El pedido de Alberto Fernández acentuó la división entre los movimientos sociales
La histórica división entre piqueteros "duros" y piqueteros "blandos" o "dialoguistas" no solo está vigente, sino que promete seguir profundizándose en los próximos meses al ritmo de la crisis económica y con la carrera electoral como peculiar telón de fondo.
En ese contexto, el pedido de Alberto Fernández para que las organizaciones sociales "dejen las calles" horas después de que piqueteros fueran reprimidos por la policía en plena 9 de Julio se convirtieron en un catalizador de las diferencias frente a la coyuntura más inmediata, de cara a los próximos meses y del recambio de poder que se daría el 10 de diciembre si se repiten los resultados de las PASO.
Las organizaciones sociales dialoguistas son básicamente tres: Barrios de Pie (la facción que tras la fractura lidera Daniel Menéndez), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que encabeza Esteban "Gringo" Castro, y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que comanda Juan Carlos Alderete. Forman el llamado "triunvirato de San Cayetano" y tienen buen vínculo no solo con Fernández, sino también con Mauricio Macri.
Son las agupaciones que en los últimos cuatro años construyeron una relación cercana con la ministra de Desarrolllo Social, Carolina Stanley y canalizaron la llegada de recursos del Estado a los barrios más postergados. Aunque nunca dejaron de reclamar y de presionar en las calles, -entre otras cosas en 2016 consiguieron que se aprobara la emergencia social-, en los momentos más críticos de la gestión de Cambiemos actuaron, junto con la CGT, como "garantes" de la paz social.
En ese polo, el pedido de Fernández fue recibido como "lógico" y "acorde" a una situación social, económica y política que no dudan en describir como "crítica". "Lo que plantea Alberto es razonable. Estamos en ante una situación de transición de mucha fragilidad con un gobierno que todavía no terminó su mandato pero parece no tener margen para resolver los problemas y un gobierno que no asumió. Si las demandas no se canalizan de manera ordenada, la transición se puede volver muy difícil", evaluó Menéndez ante la consulta de LA NACION.
En la misma línea, el dirigente destacó que la oposición y el oficialismo se hayan puesto de acuerdo para avanzar con la emergencia alimentaria en el Congreso y resaltó el rol de las oranizaciones sociales en el logro de ese consenso.
Menéndez aclaró que el estar de acuerdo con el reclamo que ayer hizo Fernández no quiere decir que Barrios de Pie, la CCC o la CTEP tengan previsto dejar de reclamar en la calle. "Vamos a estar atentos a cómo se distribuyan las partidas", planteó. Sin embargo, dio por descontado que la emergencia alimentaria que hoy se discute en la Cámara de Diputados se convertirá en ley y concluyó: "Si se sanciona la ley y las partidas se reparten como corresponde, no nos movilizaríamos. El objetivo estaría cumplido".
"Vamos a seguir en la calle"
En las antípodas de esa postura se ubican organizaciones como el Polo Obrero, una de las que acampa frente a Desarrollo Social, y que lidera Eduardo Beliboni, que no solo fustigó a Fernández por haber pedido que los piqueteros dejen las calles. También advirtió que declarar la emergencia alimentaria "no es necesario" y avisó que su organización, y otras, saldrán a la calle "todas las veces que sea necesario".
"La ley de emergencia tiene tufillo electoral. El Gobierno ya tiene herramientas para reasignar partidas. Con incrementar el presupuesto para alimentos era suficiente. Acá el problema son los temas que quedan afuera por los que vamos a seguir luchando", planteó Beliboni a LA NACION.
Dentro de esa agenda que para los piqueteros "duros" está pendiente figuran el aumento del salario social complementario, que hoy es de 7500 pesos y que las organizaciones pretenden llevar a "por lo menos" $10.000 para cubrir la disparada de la inflación posterior a la devaluación del mes pasado, y la "universalización" del beneficio, es decir, hacer que también lo reciban quienes se convirtieron en desocupados en los últimos meses.
Con Fernández y su pedido, Beliboni fue lapidario. "La frase de Alberto cayó muy mal. En el acampe y en general. Esperábamos que antes de pedirnos dejar la calle repudiara la represión salvaje que sufrieron nuestros compañeros y que pudo haber terminado mucho peor. ¿Quiere decir que tolera o avala la represión?", se preguntó. Y advirtió: "El gobierno en ciernes está empezando mal".
Sobre cómo se manejarán organizaciones como el Polo Obrero, el Bloque Piquetero Nacional y el Frente Organizaciones en Lucha (FOL), todas del ala dura, en las próximas semanas, fue tajante: "Vamos a seguir en la calle. Tenemos que ganar la calle. No podemos esperar a que este gobierno débil se tome su tiempo para resolver temas que son urgentes".
En concreto, se refirió a un Plenario Sindical Combativo que se realizará el próximo sábado y del que "seguramente" saldrá un mandato para mantener las protestas.
Oscar Kuperman, líder del MTR Cuba coincidió con los planteos de Beliboni y también hizo una advertencia directa a Fernández. "Vamos a exigirle a Macri que cumpla aunque le queden pocos meses de mandato. No nos vamos a ir de la calle. Y también queremos marcarle a Fernández que, si no cumple con los que más necesitan, vamos a seguir en la calle como lo hacemos desde 1997. Si de parte suya hay diálogo y respuestas no habrá problemas. Si no lo hay, vamos a estar en la calle desde el primer día de su gestión", avisó el dirigente en diálogo con LA NACION.
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