El presidente de la UIA dijo que aún no ve brotes verdes y admitió que “hay ansiedad”
Daniel Funes de Rioja participó hoy de un encuentro en Asunción, donde explicó que la entidad “quiere que se apruebe la Ley Bases” pero con “observaciones”; la semana próxima en la entidad reciben a un colaborador de Caputo
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ASUNCIÓN, Paraguay.- El presidente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja, afirmó hoy que los empresarios industriales están ansiosos, aguantando la recesión y tratando de no despedir empleados, a la espera de la “reversión” del ciclo económico.
“Del lado nuestro hay ansiedad”, reconoció Funes de Rioja, quien negó que por ahora se vean “brotes verdes” o sectores que se estén recuperando.
El dirigente empresario estuvo hoy en Asunción, en el centro de convenciones de la Conmebol, participando del XIV Foro del sector privado de las Américas, que se realiza como evento colateral a la 54° asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se llevará a cabo aquí entre mañana y el jueves.
Como una de las principales figuras del sector privado de la Argentina, Funes de Rioja recibió todo tipo de consultas de sus colegas de otros países sobre el proceso político y económico que vive el país. “Hay mucha expectativa afuera”, explico a LA NACION.
Otros empresarios argentinos que participaron del evento fueron Martin Eurnekian, titular de Aeropuertos Argentina y director ejecutivo de Corporación América; Mario Grinman (CAC) y Marcos Pereda (vice de la Sociedad Rural).
También estuvo el ministro de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, quien consultado sobre el fallo de la Cámara de Casación sobre la causa Cuadernos, se limitó a decir: “Lo vamos a tener que resolver nosotros”, en referencia a la Corte.
En todo momento, Funes de Rioja dejó en claro que la UIA quiere apoyar el proceso de cambio y “que se sancione la Ley Bases”, aunque “con observaciones”, sobre todo respecto a las facilidades que otorga el RIGI a los grandes proyectos para importar componentes que pueden ser fabricados en el país.
También comentó que la central fabril estuvo dialogando sobre sus objeciones con legisladores de todos los partidos políticos y el próximo martes recibirán en la sede de Avenida de Mayo a Juan Pazo, enviado del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, para escuchar sus puntos de vista sobre el impacto en el sector de las reformas que impulsa la Ley Bases.
“Como empresarios tenemos que tomar un rol de no interferir, sino interrelacionarnos para que entiendan que necesitamos a la industria para crecer, no solamente recibir cuando ‘te tiran algo’, que está mal, sino que el beneficio sea conjunto”, explicó.
“Tenemos la vocación y la voluntad de colaborar, siendo objetivos, y cuando hay una situación dramática hay que ponerla sobre la mesa con el debido tacto para no generar pánico”, indicó. “Primero que quede en claro que la posición de la UIA es que la Ley Bases tiene que aprobarse”,aseguró.
“Dentro de ello hay algunas cuestiones que hemos planteado, y otras que esperamos que sean contempladas en la reglamentación o en un instrumento por separado”, explicó.
Cero aranceles para importar, no
La central fabril está objetando que se eliminen aranceles para que en los grandes proyectos de inversión en minería o energía las empresas estén habilitadas para importar componentes que se puedan fabricar en el país, dejando a los productores locales en desventaja.
Objetamos “algunas de las normas que hablan de qué es lo que puede importarse. Planteamos esto: cuando hay producción nacional, que no se genere una asimetría con la presión fiscal nacional y liberar los aranceles para importar, esto se llama igualdad de condiciones, paridad; no es discriminación ni es privilegio”.
“Al principio pensábamos en la UIA que había asumido al frente del Ministerio de Economía un financiero, ahora lo vemos como un ministro de Economía con una mirada que abarca todo”, indicó.
Tras la divulgación ayer de la cifra de caída de la actividad económica en el primer trimestre y de la suba del desempleo, Funes de Rioja trató de mirar la mitad de la botella llena. “Algo positivo es que aumentó el empleo, pero es un análisis de cirujano”, señaló, en referencia a que es un dato muy secundario y preliminar. “Si se extiende en el tiempo será positivo”, completó.
Consultado sobre los brotes verdes, Funes dejó en claro que no los ve por ahora.
“Esto es heterogéneo. Hay una expresión de los americanos que dice que no toda medida aplica para cualquiera. Hay sectores como el energético, el minero, donde [la recesión] les ha golpeado más bien poco; hay otros que siguen sufriendo [la caída de la actividad] en rangos del 20 o 25 hasta el 40 o 50 por ciento. ¿Si tocamos fondo o no? Hay algunas señales; estamos mirando datos de una encuesta de la UIA que pueden estar insinuando una tendencia, pero no es universal, son 1200 empresas. Pero yo no puedo hacer un diagnóstico y un pronóstico”.
El dirigente fabril también aseveró que “la gente no se rindió, el empresario no se rindió, esta cuidándose en el mal momento, esperando la reversión [de la actividad económica]”.
Consultado sobre la necesidad de una nueva devaluación para ganar competitividad, Funes indicó que “esto (por la mejora de la competitividad) se arregla o devaluando para seguir adelante o se arregla haciendo las reformas necesarias para que el costo argentino baje; hemos analizado siete impuestos y de esos 7 somos campeones en seis”.
Y dio como ejemplo “el problema de logística. Es más caro traer algo desde Córdoba a Buenos Aires que exportar a otros mercados. No tenemos tratados de libre comercio; hay productos que tienen márgenes muy chicos y si te pasas 1 dólar (con los costos), el mercado te lo sacan los chilenos con el debido respeto”.
“Nosotros creemos en la integración en paridad de condiciones. Sáquenme las asimetrías: me pusiste una pesa en los pies, me ataste los manos en las espalda y me tirás al mar y me decís ‘nadá’”, en referencia a su postura respecto de la apertura que podría impulsar el Gobierno.
Funes de Rioja también aseguró que “hay que tener fe en el plan”, pero al ser consultado sobre si los empresarios tenían esa confianza, retrucó que “era inevitable pensar en una transición después del desparramo y el despilfarro que se hizo antes. En los últimos tres meses del gobierno anterior no se olviden de que hubo un sobreestockeo. Que si uno tenía un quiosco lo llenaba. Bueno, esas cuentas se pagan”, indicó.
Y puso como ejemplo “el presidente de una multinacional que se jubilaba, mandó a los vendedores a vender todo hasta diciembre, repartió medallas del mejor vendedor del año, cobró un buen bono, y después el que vino me decía: ‘yo por seis meses no voy a vender nada’, y estoy hablando de una multinacional de primer nivel”, graficó, sobre una de las razones por las cuales también cayeron las ventas y la producción fabril en este primer semestre del año.
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