Sin agenda, el Presidente gestiona la crisis entre Olivos y la Casa Rosada
Desde la dimisión del ministro de Economía solo estuvo unas horas en Balcarce 50 para la jura de Batakis, pero hoy reapareció de manera sorpresiva; el sábado viajaría a Tucumán
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Desde la frenética jornada del domingo, en la que se definió el nombre de Silvina Batakis como sucesora de Martín Guzmán, y al compás del agravamiento de la doble crisis económica y política, la quinta presidencial de Olivos se transformó en la sala de operaciones del presidente Alberto Fernández.
Con la determinación de tomar distancia de otros habituales ocupantes de los despachos de la Casa Rosada, y también de la prensa acreditada, el Presidente se recluyó en la espaciosa quinta presidencial, desde donde desarrolla sus actividades de gestión, como la reunión de ayer con la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, y el senador Alberto Weretilneck. En ese cónclave, según informaron desde la gobernación rionegrina, el tema energético fue central. Los visitantes pidieron que se acelere la ley de hidrógeno verde, requisito para inversiones australianas por US$ 8500 millones “que cambiarán a la provincia”, y conversaron sobre el vencimiento de las concesiones del manejo de las represas hidroeléctricas, que se producirán el año próximo.
Sin agenda oficial durante esta semana, en la que los mercados le dieron un recibimiento hostil a Batakis, la única visita a la Casa Rosada del Presidente fue la del lunes por la tarde, cuando firmó la promulgación de leyes de alivio fiscal junto al presidente de la Cámara baja Sergio Massa y luego tomó juramento a la nueva cabeza del Palacio de Hacienda. Las previsiones de su única actividad de ayer, una recorrida en Escobar junto al ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié, quedaron en la nada cuando, minutos antes del acto, el Presidente decidió no participar. Por la mañana de hoy, el Presidente retuiteó un discurso del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, en el que afirmaba que “no vamos a recular, todos los días estamos tomando decisiones”.
A las 11.30, de manera sorpresiva, el Presidente reapareció en la Casa Rosada, según voceros oficiales. Llegó en auto. No se informó sobre las reuniones que prevé tener Alberto Fernández.
Antes y después, Olivos fue sede de todas las reuniones trascendentes, como el encuentro del lunes por la mañana con Batakis y la cena del lunes a la noche con Cristina Kirchner, sobre la cual corrieron distintas versiones. Mientras los voceros de uno y otro lado afirmaban que había un acuerdo para no dar a conocer el contenido de lo conversado. Una larga lista de reclamos de política económica por parte de la vicepresidenta, y la intención (frustrada) presidencial de dar por terminada la gestión de funcionarios camporistas del área de energía como Darío Martínez y Federico Basualdo habrían formado parte de la conversación que, según el Presidente le contó a un allegado, sirvió para “ordenar” la marcha del Gobierno.
El horizonte de reuniones previstas para los próximos días tiene un mojón el sábado própximo, la conmemoración del aniversario de la independencia patria en Tucumán a la que, hasta ahora, el Presidente piensa asistir. Desde la gobernación que encabeza Osvaldo Jaldo contaron a LA NACION que aguardan para el viernes por la noche a una delegación de legisladores nacionales encabezada por el titular de la Cámara de Diputados, quienes estarán en la vigilia al 9 de julio. Una avanzada de Presidencia partirá mañana a esa provincia, con la previsión de la presencia de Fernández en el acto del sábado, a las 11 en la Casa Histórica, con discurso posterior y un acto de entrega de viviendas junto al gobernador en Manantiales Sur.
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