El riesgo es que se tome como un intento por evadir el fallo de EE.UU.
Las noticias referidas a una reapertura del canje de deuda y un cambio del domicilio de pago provenientes de nuestro país me encuentran en un uso horario muy avanzado y lejos de mis archivos, como para poder opinar en forma adecuada. Tomen estas líneas, entonces, como una primera evaluación.
Entiendo que el mensaje presidencial de ayer tuvo por objetivo el envío de un proyecto de ley al Congreso, y anunció una voluntad de cambio de la jurisdicción y del domicilio de pago de los bonos ya emitidos con legislación extranjera.
Sin tener el texto del proyecto de ley, interpreto que la Presidenta se refirió a una iniciativa que deje de lado la llamada "ley cerrojo", que impidió que quienes no hubiesen entrado al canje quedasen con bonos que no cotizan en los mercados internacionales, lo que castigó su valor y liquidez. Para lo único que el Poder Ejecutivo necesita ir al Congreso es justamente para dejar de lado esa ley. Si esto es así, es un hecho muy positivo.
La ley cerrojo tuvo razón de ser en un momento muy distinto de la Argentina actual, cuando teníamos que cerrar un canje de deuda que ciertamente no contaba con el beneplácito de importantes actores de las finanzas internacionales y necesitábamos el mayor porcentaje de adhesión posible. Hoy estamos en un mundo muy distinto, en el que la crisis griega, y su contagio en la crisis chipriota, y las turbulencias en toda la periferia del euro han permitido que sectores clave tengan una mirada mucho más constructiva de los procesos de reestructuración de deuda. En este contexto es muy valioso dejar reabierto el canje y tal vez dejar un fideicomiso donde, con una periodicidad por determinar, los bonos que se presenten sean automáticamente canjeados. Sería una forma de ayudar a minimizar el problema de la deuda no regularizada.
Participantes clave
En cuanto al cambio de jurisdicción y del domicilio de pago, es parte de una dinámica de funcionamiento del sistema mundial de pagos muy delicados desde el punto de vista legal. Hay que asegurar que lo que se haga en este sentido no pueda ser visto como una forma de evadir los fallos de la justicia de Nueva York, ya que desde el fallo en primera instancia del juez Griesa quedó muy en claro que no sólo se refería al proceder de la Argentina, sino también a los participantes clave del sistema de pago de los bonos que permiten el pago de los intereses, las amortizaciones de capital y los warrants ligados al crecimiento del PBI. En esto se incluye tanto al fiduciario de los bonistas, el Banco de Nueva York, como también a DTC -equivalente a nuestra Caja de Valores- y a otras entidades que tienen un rol instrumental muy importante.
Esta visión fue plenamente ratificada por el fallo del viernes pasado de la Cámara de Apelaciones de Manhattan. Podría suceder que, teniendo en cuenta que el caso está ventilándose en los estrados con dos fallos negativos para la Argentina, DTC se niegue a transferir bonos a otra jurisdicción para no quedar en una situación de complicidad para ayudar a evadir un fallo de los tribunales de Nueva York, situación que señaló el juez Griesa explícitamente en su fallo.
En ningún momento se debe perder de vista que lo que se está jugando es el acceso futuro de la Argentina al mercado financiero neoyorquino, el más competitivo del mundo. En los últimos años el Gobierno eligió evitar el endeudamiento externo para endeudarse, en cambio, con el Banco Central y con los futuros jubilados, a través de la Anses; pero esta estrategia está llevando a crecientes inconsistencias macroeconómicas que se manifiestan en una inflación creciente y elevada, y en la distorsión marcada entre el ahorro y el consumo.
Hay también un debilitamiento del balance del Banco Central como consecuencia de esta estrategia, que, aunque abstracto para el gran público, constituye un factor central para la disuasión de posibles crisis bancarias y de turbulencias financieras futuras.
Por todo ello es muy posible que el próximo gobierno de la Argentina, incluso éste, al que le faltan más de dos años de gestión, quieran volver al mercado financiero internacional, y deben tener la posibilidad de poder hacerlo de la mejor manera posible.
- 1
- 2
Escala la pelea en la Corte Suprema: Lorenzetti estalló contra sus colegas, que le respondieron con dureza
- 3
Dinero, control policial y culto a la personalidad. El sistema que montó Gildo Insfrán en Formosa y que la Corte buscó clausurar
- 4
Una “cueva” y dos cuentas: así fue la trama que llevó al juez Lijo a sobreseer a Andrés Vázquez, actual director de la DGI