El plan de “Juanchi” Zabaleta para mantener la estructura actual pero avanzar hacia planes laborales
Asumirá el martes y promete no agitar el avispero interno; planifica una transformación del esquema asistencial
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La luz al final de túnel, como el presidente Alberto Fernández describió a los avances del plan de vacunación, dejó expuesto un problema social que amenaza con convertirse en una crisis de proporciones. En un escenario complejo, con una perspectiva de mucha mayor conflictividad, Juan Zabaleta se prepara para asumir uno de los ministerios más convulsionados. En medio de pujas internas, el intendente de Hurlingham, uno de los dirigentes más cercanos a Fernández ya buscó tender puentes con un mensaje claro: continuidad.
Mientras se prepara para asumir el desafío que le planteó el jefe del Estado –la jura será el martes, según adelantó uno de los hombres de máxima confianza del Presidente– el jefe comunal ya envió mensajes a todas las terminales de poder que anidan en el Ministerio de Desarrollo Social.
Para todos, según pudo reconstruir LA NACION de diversas fuentes, el mensaje fue el mismo: Zabaleta no desembarcará con la intención de modificar la estructura. Según les confió a varios interlocutores, el todavía ministro, Daniel Arroyo, hizo un trabajo muy importante. Tanto es así que en las charlas que mantuvo durante los últimos días, aquellos que lo escucharon, aseguraron que Zabaleta hizo propio un reclamo de las organizaciones sociales.
“Hay que transformar los planes en trabajo genuino”, fue una de las frases que utilizó en las conversaciones que tuvo con referentes de las organizaciones sociales como Fernando Navarro (Movimiento Evita) –también es secretario de Asuntos Parlamentarios–, Juan Grabois (UTEP) y Daniel Menéndez, uno de los referentes de Barrios de Pie, entre otros.
Esas palabras actuaron como un bálsamo para los referentes sociales, que pugnan por generar un cambio en la política social del gobierno nacional. Pasar de la etapa de asistencialismo, que se desplegó en los casi dos años de gestión, a una de transformación de los planes en trabajo genuino. Sobre este punto hay varios proyectos en evaluación. Otro guiño es que Emilio Pérsico seguirá a cargo de la Secretaría de Economía Social.
Zabaleta, al que desde los movimientos sociales describieron como un “tipo de la política y sensato”, también avisó a la organización que lidera Máximo Kirchner que no habrá movimientos internos. La camporista Laura Alonso continuará al frente de la Secretaría de Inclusión Social.
Pese a los intentos por llevar calma, la tensión va en aumento. Con un presupuesto de 360.000 millones de pesos, nadie quiere perder su rol interno en un ministerio clave a la hora de repartir planes y ayuda social.
En ese contexto, ayer hubo una multitudinaria marcha de las organizaciones sociales y políticas que componen la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), que avanzó desde la Iglesia de San Cayetano, en Liniers, hasta Plaza de Mayo, que sirvió para dejar en claro el nuevo escenario que se abre de ahora en más.
Como sucede habitualmente, el encargado de golpear la mesa fue Grabois, quien alertó que “la paz social está en peligro”. En una columna que escribió en el DiarioAr, el dirigente hizo un repaso de la situación que atraviesan los barrios vulnerables de los grandes conurbanos.
“La relativa estabilidad que se mantuvo durante el tiempo de la pandemia, lograda por algunas medidas del gobierno y la formidable red de cohesión comunitaria que por décadas tejimos movimientos sociales e iglesias, no podrá evitar por mucho más tiempo el estallido del pueblo pobre que quiere algo más que el plato de comida que nuestras ollas populares ofrecen cotidianamente”, advirtió Grabois.
Los encargados de tejer la relación con los movimientos sociales en la Casa Rosada coinciden con el diagnóstico. “Viene una etapa muy conflictiva. Se va a multiplicar”, graficó un hombre con despacho en Balcarce 50.
Pese a los reclamos, según resaltaron cerca del Presidente, la caravana de ayer no fue un acto oficialista ni opositor. “Es un grito que surge desde el subsuelo de la patria para interpelar al conjunto de la clase política, el poder económico y la sociedad”, buscaron repartir responsabilidades fuentes oficiales.
Llegó la hora, en palabras de Menéndez –que renunció como subsecretario de Políticas de Integración y Formación–, de desplegar una política social pospandemia. “Arroyo estuvo a la altura. Transitó estos años difíciles sin que se resquebraje el tejido social. Esperamos tener el mismo escenario, tenemos expectativas, pero no es vivible una sociedad con estos niveles de exclusión”, dijo el dirigente, quien ocupa el lugar número 16 en la lista de candidatos a diputado nacional por el Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires.
Este es el panorama que deberá afrontar “Juanchi” Zabaleta a partir de pasado mañana. “No va a Desarrollo a hacer quilombo”, describió uno de los hombres que mejor lo conoce. El tiempo que viene, según dijo parafraseando la campaña, “es con todos”. Lo mismo le pidió el Presidente, que vuelve a confiar la responsabilidad de gestión de su gabinete a un intendente del conurbano. Zabaleta se incorpora a un equipo que tiene a Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Jorge Ferraresi (Hábitat).
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