El Presidente habló con el canciller ecuatoriano luego de la huida de la exministra de Correa
Alberto Fernández intentó “atenuar” el enojo del gobierno de Lasso por la fuga de Duarte, asilada en la embajada argentina en Quito y que ahora está en Venezuela
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La cinematográfica y misteriosa huida de María de los Angeles Duarte, la ministra de Transporte del expresidente Rafael Correa, de su asilo diplomático en la embajada argentina en Quito generó la expulsión de los embajadores de ambos países, un temblor diplomático de proporciones y sospechas mutuas entre los gobiernos de Alberto Fernández y Guillermo Lasso.
Hubo un llamado que pudo haber frenado la escalada: fue la conversación que sostuvieron el martes el Presidente y el canciller ecuatoriano, Juan Carlos Holguín, minutos antes de que el funcionario del gobierno de Lasso le comunicara al embajador argentino, Gabriel Fuks, que era considerado persona no grata y que debía abandonar el país.
Dos fuentes inobjetables del Gobierno confirmaron a LA NACION que Fernández habló con Holguín, cuando Fuks llegó a verlo a la cancillería ecuatoriana. “Estaban hablando con Fuks, el Presidente le pidió que le pasara el teléfono a Holguín y conversaron. Intentó atenuar las cosas, pero la decisión de ellos no cambió”, afirmaron las fuentes, que detallaron que Holguín ya había recibido a Fuks con la comunicación oficial que daba por finalizada su misión en Ecuador a causa del escándalo. “Fue una llamada de cortesía, no arreglaron nada”, confirmó otra fuente que supo del breve diálogo.
El propio Holguín insinuó ante la prensa de su país que este intercambio se había llevado a cabo cuando habló de conversaciones “al más alto nivel” con el Gobierno argentino. Esto más allá del llamado del canciller Santiago Cafiero, que el lunes le comunicó que Duarte ya no se encontraba en la embajada y abrió de ese modo el escándalo que derivó en el conflicto bilateral.
Un par de días después de estallado el conflicto, subsisten misterios y zonas grises entre la sorpresiva salida de Duarte, condenada en su país a ocho años de prisión, y su llegada a Caracas, donde se entrevistó con el embajador argentino en ese país, Oscar Laborde. Ecuador sospecha que Duarte pudo haber salido de la embajada en un automóvil diplomático con la ayuda de la embajada argentina, algo que en el Gobierno rechazan de modo terminante.
Según las autoridades argentinas, el embajador en Quito, Gabriel Fuks, constató durante el domingo pasado que Duarte no se encontraba en la sede diplomática. Avisó a la Cancillería y de inmediato el canciller Santiago Cafiero informó a su par ecuatoriano Holguín sobre la ausencia de la exfuncionaria y su hijo, menor de edad y con pasaporte argentino.
Medios ecuatorianos dieron cuenta de un “asado”, el viernes pasado, en la sede de la embajada, en el que pudo haberse producido la huida de Duarte, cercana al expresidente Correa, asilado en Bélgica pero con repetidos viajes a Buenos Aires en los últimos tiempos.
Desde el Gobierno reconocen que ese mismo viernes hubo una despedida al agregado militar en Ecuador, que regresaba a la Argentina, del que participaron “únicamente personal administrativo de la embajada y diplomáticos” en un quincho alejado del ala de la sede diplomática donde vivían Duarte y su hijo. “No participó nadie más, ellos no estuvieron”, argumentan desde la embajada argentina en Quito, donde Fuks ya culmina los últimos trámites antes de su regreso al país.
Complicidad
Holguín, en tanto, habló de la conversación con el Presidente y afirmó en las últimas horas que “en el peor de los casos hubo complicidad” argentina con la huida hacia Venezuela. También trascendieron declaraciones suyas, reproducidas por medios ecuatorianos. “Es una locura que un canciller divulgue conversaciones privadas con un Presidente sin su permiso. Hacen política para evadir sus propias responsabilidades”, se enojaron altas fuentes oficiales. “No estamos escondiendo nada, pedimos el asilo para ordenar el marco legal, no para proteger a nadie”, agregaron.
Durante la conferencia de prensa semanal, la portavoz Gabriela Cerruti intentó bajar el tono del conflicto, habló del “querido pueblo ecuatoriano”, y puntualizó que “el Gobierno no tiene nada que ver con las cuestiones de seguridad de Ecuador”.
Mientras Duarte pasa sus primeros días en Caracas-hay allí una gran comunidad ecuatoriana-Correa se prepara para volver al país. El jueves próximo, según informaron desde la secretaría de Derechos Humanos, el expresidente ecuatoriano participará de un panel en el marco del Foro Mundial de Derechos Humanos, junto al expresidente de Bolivia Evo Morales, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro ,y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Será otro motivo para el disgusto del gobierno de Lasso, enfrentado con Correa desde hace años, y derrotado por el partido del expresidente ecuatoriano en las elecciones regionales, hace un mes.
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