El peronismo frenó en el Senado la reforma electoral del Gobierno
Una amplia mayoría de los gobernadores del PJ se expresó en contra de los cambios; argumentaron que el sistema presenta "vulnerabilidades" y el bloque del FPV postergó sin fecha el debate; resignación y bronca en el oficialismo
En sintonía con la corriente de fuerte rechazo que venía creciendo en el interior del bloque del FPV, los gobernadores peronistas decidieron ayer postergar el debate de la reforma electoral sin una fecha determinada, propinándole así al oficialismo su primer gran fracaso legislativo cuando faltan pocos días para que se cumpla el primer año de gobierno de Mauricio Macri.
Teniendo en cuenta el inminente fin del año legislativo y los plazos que necesita el Gobierno para poder aplicarla, la decisión del FPV de "seguir analizando herramientas que permitan mejorar el sistema electoral" implica la muerte definitiva de la reforma.
El golpe que dio ayer el PJ es a dos bandas. La decisión también afecta los intereses de Sergio Massa. El Frente Renovador había apoyado al oficialismo en el debate en la Cámara de Diputados, atraído por la tentación de eliminar las preocupaciones de fraude que el nuevo sistema le garantizaba en territorio bonaerense.
Como ocurrió con el fracaso de la denominada "ley Mucci" en el primer año de administración de Raúl Alfonsín y con el rechazo de la polémica resolución 125 durante el primer mandato de Cristina Kirchner, la oposición del Senado se convirtió en el escenario de una dura derrota política para el Poder Ejecutivo de turno.
Si bien el comunicado del FPV en ningún momento afirma que se bloqueará el tratamiento del proyecto, todos los participantes del encuentro, entre los gobernadores del PJ y la mayoría opositora de la Cámara alta, coincidieron en señalar que la decisión es hundir la iniciativa.
La determinación se trasladó a los hechos pocas horas después con la decisión del presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Marcelo Fuentes (FPV-Neuquén), de suspender el plenario convocado para el martes próximo, en el que iba a continuar debatiéndose la reforma electoral.
El oficialismo de la Cámara alta reaccionó con una mezcla de resignación y bronca. "Nosotros somos 15 senadores y el FPV tiene más de 40; hacemos lo que podemos, pero si ellos no quieren avanzar el proyecto se cae y los argentinos van a tener que esperar para tener un sistema de votación transparente", se lamentó el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo (Pro).
"La decisión de los senadores del FPV responde a la de los gobernadores del PJ, que tienen una mirada feudal y clientelar y en contra de la transparencia del sufragio", se quejó Luis Naidenoff (UCR-Formosa).
"Es una lástima", afirmó Graciela Camaño (FR-Buenos Aires) enterada de la noticia. "En Diputados votamos un proyecto que no ofrecía dudas, con controles antes, durante y después del acto eleccionario y con el convencimiento de que es una buena ley", dijo la diputada.
Tras poco más de dos horas de debate, y en un comunicado de cinco puntos, el FPV decidió enterrar las pretensiones del Poder Ejecutivo con el argumento de la inseguridad técnica que ofrece la boleta única electrónica (BUE) que el Gobierno pretendía aplicar el año próximo.
"Las objeciones de los expertos informáticos en cuanto a la alta vulnerabilidad de algunos de los métodos electrónicos propuestos determinan la imposibilidad del apoyo al proyecto tal cual fue aprobado por Diputados", sostiene el pronunciamiento de la mayoría opositora del Senado. La decisión fue el resultado de la fuerte resistencia a la reforma electoral de la mayoría de los caciques provinciales que concurrieron ayer al Senado a dar su opinión sobre la iniciativa. De las 10 provincias representadas, sólo dos (Entre Ríos y Tierra del Fuego) dieron su visto bueno a la boleta electrónica. El resto manifestó su rechazo a cualquier modificación en el sistema de votación. A la cabeza de la rebelión se pusieron los gobernadores Carlos Verna (La Pampa) y Gildo Insfrán (Formosa), secundados por el presidente del PJ, José Luis Gioja.
Participaron 37 de los 41 senadores del FPV, que escucharon a mandatarios y representantes de 10 de las 12 provincias gobernadas por el PJ. Además de Insfrán y Verna, estuvieron los gobernadores Gustavo Bordet (Entre Ríos), Lucía Corpacci (Catamarca), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Sergio Casas (La Rioja) y Sergio Uñac (San Juan); los vicegobernadores de Santa Cruz, Pablo González, y Santiago del Estero, José Néder, y el secretario de Gobierno del Chaco, Horacio Rey.
Sólo faltaron Juan Manzur (Tucumán) y Juan Manuel Urtubey (Salta). Ferviente impulsor de la boleta electrónica, el salteño había anticipado su ausencia. Ya sabía que el clima era contrario a sus intereses.
¿Qué significa?
Del editor: Uno de los proyectos que Mauricio Macri había señalado como una de las prioridades para su primer año de mandato quedó virtualmente congelado por la oposición del aparato más tradicional del peronismo. Es curioso que el Gobierno que logró acordar con los fondos buitre, con los gremios, con las agrupaciones sociales y con buena parte de la oposición sobre temas de profundo calado económico e institucional, no pudo atravesar el aparato de la corporación política. Así como los jueces no modifican sus beneficios impositivos, tampoco quienes manejan las estructuras políticas provinciales quieren perder su hegemonía. Las corporaciones rara vez se autodepuran. La presión social no siempre alcanza. Jorge Liotti
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