El peronismo logró aprobar en Diputados una “condena al golpe”
La postura del justicialismo fue homogénea y prevaleció finalmente en la votación; el oficialismo mostró diferencias internas
En un debate intenso, el oficialismo y la oposición expusieron ayer sus posturas sobre la crisis institucional en Bolivia, pero sin acordar una declaración común. Al final se impuso, por mayoría, el peronismo y su postura de que en el vecino país se perpetró un golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales; en minoría, Cambiemos sostuvo que, en rigor, hubo un "golpe a la democracia" enmarcado en un proceso electoral fraudulento.
La discusión dejó heridas abiertas entre los socios de Cambiemos. En un principio creyeron haberlas saldado con un texto común en el que combinaron la palabra "golpe" con "fraude electoral", una fórmula urdida para no desautorizar al presidente Mauricio Macri y a la Cancillería, que se resisten a calificar lo sucedido en Bolivia como un golpe de Estado. Pero con el calor del debate, diputados del radicalismo se desmarcaron de la línea acordada para advertir, a viva voz, que lo sucedido en el vecino país fue "un golpe de Estado".
Quienes lo plantearon con todas las letras fueron los diputados de Evolución, un sector de la UCR crítico del gobierno de Macri que lidera Martín Lousteau, muy cercano al presidente del partido, Alfredo Cornejo. En un proyecto propio, expresan sin tapujos su "repudio ante el golpe de Estado perpetrado en Bolivia" aunque, a diferencia del peronismo, cuestionaron "cualquier práctica inconstitucional cometida por los gobiernos electos para alterar las reglas democráticas y los resultados electorales".
"No hay que tener temor de nombrar lo que se nombra, ni caer en la tautología. Esto es un golpe de Estado", enfatizó Carla Carrizo, lugarteniente de Lousteau, ausente por viaje. Previamente, el diputado Facundo Suárez Lastra, de la UCR, había marcado la postura de su partido. "Me resisto a la discusión semiótica. Si queremos llamarle golpe, llamémosle golpe. Creo que es un golpe. Pero también llamamos a las cosas por su nombre. El peronismo habla de ‘errores’ en el proceso electoral. Eso se llama fraude y es un robo a la soberanía del pueblo", sentenció.
Más allá de sus diferencias internas, Cambiemos se encolumnó detrás de la abstención a la hora de votar. La única excepción fue el diputado Daniel Lipovetzky (Pro) –cada vez más lejos del macrismo–, quien votó con el peronismo. "Tenemos que defender la democracia en la región y repudiar el golpe de Estado", argumentó.
El peronismo exhibió una unidad compacta entre todas sus vertientes. Tanto peronistas como kirchneristas, a los que se sumaron los bloques de Consenso Federal –que lidera Graciela Camaño– y de Alternativa Federal –que encabeza Pablo Kosiner– coincidieron en que lo sucedido en Bolivia fue un golpe de Estado. No hicieron mención a las irregularidades que denunció la OEA.
El diputado Felipe Solá, mencionado como el futuro canciller del gobierno de Alberto Fernández, advirtió que Morales fue forzado a renunciar ante la ola de vandalismo, a su juicio orquestada por la oposición, que azotaba la capital del país.
"La renuncia de Evo Morales es de alguien absolutamente condicionado por las circunstancias físicas, no políticas –enfatizó Solá–. Si se lee el texto de la renuncia se verá que es el mismo que hubiera escrito con un revólver en la cabeza".
Graciela Camaño coincidió en que en Bolivia se perpetró un golpe y cuestionó a la Cancillería por su falta de "objetividad". Y puso en tela de juicio la constitucionalidad de la designación de la nueva presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez.
Agustín Rossi, jefe del bloque del Frente para la Victoria, también cuestionó la autoproclamación de Áñez. "Fue tal mamarracho que ni siquiera el canciller [Jorge] Faurie se anima a reconocerla", ironizó. Rossi celebró que en sus discursos la mayoría de los diputados haya condenado el golpe de Estado, aunque alertó sobre la presencia, cada vez más activa, de las Fuerzas Armadas en la región. "Eso es culpa de [Jair] Bolsonaro", advirtió.
Sobre el final, el jefe del interbloque de Cambiemos, Mario Negri, sostuvo que si bien se debe condenar la intromisión de las Fuerzas Armadas en el conflicto boliviano, "hay que mirar la película completa". Tras reseñar las maniobras que cometió Morales para amañar el proceso electoral y permanecer en el poder.