El PJ le pone "músculo" a la marcha sindical
Los intendentes del conurbano se suman a la movilización y hay aval de todo el partido
El peronismo encontró en la causa contra los despidos un eje de unidad. Así, en medio de la dispersión y las internas, la mayoría de los jefes territoriales y dirigentes partidarios se abraza a la marcha que convocan las centrales sindicales, en la primera demostración de fuerza en la calle que enfrentará Mauricio Macri.
Ayer, se sumó un actor de peso a la convocatoria: los intendentes del PJ de la provincia de Buenos Aires. Todo arrancó al mediodía, en una reunión que mantuvieron con el metalúrgico Antonio Caló, titular de la CGT oficial, Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).
De allí, en la sede de la UOM, sellaron el compromiso de apoyo en representación del grueso de sus pares, que luego analizaron en una cita ampliada. A la tarde, en Hurlingham, una veintena de jefes comunales cerraron filas sobre el planteo de expresar "preocupación" por la inflación, el aumento de los servicios públicos y, en especial, la pérdida de empleo.
"La economía está mal y la situación social empeoró estos últimos meses. Nuestro lugar es estar con los trabajadores, que están sufriendo y necesitan que el Estado los cuide más", dijo Katopodis a LA NACION.
No sólo estarán los intendentes. También expresó su respaldo el partido a nivel nacional, que ayer proclamó oficialmente la nueva conducción liderada por la dupla de José Luis Gioja y Daniel Scioli. Ambos prevén ir al Monumento al Trabajo. En la misma línea se mostró el PJ bonaerense, al mando de Fernando Espinoza, que participó de varias reuniones con vertientes gremiales para aportar a la organización, no sin roces.
La lógica puertas adentro del universo peronista es simple: por un lado, el reclamo sindical expresa una agenda que "une" más allá de los nombres y la cercanía o no a Cristina Kirchner; por otro, aprovechan para señalar lo que consideran un "agravamiento" del panorama.
En el llano, el PJ busca readaptarse a un escenario que le es difícil, después de doce años de hegemonía. "El pulso de la relación con el Gobierno y del perfil opositor lo define en gran medida el movimiento obrero", resumió un intendente del conurbano.
Anteayer, en una cumbre de mesa chica, quedó expuesto que los caciques no confían en el plan para encauzar la actividad. "Estoy con el paraguas esperando la lluvia de dólares, pero no creo que venga", desembuchó Caló. Ése es el punto que comienza a hacer mella: la falta de confianza en que habrá un repunte a partir del segundo semestre.
En otro capítulo de la juntada en Hurlingham, los intendentes avanzaron en su estrategia por retener la Federación Argentina de Municipios (FAM), una entidad que la Casa Rosada juega a arrebatarle al PJ. Los históricos Julio Pereyra, presidente en la sede nacional, y Descalzo, jefe de la sucursal provincial, desistieron de renovar en sus cargos, pero trabajan para conservar la herramienta.
Ahí estuvieron el anfitrión, Juan Zabaleta, y, entre otros, Verónica Magario (La Matanza), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Fernando Grey (Esteban Echeverría). En tándem, los jefe comunales fijaron como objetivo conseguir voluntades, entre alcaldes vecinalistas e independientes, para evitar que María Eugenia Vidal cuente con un referente propio en la federación. Por el peronismo, el candidato que promueve un grupo es Eduardo Bucca, de Bolívar. Si bien la FAM es un espacio de articulación con el Gobierno y una "vidriera", el resultado de la pulseada tendrá un valor simbólico en la disputa de poder.
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