El proyecto de Sergio Massa candidato se enfría por la alta inflación y el operativo clamor a Cristina Kirchner
El índice del 6% que se conoció esta semana lo alejó de su objetivo de llegar a la mitad de esa cifra para abril; además el kirchnerismo, su sostén político, apunta ahora a reposicionar a la vicepresidenta
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En poco más de 48 horas la mentada opción de Sergio Massa como “candidato natural” del oficialismo para las próximas elecciones pareció empezar a enfriarse. Primero cuando se conoció el índice de inflación de enero, que se ubicó en el 6% un número más alto que el del mes anterior y, que por sobre todas las cosas, lo aleja del 3,8% que se había propuesto para abril próximo.
“El 3 adelante”, como repetían en el oficialismo lo volvía no solo más competitivo al Gobierno para las próximas elecciones sino a él en particular como candidato. El otro elemento que atentó contra “Massa 2023″ llegó este jueves en la mesa electoral del PJ, cuando los cañones del kirchnerismo duro apuntaron al objetivo de terminar con la supuesta proscripción de Cristina Kirchner para que sea candidata, aunque realmente no tenga impedimentos legales.
Massa siempre dijo en público que no quiere ser candidato en los próximos comicios. Sin embargo internamente nadie dudaba de sus ganas de serlo y de que era la opción más competitiva que podría sumar el Frente de Todos si el titular de Hacienda lograba “ordenar” la economía.
“Si ordena los números es el candidato sin dudarlo”, decían unos. “Si baja la inflación es el candidato natural”, completaban otros aún admitiendo las diferencias que el kirchnerismo mantenía con él, pero que ante una mejora económica se ataba a su suerte y eventual candidatura.
Ahora ese escenario parece haber quedado atrás, aunque hay quienes aún se muestran esperanzados. “Hay tiempo hasta junio para definir candidaturas. Si la acomoda, le van a pedir que vaya hasta de palomita”, completan. En el oficialismo son muchos los compañeros de Massa que apuestan a que eso terminará sucediendo y no se muestran conformes con la idea de que Fernández vaya por una reelección, ni Cristina Kirchner vuelva a candidatearse.
Por otro lado, los más críticos creen que el escenario se pondrá más áspero en los meses que vienen. “Febrero no necesariamente va a volver a bajar y en marzo complica el arranque de clases. Los tiempos se acortan para ver cambios e impacto positivo”, definen. “A Sergio lo limita la realidad y se le va complicando. Él quiso capitalizar varios ministerios y eso termina siendo contraproducente, un boomerang”, definió un hombre de trayectoria en el peronismo y que a la par de la inflación apuntó a los números de la industria.
“Creo que las variables económicas a acomodar son más complejas de lo que Sergio se esperaba, y además todo es más difícil estando en el fuego cruzado”, dijo un intendente que recientemente se reunió con Massa en una cena organizada por Alberto Fernández en la quinta de Olivos. “Para él incluso creo que a los 50 años como tiene le conviene esperar y candidatearse en cuatro años. Es un escenario muy complejo. Creo que antes nos conformábamos con que no la choque, ahora con que la logre estacionar”, evaluó en tono comprensivo.
El tema económico es el más sensible de los que preocupan al Gobierno frente a las próximas elecciones, pero de momento y pese a la falta de resultados esperados hay una coincidencia en despegar a Massa de las críticas internas. Una coincidencia que incluso une a albertistas y kirchneristas, aunque de forma más virulenta la expresan estos últimos.
Es la “factura” por la herencia que consideran que dejó Martín Guzmán y que el kichnerismo le envía a Fernández. No solo por haberlo “bancado” cuando le pedían su cabeza, sino incluso seguir defendiéndolo tras la abrupta salida de julio pasado, como recordaban este viernes, luego de la dura reunión de la mesa electoral que se extendió hasta esa madrugada. “Sergio recibió no solo los 22 puntos de caída del poder adquisitivo del macrismo, sino la herencia de Guzmán, entre ello un mal acuerdo con el FMI”, dicen desde el ala dura del Gobierno.
Cerca de Massa dicen que él “nunca se subió ni se bajó” y miran al periodismo como el responsable de “subirlo y después de bajarlo de donde lo habían subido”. Insisten en que es “ministro de Economía, lo cual es completamente incomparable con cualquier otra cosa en este país”.
Entre quienes lo siguen viendo competitivo están los que sostienen que Massa “ya es el que estabilizó la economía, aunque haya coletazos como los de este martes” y creen que su posición más lejos de las diferencias internas “tiene que ver con que no puede meterse en el barro político, porque si entra ahí no puede salir”, sostienen. Agregan que a la larga terminará siendo el candidato natural detrás del que se encolumnará el espacio. En esa línea recuerdan que en 2015 la candidatura de Scioli recién se anunció en junio y en 2019 la de Fernández, en mayo. “Todavía falta y hay que esperar”, repiten.
Hasta hace unos días, con los primeros indicios de que el número inflacionario no sería el esperado junto con que la marcha de la economía no logra salir del terreno empantanado, en el oficialismo empezaban a coincidir en una preguntarse: “Si no es Massa ¿quién?”. La pregunta, palabra más o menos, la hicieron ante la nacion: un ministro, un intendente y un operador político. Tras la mesa electoral de este jueves la respuesta parece haber encontrado más de una opción. Una de ellas es la de Cristina Kirchner. Lejos del kirchnerismo creen que la exmandataria puede “tener muchos defectos” y que “una vez que dice algo en público, no vuelve atrás”.
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