El Presidente se enteró de la renuncia una hora y media antes del anuncio y prepara cambios en el gabinete
En un clima de máxima preocupación y mucho hermetismo, Fernández hará modificaciones en su equipo; cómo se enteró de la dimisión del ministro y los posibles reemplazos
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Primero fue un mensaje. Después un llamado. Eran cerca de las 16 cuando Martín Guzmán le comunicó al Presidente su salida del Gobierno. Sorprendido, Alberto Fernández interrumpió lo que era hasta el momento un tranquilo almuerzo familiar. La decisión del ahora extitular del Palacio de Hacienda lo descoló, algo que le hizo saber a Guzmán. También intentó disuadirlo, pero fracasó.
Así, el gobierno nacional ingresó en una nueva fase de su crisis política con incalculables consecuencias económicas. Lo mismo ocurre con el resto del gabinete nacional. “Está analizando las decisiones que vienen”, dijo en medio de una tarde noche de histérica una de las personas más cercanas al jefe del Estado. El Presidente anunciaría una reestructuración de su equipo.
Desde el primer anillo de confianza del Presidente intentaron despejar las dudas que instaló Guzmán en su carta de despedida. “El programa económico se va a mantener”, sostuvo una integrante del gabinete con acceso diario al despacho presidencial. Eso es lo que pretende Fernández, algo que va en contra de lo que exige Cristina Kirchner.
Como sucedió en cada momento de extrema fragilidad, como el que atraviesa con la dimisión del alumno de Joseph Stiglitz, el Presidente buscó el apoyo de su círculo más íntimo: Santiago Cafiero, Vilma Ibarra, Juan Manuel Olmos, Julio Vitobello y Gabriela Cerruti. Algunos de ellos llegaron a la quinta presidencial de Olivos por la noche.
El clima en el gabinete nacional era de velorio. LA NACION habló con varios ministros e intercambió mensajes con otros, en medio de una incertidumbre total, todos aguardan una señal del Presidente. “No alcanza con un cambio de nombre en Economía”, confió uno funcionario con acceso al círculo de confianza del jefe del Estado.
La renuncia de Guzmán expuso la debilidad del mandatario, al que dejó en una situación límite. Pese a los efectos que tuvo, Guzmán le había advertido a Fernández la necesidad de fortalecer su gestión al frente del equipo económico. El exministro nunca tuvo el control de la botonera económica, algo que siempre le reclamó al mandatario. Las diferencias con el sector de Energía, que domina la vicepresidenta con Federico Basualdo a la cabeza, y con el Banco Central, que lidera Miguel Pesce, fueron un problema recurrente.
“Es imposible gestionar con Cristina Kirchner en contra”, explicaron fuentes oficiales.
El último jueves, en una reunión a solas en la residencia oficial, Guzmán le había pedido cambios al Presidente. Según pudo reconstruir LA NACION, le dijo que sin herramientas para resolver las disputas internas no podía avanzar. Un ejemplo fue las trabas con las que se encontró para implementar la segmentación de las tarifas de servicios públicos. La última traba fue el impedimento para sacar el formulario para avanzar con esa medida.
Otro gesto que molestó al Presidente fue el momento en que decidió hacer pública la renuncia Guzmán. Fue durante el discurso de Cristina Kirchner, quien se enteró al finalizar su presentación. Fue antes de hablar con la militancia, acto que no suspendió. Fue ahí, frente a su feligresía, que anunció que lo único que quiere es que en el 2023 gane el peronismo. Guzmán era parte del problema.
El jefe del Estado sumó más bronca contra su vice y el resto de su feligresía. La relación entre ambos está terminada y Fernández, según dejaron trascender desde su entorno, ratificó su postura de no volver a dialogar. El impacto por la renuncia de Guzmán movió la frágil estructura del albertismo, hoy reducido a la mínima expresión.
Sin respaldo y con la nueva estrategia que lanzó la vicepresidenta de hablar cada 15 días, Guzmán entendió que no tenía margen para gestionar. Cada intervención de Cristina Kirchner marcaría la hoja de ruta y, sobre todo, los límites.
Otros funcionarios, algunos de ellos con despacho en la Casa Rosada, sostuvieron que el extitular del Palacio de Hacienda decidió eyectarse del gabinete nacional antes de la publicación del próximo índice de inflación, que sería más alto que el último mes.
El Presidente, según aseguraron desde su entorno, anunciaría los cambios en las próximas horas. “La definición pasa para mañana”, dijo un dirigente oficialista que tomó contacto con el primer mandatario. Uno de los temas que buscó dejar fuera del debate es la decisión del Presidente de “mantener el programa económico” vigente, que incluye un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“No va a haber un giro brusco en la economía”, describieron fuentes oficiales.
Sin confirmaciones, la danza de nombres de potenciales reemplazos para Guzmán incluye a Emmanuel Alvarez Agis, Marco Lavagna, Augusto Costa, Silvina Batakis y Cecilia Todesca. Pero lo cierto es que quien asoma como principal opción es el desembarco de Sergio Massa, lo que obligaría al Presidente a una reestructuración profunda de su equipo. Todo se resolverá en las próximas horas.
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