El Presidente reclamará al Congreso que trate sus proyectos tras las frustradas sesiones extraordinarias
Alberto Fernández prepara su discurso para la Asamblea Legislativa; enojo porque no tuvieron impulso los 28 proyectos que envió el Poder Ejecutivo
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Antes y después de su viaje a Chaco, previsto para hoy, el presidente Alberto Fernández acelera la lectura y corrección de los borradores que distintos colaboradores le envían para dar forma final a su cuarto y último discurso de su mandato ante la Asamblea Legislativa, pasado mañana, en el recinto de la Cámara de Diputados.
Mientras desde la Casa Rosada y el Congreso definen el vínculo como “distante”, y a punto de concluir sin tratamiento el temario de Sesiones Extraordinarias enviado por el Poder Ejecutivo (mañana habrá sesión, con desarrollo incierto), cerca del Presidente confirman que, además de hablar de “futuro” y de “consenso” a 40 años del retorno de la democracia al país, habrá un nuevo pedido al Parlamento para que trate los temas pendientes. “Nosotros mandamos los temas y pedimos que se reúnan. Después el Congreso tiene su propia lógica, pero vamos a seguir insistiendo”, comentaron a LA NACION muy cerca del Presidente, que se encontrará con la vicepresidente y titular del Senado, Cristina Kirchner, luego de nueve meses sin reuniones y con escasos contactos telefónicos en medio de la tensión entre ambos.
Afirman desde el Congreso que la relación es “buena” en Diputados, a través de las gestiones que el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos, lleva adelante con la presidenta de la Cámara baja, Cecilia Moreau, y el jefe del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, legisladores que a la vez también conversan seguido con el Presidente. “Sacamos treinta proyectos de 200 votos, pero el conflicto en el Consejo de la Magistratura nos complicó. Además, perdimos las elecciones y ahora con el tema de la Corte la oposición no nos deja sesionar”, se justificaron desde el bloque oficialista en la Cámara baja.
No ocurre lo mismo en el Senado, donde la vicepresidenta maneja los hilos del bloque, más allá de la reciente rebelión de cuatro senadores que armaron un bloque independiente junto a la senadora cordobesa Alejandra Vigo, cercana al gobernador Juan Schiaretti. “Los que se fueron se cansaron de que aparezcan proyectos del kirchnerismo duro sin consultarlos ni avisarles”, afirman cerca de uno de los senadores peronistas rebeldes, que de todos modos no descartan acuerdos puntuales con la bancada peronista.
Distintas fuentes aseguraron que en el discurso, en el que colaboran la portavoz Gabriela Cerruti, el jefe de asesores Antonio Aracre y representantes de distintos ministerios coordinados por el jefe de gabinete Agustín Rossi, habrá menciones a proyectos que quedaron sin tratar, como la denominada ley Lucio (falta la sanción en el Senado) y otra sobre la economía popular, prometida por el primer mandatario a los movimientos sociales más cercanos a su gestión. Entre los 28 proyectos enviados por el Poder Ejecutivo el mes pasado y que no llegaron al recinto están incluidos la modificación del Consejo de la Magistratura, el acuerdo para designar al nuevo procurador general, modificaciones al sistema estadístico y proyectos de ampliación de la Corte Suprema. Sí comenzó a tratarse, en comisión, el pedido de juicio político a los jueces del Alto Tribunal.
La relación con Cristina
En el Gobierno no niegan que, más allá del discurso, habrá especial atención por el vínculo entre el Presidente y Cristina, que como de costumbre presidirá la sesión. “Va a ser protocolar, como todos los años, Cristina nunca fue demasiado efusiva y no lo va a ser este año tampoco”, comentan desde el bloque del Frente de Todos en la Cámara baja, cruzado por las internas de tono electoral que tienen al Presidente, y su decisión de ir por la reelección, como eje del enojo de la ex mandataria. “Cristina va a ser gélida, Alberto también. No va a hablar de proscripción, que es lo que pide el camporismo”, comentó otra fuente oficial cercana al primer mandatario.
Sin opinar sobre el asunto, quienes se encargan del diseño del discurso aseguran que Fernández dará un discurso “muy de futuro, de recopilación de todo lo que se hizo este año que es un montón, pero también de consensos por los cuarenta años de democracia y de la Argentina que viene”. Esta última referencia, a la “Argentina que viene”, que podría leerse como un guiño a intentar su continuidad en el poder, será seguida al detalle por la vicepresidenta y su hijo, el diputado Máximo Kirchner, quien aseguró a otros legisladores que este año estará sentado en su banca escuchando al Presidente.
Otro de los puntos sensibles, la presencia o no de los jueces de la Corte Suprema en la apertura de las sesiones, está en duda. “Están invitados”, confirmaron desde Balcarce 50, aunque en otro despacho importante especulan con que los cuatro integrantes del Alto Tribunal, sometidos a juicio político, faltarán esta vez a la cita institucional.
Eso sí: se espera poca o nula movilización en los alrededores del Congreso, incluso de los movimientos sociales y sindicales cercanos al Presidente. “No movilizamos el primero de Marzo porque es un escenario que intenta convalidar una candidatura de Alberto y eso hoy divide al Frente de Todos, nosotros queremos que haya unidad y vamos a trabajar para que por intermedio de las PASO o por consenso podamos construir una propuesta competitiva”, afirmó a este diario Gildo Onorato, del Movimiento Evita.
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