Elecciones 2019: el recuento de votos finalmente quedó en manos de Smartmatic
La empresa, que hizo sus primeros trabajos para el chavismo, bajó su oferta y reemplazará a la española Indra, que durante 22 años se encargó del escrutinio; el Estado pagará la mitad que en 2015
Fue una larga guerra de lobby y una carrera por bajar los precios para quedarse con el botín. Smartmatic, la empresa de origen venezolano con sede en Londres, finalmente ganó la licitación para realizar el escrutinio de las elecciones nacionales , según informaron a LA NACION fuentes oficiales. Será por la mitad del costo que el Estado pagó en 2015.
Con esta medida, el Gobierno interrumpió una relación contractual de 22 años con la española Indra, históricamente encargada del recuento de votos durante la noche de las elecciones. La decisión se tomó luego de un largo proceso licitatorio donde el Correo Argentino, a cargo de la contratación, ponderó la oferta económica por sobre las cualidades técnicas como mecanismo para elegir un ganador.
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La licitación tuvo una primera etapa en que las cuatro empresas que participaron fueron evaluadas por sus antecedentes (con un máximo de 100 puntos) y sus capacidades técnicas (con una evaluación sobre 200 puntos). Tras un proceso de impugnaciones, Indra obtuvo 100 puntos sobre 100 y 180 sobre 200; la catalana Scytl Secure Electronic Voting, 86 y 174, y Smartmatic International Holding, 82 y 165. La empresa Thomas Gregg & Sons no alcanzó el puntaje mínimo.
Así, las tres empresas que superaron la etapa técnica estuvieron en condiciones de pasar a la compulsa de precios, sin importar el orden de mérito técnico. Con este mecanismo, la firma que hacía la propuesta más económica se quedaba con el contrato: allí radicó la diferencia con las licitaciones en elecciones anteriores.
La puja de precios
Las ofertas de las empresas permanecieron en una caja fuerte controladas con un sistema de cámaras de seguridad. Durante la apertura de sobres, Smartmatic ofreció hacer el trabajo por US$17.093.018; Scytl, por US$17.889.042, e Indra, por US$19.235.000.
Dado que la licitación preveía un "repechaje" entre las dos ofertas que tuvieran una diferencia inferior al 10%, Smartmatic y Scytl volvieron a compulsar. Indra quedó afuera.
Ayer se conoció que en la segunda ronda de ofertas Scytl no modificó su número, mientras que Smartmatic bajó aún más su oferta, a US$16.899.920. Así se hizo del contrato. Un detalle no menor: en 2015, el costo del escrutinio fue de US$33 millones para el Estado.
Esta última etapa no se dio sin ruidos. Porque Indra, fuera de juego, le reclamó al Correo Argentino que suspendiera el proceso y manifestó que sus competidoras no tienen la preparación técnica para hacer frente al proceso electoral argentino.
La adjudicación a Smartmatic, que se oficializará en los próximos días, llega tras un proceso cargado de controversias, en que las firmas desplegaron todo tipo de tácticas subterráneas para promover sus virtudes y desgastar a sus rivales.
Según pudo reconstruir este medio, Jorge Born (h.) tocó puertas de hombres del Gobierno en nombre de Smartmatic, mientras que Ricardo Viaggio, referente local de Indra, protestó ante funcionarios por los cambios en las condiciones de la licitación.
La ganadora
Smartmatic ganó sus primeros trabajos electorales en 2004 en Venezuela, en un referéndum convocado por el fallecido expresidente Hugo Chávez. Trabajó allí 13 años, cuando realizó una denuncia pública por "manipulación" en las elecciones para la Asamblea General Constituyente de 2017, ya en la presidencia de Nicolás Maduro, y retiró a sus oficinas del país.
La empresa participó de comicios en Los Ángeles, Filipinas, Lombardía (Italia) y en un referéndum en Noruega, entre otros. Fundada por dos venezolanos, tuvo capitales privados de ese país, de España, Francia y los Estados Unidos.
En la Argentina, Smartmatic ya había ganado a principios de este año una licitación más pequeña para proveer el software de transmisión de datos desde las escuelas. Con este segundo contrato, también se ocupará del conteo de votos en los centros de cómputos ubicados en Barracas y Monte Grande.
La empresa trabajará en el control y en el recuento de votos para proclamar los resultados de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 11 de agosto, las elecciones generales del 27 de octubre y el eventual ballottage, que se haría el 22 de noviembre.
Ahora, se espera que el Ministerio de Modernización y el Correo Argentino trabajen palmo a palmo con los ejecutivos de la empresa para garantizarse el éxito del operativo. Fuentes oficiales señalaron que podría haber "entre tres y cuatro" pruebas técnicas y simulacros con Smartmatic.
Claves de una licitación controvertida
Cambios en la licitación
El Correo Argentino modificó las condiciones que históricamente tuvo la licitación para el escrutinio provisorio, el proceso de recuento de votos durante la noche de las elecciones. Este año ponderó, sobre todo, la oferta económica.
La salida de Indra
Indra se ocupó de los comicios argentinos durante los últimos 22 años. En esta oportunidad salió primera en el orden de mérito técnico, pero hizo la oferta más cara y se quedó afuera de la compulsa.
Guerra de lobistas
Durante todo el proceso licitatorio, las empresas se lanzaron a una guerra de lobby ante los funcionarios nacionales y se lanzaron acusaciones cruzadas para promover sus virtudes y desgastar a sus rivales.
La empresa ganadora
SmartMatic ganó sus primeros trabajos electorales en 2004 en Venezuela. Trabajó allí 13 años, cuando realizó una denuncia pública por "manipulación" en las elecciones para la Asamblea General Constituyente de 2017 y retiró a sus oficinas del país. La empresa participó de comicios en Los Ángeles, Filipinas, Lombardía (Italia) y en un referéndum en Noruega.
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