El Presidente busca presidir la Celac para construir “un puente” con Estados Unidos
En el Gobierno afirman que la entidad “no es antinorteamericana” y confían en ser “mediadores” para “negociar en conjunto” con Washington; nuevas críticas a la OEA
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El presidente Alberto Fernández y la Cancillería se preparan para asumir el mes próximo la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), una especie de contrapartida de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde dónde esperan impulsar su rol de “mediador” entre Venezuela, Cuba y Nicaragua y Estados Unidos, fuertemente crítico de la política de derechos humanos en esos países.
“La Celac no es anti-norteamericano, sino pro-latinonamerica”, contestan fuentes de la diplomacia argentina, desde donde aseguran que hay “muchas chances” de que Fernández sea ungido como nuevo presidente de la entidad fundada en 2011, el próximo mes, en México. En la reunión de cancilleres de la Celac, a principios de la semana pasada, el canciller Felipe Solá se llevó el apoyo de distintos países, como Colombia y Ecuador, fuertemente críticos de los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua en los foros internacionales. El gobierno de Fernández se ha negado recurrentemente a condenarlos, lo que atizó duras críticas de la oposición.
“Tenemos una agenda común que podemos reforzar, y desde allí negociar con Estados Unidos. En la OEA siempre hay discusiones y nunca se llega a ningún acuerdo”, cuestionaron desde el Gobierno, fuertemente enfrentado con el secretario general de la OEA, Luis Almagro. El viernes, y en el mismo sentido, el Presidente afirmó que la OEA “no fue un lugar de encuentro para América Latina” en los últimos años y que, en cambio, actuó como “una suerte de escuadrón de gendarmería para avanzar sobre los gobiernos populares”, según afirmó en un encuentro del grupo de Puebla. “Así como está, no sirve”, dijo el Presidente en relación a Almagro, que según reconocen fuentes oficiales y por presiones de Argentina y sus aliados (Perú, México y Bolivia) debió suspender el miércoles pasado una sesión especial de la OEA en la que se planteaba debatir (y condenar) la represión a las protestas populares contra el régimen de Miguel Díaz Canel en Cuba.
Con la presidencia de la Celac, entidad que componen 33 países de América y en la que no están ni Estados Unidos ni Canadá (Brasil la integra pero no participa) el Gobierno espera “negociar en conjunto” con Estados Unidos. “Nos enviaron vacunas, fue un gran gesto. Y si están preocupados por la influencia de China en la región, este sería otro tema a conversar”, sostuvieron desde el Gobierno, donde hablan de un “buen vínculo” con Washington. Citan como renovado ejemplo la carta del secretario de Estado, Antony Blinken, al canciller Solá, en el que en tono coloquial le agradece la reunión que sostuvieron en el G20 de Italia, su “colaboración en la agenda climática” y hace votos por “avanzar en otros objetivos que compartimos, como la promoción de los derechos humanos y la democracia, la finalización de la pandemia de Covid y fortalecer la seguridad regional”, según la carta a la que accedió LA NACION.
La semana pasada, Fernández buscó instalar la idea de que es un dirigente que “se puede sentar con todos”. En Perú, dónde llegó para la asunción de Pedro Castillo, se reunió con su par de Ecuador, Guillermo Lasso, con quien acordó acelerar el envío de embajadores, y con el de Colombia, Iván Duque, con quien avanzaron en “fortalecer la CAF”, que a principios del mes pasado quedó en manos de Colombia a expensas del candidato de la Casa Rosada, Christian Asinelli. Por lo que trascendió, el presidente Colombia dejó de lado sus críticas a Fernández por su “intromisión” en asuntos internos de ese país, y prefirió avanzar en acuerdos comerciales y hasta coproducción en materia de contenidos culturales, mencionados por el Presidente en la presentación virtual de la plataforma MICA.
“Presidir la Celac, dónde están gobiernos con un discurso antinorteamericano tan fuerte, no es negocio para la Argentina. En vez de jugar a una OEA diferente se la cuestiona y se busca confrontar desde otro organismo dónde están todos los malos de la película”, fustigó en estricto off una de las voces de la diplomacia durante el gobierno de Cambiemos.
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