El precursor de Centeno que reveló sobornos en Córdoba
Se trata de un arrepentido que describió en 2016 una operatoria que tiene nexos con la de los cuadernos
CÓRDOBA.- Miguel Vera fue un precursor de Oscar Centeno , el chofer de Roberto Baratta que registró el pago de las coimas en sus cuadernos. Durante el gobierno kirchnerista, Vera ofició de intermediario entre una financiera y funcionarios del Ministerio de Planificación Federal, que encabezaba Julio De Vido .
En diciembre de 2016, describió en la Justicia de Córdoba cómo se monetizaban cheques de supuestos sobornos para organismos nacionales a través de dos cuentas fantasma creadas para operar con la financiera CBI. En calidad de arrepentido, contó que uno de los participantes del negocio "desviaba fondos a temas edilicios en Key West y Fort Lauderdale", en Florida, Estados Unidos. Otro punto en común con la investigación del juez Claudio Bonadio .
Entre funcionarios que participan del juicio de CBI circuló que habría un nuevo arrepentido a pesar de que la instancia judicial del proceso lo impediría. Sin embargo, podría ocurrir como con Alejandro Vandenbroele , quien en un tramo de la investigación del caso Ciccone contó lo que sabía y eso fue bien visto por el tribunal y logró una pena más baja.
El testimonio de Vera -que es juzgado por la causa CBI- fue desagregado por el fiscal Enrique Senestrari en el expediente "Banco de la Nación-Zurko Pedro Tito y otros", en el que imputó a tres gerentes de la entidad. A fines del año pasado, pidió a la Justicia Federal porteña que investigara a los financistas Joaquín Juana y Manuel Teófilo Grant y, después, también los imputó él. La situación deriva en un "conflicto de jurisdicciones".
Vera, que está hoy en libertad y sin custodia especial, detalló el esquema creado para "pesificar los reintegros millonarios de la plata que salía del Ministerio de Planificación Federal". Explicó que se crearon las empresas Halabo y Jotemi (cuyas titulares, como reveló la nacion, eran beneficiarias de planes sociales) para ingresar los cheques a CBI.
El vicepresidente de CBI, Jorge Suau -de cuya muerte asfixiado en una camioneta (no se determinó si fue asesinato o suicidio) se cumplió el quinto aniversario hace unos días-, es a quien el arrepentido señala por las operaciones inmobiliarias en Miami. Menciona que las hacía "con un tal García Flores". Eduardo García Flores figura como agente de bienes raíces en la web especializada Realtor.com y, además, integrante del estudio García Flores & Asociados, expertos en "inversiones inmobiliarias" en Miami. Esa página fue dada de baja. Sus números de contacto están en la agenda del teléfono de Suau que secuestró la Justicia.
Por otro lado, en mayo de 2014, una nota con membrete del estudio García Flores y con firma del abogado Marcos Daher se presentó ante el fiscal en representación de Toyota Compañía Financiera para informar de un viaje de Darío Ramonda, acusado de ser uno de los "fondeadores" de CBI.
Respecto de los cheques que pasaron por las cuentas del Nación sucursal Plaza San Martín, en la desintervención ordenada por el juez Vaca Narvaja aparecen varias de las empresas investigadas por Bonadio, como la constructora Rovella Carranza y Esuco (de Carlos Wagner) y, también, uno de la Jefatura de Gabinete y otro de la Dirección Nacional de Vialidad, delegación Tierra del Fuego. También hay cheques de la Municipalidad de Villa María, de la época en que Eduardo Accastello era intendente. La Cámara de Casación Penal ordenó al Juzgado Federal N° 3 investigarlo por lavado; la causa se inició por una caja de seguridad con US$290.000 en CBI a la que él estaba autorizado a acceder.
En Comodoro Py, el juez Rodolfo Canicoba Corral lo imputó junto a exfuncionarios nacionales -entre ellos, Julio De Vido- por presuntas irregularidades en el manejo de fondos que administró el Ente Intermunicipal para el Desarrollo Regional. Accastello también fue mencionado por Vera, quien lo apuntó como uno de los "negociadores" ante la administración kirchnerista. Canicoba Corral pidió esa declaración.
En la Justicia sólo hay un "muestreo" de los cheques que Halabo y Jotemi ingresaban a la sucursal plaza San Martín del Nación y, además, las cajas desintervenidas contienen sólo aquellos superiores a $100.000.
Las cuentas sospechadas movieron $715,9 millones entre 2012 y 2014 y Luis de los Santos, encargado del local de la financiera en el centro cordobés, describió cómo se movían entre tres y cinco millones de pesos diarios en bolsos y mochilas.
La declaración del arrepentido vincula la apertura de las cuentas de la empresas fantasma con Ángel de Dios, consuegro De Vido y expresidente de SUBE. Además, en las "negociaciones" por fondos incluye nombres que figuran en los cuadernos de las coimas que registró Centeno: José López, exsecretario de Obras Públicas; Sandro Férgola, exdirector de Vialidad, y a Juan Campillo, exdirector de la ya disuelta Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca).
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