El pliego de Lijo, bajo una pesada losa de silencio en el Senado
El kirchnerismo y la UCR evitan pronunciarse, y sólo un puñado de senadores anticiparon su rechazo; la postulación del cuestionado juez federal recién tomará estado parlamentario en dos semanas
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La decisión de la vicepresidenta Victoria Villarruel de convocar la sesión para discutir el proyecto de Ley Bases para la segunda semana de junio obligará al juez federal Ariel Lijo a tener que esperar. Recién cuando se materialice esa sesión tomará estado parlamentario el pliego que firmó Javier Milei para postularlo como juez de la Corte Suprema. Este percance dilatará los plazos para la votación de su acuerdo en la Cámara alta para mediados del mes próximo, durante las vacaciones de invierno.
No parece ser un gran contratiempo para el magistrado, que en círculos íntimos asegura tener el apoyo de los dos tercios de los presentes que exige la Constitución para ser nombrado en la Corte. Lijo hizo de la paciencia una de sus principales virtudes, como lo demuestra el manejo que hace de las causas que caen en su juzgado, uno de los principales cuestionamientos que recibe de sus críticos.
Por el momento, la confianza que demuestra Lijo ante su círculo de confianza no encuentra eco en el Senado, donde la mayoría de los senadores guardan un prudente y en algunos casos vergonzoso silencio cuando surge la pregunta acerca de cómo votarán el acuerdo para designarlo juez de la Corte.
La respuesta más común para evitar las respuestas es ampararse en el hecho de que el pliego aún no ingresó de manera oficial y que no quieren prejuzgar antes de escuchar al candidato en la audiencia pública de la Comisión de Acuerdos. Al mismo procedimiento tendrá que someterse Manuel García-Mansilla, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, propuesto por Milei para ocupar la poltrona en la Corte que en diciembre próximo abandonará Juan Carlos Maqueda, cuando cumpla 75 años y deba jubilarse.
Esta ausencia de pronunciamientos no hace más que alimentar las fuertes sospechas de que la postulación del magistrado con despacho en Comodoro Py está asentada sobre los firmes pilares de un acuerdo político secreto a varias bandas, en el que suenan los nombres del presidente Milei, del juez de la Corte Ricardo Lorenzetti y que contaría con la participación de Cristina Kirchner y algunos sectores del radicalismo y Pro.
Por eso, lo que más ruido hace es el silencio del kirchnerismo. Plantado en una postura de oposición cerrada y estruendosa cuando se trata de discutir las propuestas legislativas del Gobierno de Milei, en el caso de Lijo no se ha escuchado ni una definición surgir de las huestes de Unión por la Patria de la Cámara alta. Con 33 senadores, el bloque que conduce José Mayans (Formosa) tiene la llave para definir la suerte de cualquier candidato a la Corte. La cuenta es fácil: en un cuerpo integrado por 72 legisladores, se necesitan 25 votos en contra para bloquear de manera fulminante un acuerdo o designación que requiera el apoyo de los dos tercios.
Pero no es la única fuerza que esquiva pronunciarse cuando se menciona el nombre del titular del juzgado federal 4 de Comodoro Py. En el radicalismo ya empiezan a preparar el terreno para justificar un eventual apoyo a la postulación de Lijo. “Los gobernadores no están en una situación fácil. ¿Quién se va a arriesgar a que sus senadores voten en contra de Lijo y después igual llega a la Corte? No te sale nunca más un fallo a favor”, razonó un legislador del centenario partido ante la consulta de LA NACION sobre cómo venía el tema Lijo en su bancada.
En el caso de la UCR, cada vez que se habla de Lijo todas las miradas apuntan a Martín Lousteau. Duro opositor al Gobierno, al extremo de haber sido uno de los dos miembros del bloque radical que votó en el Senado el rechazo del DNU 70/23, el también presidente del Comité Nacional evita pronunciarse sobre el tema, al menos en público.
“Tengo más razones para votar en contra de García-Mansilla, por su posición antiabortista, que en contra de Lijo”, se sinceró un legislador de Pro durante una charla privada con LA NACION cuando todavía faltaban varias semanas para que el pliego del juez federal fuera remitido por el Poder Ejecutivo al Senado.
Son pocos los que hasta el momento se han manifestado y todos lo hicieron en contra. “Fui concreto. Le dije que no votaría la postulación de Lijo. Además, le dije: Javier, si vos no tenés el culo sucio, ¿para qué necesitás un tipo así en la Corte Suprema?”, declaró públicamente que le dijo al Presidente el jefe del bloque de senadores de Pro, Luis Juez (Córdoba). Su comprovinciana y compañera de bancada, Carmen Álvarez Rivero, también anunció que rechazará la postulación.
Más sutil, y también de Córdoba, la peronista antikirchnerista Alejandra Vigo (Unidad Federal) sentó posición cuando presentó un proyecto de ley para que se contemple la diversidad de género en el máximo tribunal. Una forma de reclamar que el sitial dejado vacante por Elena Highton de Nolasco en 2021, para el que está postulado Lijo, sea ocupado por una mujer.
La candidatura de Lijo recibió una extensa lista de impugnaciones. El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip) concluyó que “es el juez más ineficaz de Comodoro Py” y el que más demora exhibe en el manejo de sus causas. Entre quienes lo impugnaron aparecen organizaciones como Será Justicia, Fores, la Academia Nacional de Derecho, el Colegio Público de la Abogacía de Capital Federal, el Colegio de Abogados de la Ciudad y el Foro de Convergencia Empresaria. La ONG Poder Ciudadano sostuvo que Lijo “no cuenta con los consensos necesarios y tampoco con los criterios de integridad e independencia mínimos”. Y el Foro de Convergencia Empresaria, que agrupa a 60 entidades de todo el país, como AEA, pidió que el Gobierno busque candidatos “íntegros y honestos”. Lijo también fue acusado por su patrimonio, aunque no recibió ninguna sanción penal.
El tema Lijo divide aguas en el oficialismo del Senado. El formoseño Francisco Paoltroni dijo que no iba a votar el pliego. Fue porque el juez benefició al gobernador Gildo Insfrán al remitir un tramo de la causa Ciccone a la justicia de Formosa, donde el expediente rápidamente naufragó. Habrá que Paoltroni ver si mantiene su postura en el caso que su voto sea decisivo para que el Gobierno pueda imponer a sus candidatos.
La otra voz resonante que se manifestó en contra del juez federal fue la de Victoria Villarruel, quien dijo que no consideraba a Lijo un jurista con la calidad para ocupar un lugar en el máximo tribunal de Justicia. Pero la vicepresidenta no es senadora y, por lo tanto, no tiene voto en una definición en la que no hay posibilidad de desempate.
Villarruel no se conformó con su rechazo público. Semanas atrás se sacó una foto con Vigo, la rionegrina Mónica Silva y representantes de la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina (AMJA) en ocasión de la presentación del proyecto de la cordobesa. Este martes, la agrupación celebrará una jornada para impulsar la ley de paridad de género en la Corte en el Salón Azul del Congreso. Por ahora, no está prevista su presencia, pero no se descarta que la vicepresidenta recorra los pocos metros que separa su despacho del lugar de la reunión y pase a saludar. Todo un gesto.
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