Alberto Fernández se presentó en la Justicia por el festejo en Olivos y ofreció una donación al Instituto Malbrán
El Presidente pidió ser sobreseído la causa por la violación de la cuarentena con el argumento de que no hubo “riesgo concreto” de contagios; por si ese planteo fracasa, ofreció la “reparación” del daño para que la causa se cierre
- 5 minutos de lectura'
Alberto Fernández se presentó hoy, sin abogado, en la causa en la que está denunciado por haber violado la cuarentena, el año pasado, durante reuniones que incluyeron el festejo de cumpleaños de la primera dama en la quinta de Olivos. Pidió ser sobreseído y que se cierre la causa en su contra.
Para que el juez Sebastián Casanello ponga fin al proceso penal, Fernández ofreció donar al Instituto Malbrán la mitad de su sueldo durante cuatro meses como “reparación” al daño causado por su conducta.
El objeto de la presentación de esta tarde del Presidente fue “plantear la reparación del daño potencial que se hubiere causado”, relataron en el Gobierno. Sin embargo, en la Casa Rosada argumentaron siempre que la participación de Fernández en el cumpleaños no generó daño alguno.
“Soy profesor de derecho penal. Por ahora, para decir lo que dije, no necesito un abogado”, afirmó el Presidente en su círculo íntimo para explicar por qué no se presentó con un defensor. Gregorio Dalbón, que lo representó en otras causas, finalmente no fue designado en este expediente. La semana pasada, Dalbón dijo que el fiscal del caso, Ramiro González, es “un coimero” y que el juez de la causa, Casanello, le importaba “un huevo”.
Fue en el juzgado de Casanello donde Fernández presentó hoy su escrito, al que accedió LA NACION, en el que pidió ser sobreseído. El Presidente interpuso una “excepción de falta de acción por inexistencia manifiesta de tipicidad”. Según él, su conducta no encuadra en ningún delito penal. Por eso, solicitó que la causa se cierre. “Declarando en consecuencia que el proceso no afecta mi buen nombre y honor de que gozo”, escribió el Presidente.
Como alternativa, por si el juez no hace lugar a su planteo, Fernández ofreció una “reparación integral del perjuicio”. Para eso, solicitó que el juez le diera intervención a “la otra parte” (en este caso sería el fiscal, que representa a la sociedad) y luego lo sobresea.
“Propongo donar al Instituto Malbrán el equivalente a la mitad de mi salario como presidente, durante cuatro meses en forma consecutiva”, escribió. Fuentes oficiales informaron que el sueldo de Fernández es de 315.259 pesos en mano.
Como tercera opción, en caso de que ninguna de estas vías prospere, Fernández hizo “reserva de recurrir en casación”; es decir, adelantó que peleará en instancias superiores un eventual resultado adverso en esta causa.
Los argumentos de Fernández
Entre los argumentos que el Presidente esgrimió en su defensa, uno fue que los hechos por los que fue denunciado “tuvieron lugar en la órbita de la intimidad familiar”.
Otro, que no hubo intención de generar daño alguno y que, además, nadie se contagió. “Nunca fue motivo del encuentro propagar de ningún modo la pandemia que nos acosa, y mucho menos poner en peligro la salud pública, en general, ni poner en peligro el estado de bienestar de ninguno de los presentes, terceros o el mío propio”, afirmó.
Pese a que en las fotos y videos se advierte que los presentes en el cumpleaños no cumplieron con la obligación de usar barbijos ni con el distanciamiento social, el Presidente dijo: “Es necesario aclarar que de ninguna manera se relajaron, evitaron u omitieron las medidas de cuidado de rigor. Y que en ningún caso se concretó el contagio propio, de los presentes, o de terceros”.
En otro pasaje de su escrito, Fernández admitió que hubo un relajamiento, pero dijo que fue únicamente en el momento de la foto. “El momento particular de la foto que trascendió, tal como se reconoció desde un comienzo, fue la excepción dentro de la reunión donde fuera de ese momento concreto se respetaron los protocolos controlados por el personal asignado a la quinta de Olivos. Fue un encuentro que jamás debió haber ocurrido, producto de la imprudencia, pero que en modo alguno puede constituir un delito”, afirmó el Presidente.
Además, para lograr el cierre de la causa, el Presidente aludió a que, al no haber existido contagios, el caso debería cerrarse en virtud del principio de “insignificancia”.
“Ante la inexistencia de un resultado lesivo es que pongo a consideración del S.S. la insignificancia penal (no social o moral) del comportamiento denunciado que no ha lesionado el bien jurídico tutelado por su atipicidad o falta de antijuricidad material, y por ello solicito que la presente denuncia sea desestimada”, escribió.
Si bien el Presidente participó del encuentro, para describir las circunstancias de la reunión atribuyó los datos al dictamen del fisca y a trascendidos. “Los hechos habrían ocurrido el 14 de julio de 2020. Según los trascendidos, los invitados llegaron a la quinta de Olivos a las 21:30 horas y se fueron a la 1:45 de la madrugada”, introduce el escrito.
Qué dice el escrito que presentó Alberto Fernández a la Justicia
La referencia al Vacunatorio VIP
Fernández usó como elemento de defensa el fallo de la jueza María Eugenia Capuchetti que dispuso el archivo de parte de la causa del vacunatorio VIP. Uno de los párrafos de aquel fallo que citó el Presidente dice: “La indignación sobre la manera en que se desarrollan ciertos acontecimientos no implica necesaria y automáticamente que deba intervenir el derecho penal. Existen situaciones que no son de nuestro agrado y que repudiamos fuertemente pero no pueden, por sí solas, hacernos dejar de lado los límites de la función que tenemos y, en lo que hace a los jueces, no deben ser suficientes para que dejemos de lado principios constitucionales que operan en materia pena”.
El Presidente citó también un dictamen del fiscal Carlos Rívolo para sostener que para que haya delito tiene que haber existido un “peligro concreto” de que se propague la epidemia. Eso, según Fernández, no sucedió en este caso.
“De esta manera, se puede advertir la inexistencia de delito, más allá del reproche moral o ético que pueda merecer, pero eso ya no es cuestión ni ámbito de la justicia penal”, sostuvo el Presidente.