Las imágenes se replican y el Presidente también saludó con gestos informales, como si fueran familiares, al exsecretario de Estado estadounidense y enviado especial al G-20, John Kerry, quien optó por quitarle la mano al mandatario argentino. En el mismo video que circuló por redes sociales se ve que, a un costado de ambos políticos, pasa raudamente la canciller alemana Angela Merkel, como intentando evitar el contacto con ellos.
“No es una forma de comunicación internacional”, sentenció Guelar. “El excesivo toqueteo no corresponde, es mucho más serio darse la mano, la investidura presidencial hay que respetarla. Un abrazo puede ser muy bueno pero no es necesario en otras culturas ¿Qué queremos demostrar? Es simplemente una foto, pero prefiero la sustancia”, analizó en el mismo sentido Lagorio.
El Gobierno sumó otra “desprolijidad” al modificar a último momento su postura sobre el compromiso para frenar la deforestación. En un principio, la Argentina no figuraba en una planilla oficial que enumeraba a los países que habían adherido pero luego se sumaron mediante un video, ya que nadie de la comitiva pudo asistir personalmente porque coincidió con la exposición de Alberto Fernández. “Es desprolijo, hay que cuidar mucho las formas”, señaló Lagorio. “Son conductas que escapan a la comprensión”, apuntó Guelar.
“Me parece que es una continuidad de una no adecuada inserción en el sistema internacional. Las cumbres requieren años de preparación, hay que cultivar relaciones”, cerró Fabian Calle. Por su parte, Lagorio analizó: “La diplomacia es una construcción. Yo no vi ningún aporte sustantivo de la Argentina. Me hubiese gustado un mayor activismo: más reuniones, más propuestas de futuro. De todos modos, destacó el anuncio de inversión de 8400 millones de dólares por parte de empresarios australianos, señaló la importancia de los viajes presidenciales y celebró que el Presidente haya asistido, ya que la Argentina debe estar representada en ambos eventos.
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