El refuerzo social de Milei todavía no impactó, los depósitos de Capital Humano están “vacíos” y la situación social se agudiza en la última semana del año
La inflación retrae el consumo en los sectores más postergados que llegan muy golpeados a las fiestas; las organizaciones sociales no recibieron mercadería de Nación y persistirán en su reclamo “hasta tener respuestas”
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A sabiendas de que las consecuencias negativas del shock que impulsa golpearían especialmente a los sectores más postergados, el presidente Javier Milei, apegándose a lo dicho en campaña –que el Ministerio de Capital Humano tendría la “billetera abierta” para darle asistencia “a los caídos”– ordenó a través de su ministro de Economía, Luis Caputo, un aumento del 50% en la Tarjeta Alimentar y una duplicación de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Dos medidas especialmente diseñadas para mitigar el impacto que el reseteo de la Economía genera en los sectores más vulnerables.
Sin embargo, ese refuerzo todavía no traspasó la forma del anuncio –se recibe recién en enero– y lo único que hay, por ahora, en la antesala a las fiestas, es una aceleración de la inflación que golpea a los sectores más desprotegidos.
El Instituto de Investigación Social, Económica y Política (Isepci) elabora una serie de informes mensuales con mediciones que siguen muy de cerca las variaciones de los precios de la canasta básica en almacenes de “cercanía”, es decir, en los negocios de los barrios populares. Son lugares que quedan por fuera de la onda expansiva del Indec pero, fundamentalmente, donde no llegan las ofertas de las grandes cadenas, ni los programas de precios, hasta hace poco vigentes, como Precios Cuidados.
En la semana que viene el Isepci tendrá el número de la inflación de diciembre. ”Probablemente esté por encima del 25%”, señala a LA NACION Isaac Rudnik, su director. Aunque con “vaivenes”, el resultado del trabajo mensual de este instituto, en general, arroja regularmente un número superior al del Indec. Por ejemplo, para el organismo conducido por Marco Lavagna, la inflación del mes pasado fue de 12,8%. La del Isepci fue de casi 15 puntos. Si bien no son números comparables porque el objeto de medición es distinto (uno mide exclusivamente los 57 productos de la canasta básica en los barrios y el otro es un compendio mucho más amplio que abarca esferas como la cultura y la hotelería), la ponderación ofrece una imagen más certera del impacto real de la inflación en los barrios.
Por ejemplo, tal como señala el último informe, la canasta básica “pasó de $64.134,25 en diciembre de 2022, a $182.905,48 once meses después. Es decir, durante el presente año acumuló un aumento de 185,19%”. A esa suba falta añadirle la de diciembre, estimada en torno al 25%. Si la proyección de Rudnik se confirma, una familia tipo necesitará casi 230.000 pesos para escaparle a la pobreza. Muy por encima del Salario Mínimo, Vital y Móvil situado en $156.000.
“Es común hablar de precios pisados”, señala Rudnik en referencia a las explicaciones que, según dice, dan los empresarios sobre algunos saltos en los precios. “Pero nosotros, como consumidores, lo que experimentamos es que estamos pisados por los precios”, grafica el experto que en sus mediciones registró una sensible merma en el consumo, especialmente en la carne. “Tanto bajó que en los últimos días hubo una moderación en el ritmo de incremento [de precios] porque hubo una baja abrupta en el consumo”, remarca.
Depósitos vacíos
La inestabilidad en los precios tiene un revés inesperado. El ministerio de Capital Humano repartió la misma respuesta entre las organizaciones sociales que con insistencia reclamaron en los últimos días por un refuerzo para los comedores: “No nos quieren vender”, sueltan en el nuevo ministerio. El viernes, por caso, Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, forzó un encuentro con funcionarios de la cartera que dirige Sandra Pettovello, en el que se “tomó lista” de las demandas. De un lado y del otro, aseguran que los depósitos de Capital Humano, hoy, están vacíos. “Había muy poco y ya se repartió”, señalan.
No obstante, algunos comedores recibieron este sábado una asistencia de última hora que bajó desde la provincia de Buenos Aires. En una bolsita blanca con el logo del Ministerio de Desarrollo de La Comunidad, llegaron a esos centros de asistencia barrial un turrón, un pan dulce, una bolsa de maní y otra de garrapiñada. Se trata del “navideño”, un combo que fue entregado con suerte dispar. “En sí es poco, pero a cómo está la situación hoy en día, es algo”, señala un dirigente a cargo de comedores en Almirante Brown.
Algunos comedores pudieron satisfacer la demanda del barrio, otros no alcanzaron a cubrirla, y otros no recibieron nada. “No todas las organizaciones sociales tienen ese acuerdo político con el gobernador [Axel Kicillof]”, señala un referente de la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). El refuerzo que llegará en enero tampoco levanta expectativas: “Por más que llegue ahora o después no va a alcanzar”, dice otro referente barrial con comedores en Ezeiza.
Campañas
“Vivimos el ajuste en carne propia y con mucha más crueldad que cualquier otro sector, pero eso nos ayuda y potencia a estar aún más organizados y ser solidarios”, dijo este sábado Norma Morales, coordinadora de Somos Barrios de Pie, al iniciar una campaña en el Obelisco para recibir donaciones de alimentos para Nochebuena.
“Estamos teniendo el problema de que la mercadería no está llegando a los barrios populares, donde garantizamos la comida, cubrimos la dieta de los adultos mayores, donde damos la comida en los espacios de primeras infancias”, dice Morales a este medio. “Eso se terminó y la situación se agudizó en la última semana, con las medidas que tomó este gobierno tan particular. Somos los que contenemos y apaciguamos en el territorio. No importa el gobierno que esté, nosotros siempre teníamos una respuesta, una caja navideña o algo para compartir con los vecinos”, remarca Morales que, en lo venidero, anuncia la presencia de su organización todos los viernes frente al ex-Ministerio de Desarrollo Social. Será con “ollas vacías” y hasta “recibir respuestas”.
Este domingo por la noche, bajo la consigna “Ninguna familia sin Navidad” y con el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) a la cabeza –uno de cuyos referentes es el exprecandidato a la presidencia Juan Grabois (UP)–, distintas agrupaciones sociales organizaron una comida frente al Congreso para cerca de “2500″ personas en situación de calle. Una Navidad solidaria en la que se anotaron más de 2000 voluntarios y que desafía el pronostico de lluvia y tormenta eléctrica . “No suspendemos. Tenemos muchas carpas”, le dijeron a este medio desde el MTE.
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