El peronismo en su laberinto: Quintela avanza sin el aval de Cristina Kirchner y Schiaretti construye por afuera
El riojano es impulsado por Axel Kicillof; la expresidenta apunta a la catamarqueña Lucía Corpacci; el exgobernador de Córdoba insiste con la “avenida del medio”
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CÓRDOBA.– Cristina Kirchner ganó centralidad en las últimas horas a partir de su confrontación con Javier Milei. El 17 de noviembre el Partido Justicialista debe elegir presidente y la exmandataria dejó algunos “mensajes” en el documento en el que criticó al libertario. Dijo que “se torció” y que se debe “ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción”; no apuntó nombres de cara al cargo. Casi a la misma hora, Ricardo Quintela buscaba sumar aliados con un acto en Entre Ríos. Al riojano lo impulsa Axel Kicillof. No tiene el aval de La Cámpora y no es de los preferidos de la expresidenta. En paralelo, por fuera de ese peronismo, Juan Schiaretti busca construir una alternativa: como en la última campaña electoral, apuesta por la “avenida del medio”.
En su reunión con referentes del peronismo entrerriano (también estuvo con la intendenta de Paraná, Rosario Romero), Quintela dijo que Cristina Kirchner “es una conductora natural del peronismo, ella no es patrimonio de ningún sector ni agrupación, es una candidata natural”. Y replicó la idea de que el partido se debe reorganizar para “ser competitivo y elaborar un programa y proyecto de país atractivo para el electorado”.
Del mitin participaron las diputadas nacionales Blanca Osuna y Carolina Gaillard; los exlegisladores provinciales Julio Solanas y Carina Ramos; el exdiputado nacional Marcelo Casaretto y el exintendente de Paraná y excandidato a gobernador Adán Humberto Bahl. Quintela viene haciendo estas reuniones en distintas provincias –estuvo en Jujuy, San Juan y Chaco– para “tratar de despertar este gigante que estaba dormido para ponernos de pie y empezar a marchar”.
Aunque en los hechos hoy Quintela es el único aspirante a presidir el PJ nacional, en La Cámpora quieren impulsar a Cristina Kirchner, mientras que ella mira a la senadora catamarqueña Lucía Corpacci, de buena relación también con Kicillof. Ser apuntada por la expresidenta la pone en una situación incómoda. La principal incógnita es si el bonaerense está dispuesto a torcer una decisión de su “madre política”.
Cristina Kirchner guarda viejas facturas con el riojano. Su hermana Teresita Quintela, cuando era senadora nacional, votó en contra de la Resolución 125. Horas antes le había dicho que “pensaría” su conducta.
En el medio
Schiaretti reapareció en la Convención Anual del IAEF en Mendoza, donde volvió a cargar contra el kirchnerismo e insistió en la construcción de una fuerza política que apueste a “la normalidad”. Decidido a no ser candidato en las legislativas del 2025, busca armar una alianza transversal. La construcción es por fuera del PJ.
En Mendoza se reunió con el gobernador Alfredo Cornejo y compartió panel con Ricardo López Murphy y Martín Tetaz. Su partido, Hacemos por Argentina, ya tiene presencia en 14 provincias y la intención es completar el mapa en los próximos dos meses. Las sirenas de las ambulancias están funcionando para recoger heridos de otros movimientos que “compartan” los postulados.
En esa lista no descartan nombres como los de Facundo Manes, Martín Lousteau y Horacio Rodríguez Larreta. Con el exjefe de gobierno porteño ya hubo coqueteos en la campaña presidencial cuando el dirigente de Pro intentó sumar al cordobés, ya lanzado como candidato.
En el círculo de Schiaretti entienden que la diáspora del kirchnerismo continuará y que de allí podrían sumarse nuevos dirigentes. “No los radicalizados, pero sí los del peronismo tradicional que habían quedado en el sector dominante”, sostienen.
Miguel Ángel Pichetto, jefe de bloque de Encuentro Federal en Diputados, conversa permanentemente con Schiaretti y es uno de los más entusiasmados en la iniciativa que encara el cordobés.
En este armado esperan sumar a dirigentes de los gobernadores peronistas “dialoguistas” Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Osvaldo Jaldo (Tucumán). Hasta el momento no hay señales concretas de que avancen en ese sentido. Tampoco están participando de los movimientos del sector duro del PJ.