El Presidente toma distancia de la crisis financiera y política local y parte a la Cumbre Iberoamericana
Participará del encuentro en República Dominicana, al que no asistirán López Obrador ni Lula da Silva, pero sí Lasso y Lacalle Pou, con los que viene de protagonizar momentos de tensión
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En medio de la crisis económica y la creciente falta de divisas, que obligaron al ministro de Economía, Sergio Massa, a anunciar la venta de bonos en dólares de organismos y empresas públicas, el presidente Alberto Fernández emprenderá esta mañana el vuelo chárter a República Dominicana, donde el sábado participará de una nueva edición de la Cumbre Iberoamericana, que reúne a 22 países del continente, más España y Portugal.
Se trata del comienzo de un periplo internacional, siempre más cómodo que las urgencias cotidianas y la feroz interna del Frente de Todos, que empezará en Santo Domingo y finalizará el miércoles, en Washington, con la proyectada y demorada reunión bilateral con el presidente Joe Biden.
En República Dominicana, y con una agenda variada que va del cambio climático a la integración regional, el Presidente se encontrará con sus pares de Chile, Gabriel Boric (cuyo gobierno criticó ayer por “impertinente” a Fernández); de Colombia, Gustavo Petro; y de Cuba, Miguel Díaz-Canel, los tres enrolados en la denominada “patria grande”, aliados del kirchnerismo.
Pero también se cruzará con el uruguayo Luis Lacalle Pou, quien alzó su voz disidente en la última reunión de la Celac en Buenos Aires y sigue insistiendo con la necesidad de acuerdos comerciales bilaterales por fuera del Mercosur. Y Guillermo Lasso, el presidente de Ecuador, con quien Fernández sostuvo la semana pasada un durísimo entredicho diplomático vinculado a la misteriosa huida de María de los Ángeles Duarte, exministra de Rafael Correa y condenada por la justicia de su país, de la sede diplomática argentina en Quito.
El escándalo le costó el puesto a los embajadores de ambos países (Gabriel Fuks en Quito y Xavier Monge en Buenos Aires). El gobierno de Lasso sospecha de la Argentina por los vínculos del kirchnerismo con Correa, que esta una semana participó en Buenos Aires del Foro de Derechos Humanos y reuniones del grupo Puebla. También cenó con la vicepresidenta Cristina Kirchner y dijo que sería “grandioso” verla como candidata este año.
Sin el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, de gira oficial por China, ni el mexicano Andrés Manuel López Obrador (rehuye de los compromisos internacionales), queda pendiente la participación en la cumbre del venezolano Nicolás Maduro, que coqueteó hasta última hora con su presencia en Buenos Aires y mantiene el misterio sobre su llegada a República Dominicana.
La cita comenzará hoy por la tarde, cuando los presidentes y representantes diplomáticos compartan el acto inaugural, en la denominada Fortaleza de Santo Domingo. Seguidamente, los mandatarios compartirán una cena privada, sin acceso para la prensa.
El sábado, las deliberaciones comenzarán a las 8, en el Centro de Convenciones del Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano, y se extenderán, al menos en los papeles, hasta las 17. Allí, el Presidente y su comitiva volarán a los Estados Unidos. Al menos hasta ayer a última hora, la agenda preveía una estadía de dos días por New York, para luego desembarcar en Washington para la cita con el presidente Biden.
Un tema que sobrevolará la cumbre, y que Fernández tocará con su par español, Pedro Sánchez, es el demorado acuerdo UE-Mercosur, en el que técnicos de la Unión Europea y de los cuatro países miembro del bloque sudamericano estuvieron trabajando con sigilo hace dos semanas, en Buenos Aires.
Roces con la UE
Desde la Cancillería no abrigan demasiadas esperanzas de poder reflotar las negociaciones, a pesar del firme interés de Lula da Silva por conseguir el acuerdo, y en lo posible anunciarlo a mediados de julio, durante el proyectado encuentro de presidentes de ambos bloques, a realizarse en Bruselas, Bélgica. Las señales no son, precisamente alentadoras: días atrás, Austria verbalizó su oposición al pacto y se sumó a la postura de Francia, que pese a sus declaraciones públicas en pos del acuerdo asegura que el Mercosur no cumple con los requisitos ambientales, agregados en el renovado texto del acuerdo, por lo que el acuerdo comercial resulta inviable.
El reemplazante de Lula da Silva en el cumbre, Mauro Vieira, insistirá ante sus pares de Sudamérica en la necesidad de relanzar la Unasur, el organismo regional impulsado por el fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez, al que la Argentina renunció durante la gestión de Mauricio Macri y al que el presidente Fernández anunció que regresará, durante una reunión con el Grupo de Puebla, el martes, en la Casa Rosada.
Desmembrada luego de la derrota de varios gobiernos progresistas en la región, la Unasur se quedó años atrás sin sede central, en Quito, que fue desmantelada y todos sus bienes fueron enviados en containers hacia Buenos Aires. Computadoras, libros y muebles están hoy en la sede de la Casa Patria Grande Néstor Kirchner, en Carlos Pellegrini al 1200, esperando por ser reutilizadas.
Durante las horas previas al viaje, en el que el Presidente estará acompañado por el canciller Santiago Cafiero; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; y la portavoz Gabriela Cerruti, Fernández preparó el discurso que ofrecerá mañana.
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