El reformismo consagró su mayoría en la FUBA y se afianzó el retroceso kirchnerista en la Universidad
La federación estudiantil seguirá conducida por una alianza de radicales, socialistas, independientes y peronistas no alineados con el Gobierno; fue elegida presidenta Lucille Daniela Levy, de Ciencias Económicas
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Con 75 delegados sobre un total de 130 (casi el 60%), la alianza de radicales, socialistas, independientes y peronistas descontentos con el Gobierno revalidó su liderazgo en la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). La conducción elegida en el congreso de la organización ratificó el retroceso del kirchnerismo y de la izquierda en la universidad, como lo habían reflejado los resultados de las elecciones estudiantiles de abril pasado.
Hubo más amplitud que en la renovación anterior, hace tres años. El Frente Reformista consagró como presidenta de la FUBA a Lucille Daniela Levy, estudiante de la carrera de contador público en la Facultad de Ciencias Económicas y actual consejera directiva de esa unidad académica. La misma sede en la que estudió y militó Axel Kicillof. Será secundada por Jonathan Maidana referente del peronismo no kirchnerista, que tiene la conducción del centro de la Facultad Ciencias Sociales.
Lucille Levy sucederá a Ramiro Fernández Sarraf (Odontología) y llevará la voz cantante en el movimiento estudiantil, en un año en que la Universidad de Buenos Aires elegirá un nuevo rector.
El congreso de la FUBA cristalizó el paso atrás de La Cámpora, que este año perdió uno de los tres centros de estudiantes que conducía en la UBA -Agronomía, que quedó en manos del Frente Reformista- y obtuvo apenas 25 delegados sobre 130. En una alianza con La Mella logró 32 votos en el congreso, por lo que accedió a la secretaría general, reservada a la primera minoría.
El Frente de Izquierda reunió 15 delegados y el Frente Justicialista quedó último, con 6 votos. Hubo dos abstenciones.
Al adelantar la agenda de trabajo que impulsará en su gestión, la nueva titular de la FUBA destacó la creación de una bolsa de empleo centralizada, que vincule a los estudiantes con el mundo laboral. “El trabajo, nos da autonomía y la educación nos ofrece un mejor trabajo”, definió.
Llamó, además, a profundizar las políticas de extensión universitaria, a través de cursos cortos de capacitación en los barrios, orientados la formación en oficios tradicionales y en nuevas tecnologías digitales.
Amplias diferencias
La cómoda ventaja en el número de delegados surgió de la votación realizada entre el 4 y el 8 de abril en todas las facultades de la UBA, en las que fueron a las urnas más de 170.000 alumnos. El Frente Reformista cosechó el 62,5% de los votos, frente al 24,7% del kirchnerismo (La Cámpora, Patria Grande y Movimiento Evita) y el 8,1% del Frente de Izquierda, que descendió en la captación de votos.
En el reformismo prevalece un acercamiento –a nivel nacional- con Juntos por el Cambio, aunque la identificación no es unánime. Integra este frente una agrupación peronista cercana al Rectorado, que se impuso al kirchnerismo en la Facultad de Ciencias Sociales.
Las expresiones del kirchnerismo en la UBA reúnen principalmente grupos que se identifican principalmente con La Cámpora, a los que se suman estudiantes afines al Movimiento Evita y la corriente Patria Grande. La profundización de la crisis nacional dificultó en varias facultades la formación de alianzas con la izquierda, lo que incidió en la derrota en Agronomía, donde hace tres años habían ganado en una lista conjunta y ahora, al ir separados, perdieron por cinco puntos.
En Filosofía y Letras, el kirchnerismo conservó el centro de estudiantes por apenas 85 votos. En la sede de Puán, las divergencias entre las listas identificadas con el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FITU) y las que adhieren a Nuevo MAS derivaron en violentos incidentes en el mes de abril.
El predominio de radicales, socialistas e independientes, que conducen nueve de los 13 centros de estudiantes en la UBA, convirtió el congreso de la federación universitaria en una instancia de mero trámite. El reformismo dio, así, un paso para fortalecer la influencia del sector en la elección del próximo rector de la universidad, que reemplazará a Alberto Barbieri, que había asumido en 2014 y completó dos períodos al frente de la institución, luego de desempeñarse como vicerrector y como decano de la Facultad de Ciencias Económicas durante dos períodos.
“El fuerte respaldo que logramos en las urnas nos aportó más contundencia política, más poder de gestión, más peso en la junta representativa (conformada por los presidentes de los centros de estudiantes) y un mayor número de delegados”, evaluó Fernández Sarraf, el titular saliente de la FUBA, en diálogo con LA NACION.
Frente a la próxima elección del rector de la UBA, el espacio reformista trabajará con los claustros de profesores y de graduados para potenciar al sector. “Nuestra principal bandera es pelear por la autonomía universitaria, no dejarnos influir por maniobras del Gobierno para tener influencia en la elección. Los candidatos tienen que salir de adentro y no de afuera”, dijo a LA NACION el presidente saliente de la FUBA, al desestimar eventuales imposiciones de la Casa Rosada.
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