El Presidente buscó desalentar las versiones de una devaluación y defendió el rumbo de su gestión
Los 20 minutos pautados por la organización terminaron siendo 45. De manera enfática, con cifras y datos en su escritorio y desde la quinta de Olivos, el presidente Alberto Fernández aprovechó su participación en el 56° Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), para intentar desalentar rumores de devaluación del peso y una eventual captura de depósitos en dólares de los ahorristas.
Junto con la búsqueda de generar confianza en el ámbito empresarial, y con el mismo énfasis, el Presidente criticó los recientes marchas y banderazos contra su gestión a la que adhirieron sectores de la oposición, y defendió iniciativas como la reforma judicial, "que no es para buscar la impunidad de nadie", en referencia a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
"Estamos enfrentando un problema por la falta de divisas que objetivamente heredamos. Están los que plantean que se viene una devaluación, que podemos quedarnos con depósitos; jamás haría semejante cosa", dijo Fernández, en tren de generar tranquilidad en mercados tensionados por la brecha cambiaria (cercana al 100 por ciento) entre el dólar oficial y el paralelo, y la escasez de dólares de reservas en el Banco Central.
Luego de dar una visión optimista de cara al futuro -habló de un momento "muy favorable para invertir"–, el Presidente retomó las palabras del titular de IDEA, Roberto Alexander, quien minutos antes se refirió a la necesidad de contar con "calidad institucional, Justicia eficiente e independiente", para favorecer el desarrollo del país.
"No buscamos la impunidad de alguien cuando proponemos mejorar la calidad institucional de la Justicia. ¿Qué opinan si cubro las vacantes con amigos? Eso es lo que pasó con el silencio cómplice de muchos. Y eso está mal", afirmó el Presidente en defensa del proyecto oficial de reforma judicial (aprobado en el Senado y trabado en Diputados) y en referencia a la revisión del traslados de jueces durante el macrismo, aprobadas por la Cámara alta y bajo análisis de la Corte Suprema.
"La seguridad jurídica que ustedes reclaman merece jueces dignos y probos, pasar por el Senado y ser designados por el Poder Ejecutivo", añadió el Presidente, en defensa del argumento oficial para rechazar los traslados dispuestos en 2018 de los jueces Bruglia, Bertuzzi y Castelli, los tres involucrados en la causa denominada los cuadernos de las coimas en la que está procesada la vicepresidenta. "Lo más imperdonable es que la Justicia legitime las peores prácticas, ahí quedamos en el peor de los mundos", agregó, en virtual advertencia a la Corte Suprema, que analiza el per saltum pedido por los jueces para no ser removidos de sus cargos actuales.
Rechazo a los banderazos
Sin ocultar su fastidio, Fernández cuestionó los banderazos, y los englobó dentro de la pérdida de la "convivencia democrática" en el país. "Se organizan marchas, marchas, marchas, que van a la casa de un juez, de la vicepresidenta, aquí en la puerta de la residencia. Los reclamos son de los más variados, pero repletos de agresión e insultos", cuestionó, y se mostró contrario de "ese país que divide y descalifica, que pone en otra vereda a los empresarios y a los trabajadores. Y nosotros los necesitamos construyendo juntos. Hay que recuperar la convivencia. Institucionalidad y convivencia democrática son pilares fundamentales", señaló. Ayer, en el canal C5N, había calificado las marchas como una "exacerbación del odio".
Más allá de su prédica en favor de "terminar" con la división y la grieta, Fernández dedicó buena parte del tramo inicial de su discurso a criticar la herencia económica y política del gobierno de Mauricio Macri. "La Argentina era un país en terapia intensiva antes del coronavirus después de haberse endeudado", afirmó el mandatario. "Y permitieron que el dinero se fugue, unos 23.000 millones de dólares", entre la primaria y la elección general, sostuvo. "Cuando llegamos al Gobierno la Argentina estaba con 36 [por ciento] de pobreza y sin reservas. Habían cerrado más de 25.000 pymes, que había potenciado la precarización del trabajo a partir del monotributo", argumentó.
Y en tren de negar que el Gobierno sea "antiempresario", detalló las medidas tomadas durante la pandemia, como los ATP para empresas y el IFE para 9 millones de personas sin ingresos. "Llegamos (con los ATP) a 236 mil empresas que quizás sin la ayuda del Estado no existirían. También a que se mantengan dos millones de empleos", dijo Fernández.
Entre la crítica al pasado reciente y la defensa de su gestión, Fernández dejó además su visión sobre la necesidad de un "capitalismo solidario", más cercano a la etapa fordiana que a la actual. "El mejor capitalismo es un capitalismo solidario. Un capitalismo sin mercado es una trampa, hace que unos pocos ganen y muchos pierdan. Un capitalismo sin Estado es la selva misma, donde gana el más poderoso y pierde el resto", reflexionó, antes de volver al futuro parafraseando al escritor uruguayo Mario Benedetti. "Tocamos el fondo del pozo. Bienaventurados los que están en el fondo del pozo, porque solo nos queda ir mejorando", parafraseó el Presidente.
Detalló su esperanza en sectores que aportan divisas, como el agroexportador, la minería. Habló de una gran inversión en obra pública para 2021. Y volvió a los empresarios, en otra búsqueda por tender puentes. "Cada vez que lean que este es un gobierno antiempresario, piensen en el ATP. Y cuando lean que nos queremos aislar del mundo, piensen el esfuerzo que hemos hecho por mejorar nuestras relaciones internacionales. La Argentina que yo sueño es una Argentina donde no sobra nadie", finalizó su mensaje ante el auditorio virtual, poblado de empresarios.
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