El Papa le pidió a Macri luchar contra la corrupción y los narcos
El primer encuentro entre Francisco y el Presidente fue cordial, aunque el Pontífice se mostró frío; hubo coincidencia en los temas centrales; el Santo Padre prometió viajar pronto al país, pero no este año
ROMA.- El presidente Mauricio Macri recibió ayer del papa Francisco, en la primera reunión oficial de su mandato, un fuerte impulso para la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, y la promesa de visitar la Argentina "lo antes posible", aunque no en 2016 porque su agenda se lo impide. El Gobierno interpretó que sería en 2017.
Según dijo luego Macri a la prensa, el Papa coincidió en la necesidad de "unir a los argentinos" y "luchar contra la pobreza" a través de la reinserción internacional "para atraer inversiones y crear empleo".
La reunión, de apenas 22 minutos, se realizó en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano. El gesto serio de Francisco en los saludos a la comitiva y la corta duración del encuentro generaron interpretaciones sobre cierta frialdad hacia el Presidente. En rigor, el primer papa argentino le dio un carácter estrictamente protocolar al encuentro. El lugar y la duración de la audiencia son los que se estilan para visitas oficiales y de Estado. Y el Gobierno se mostró "muy satisfecho" porque quiere construir una relación "institucional, sobria y de respeto".
Se buscó cambiar así la politización y sobreactuación personal de la ex presidenta Cristina Kirchner, a quien Francisco solía recibir en su residencia de Santa Marta en un clima más colorido.
De hecho, el Vaticano destacó, en un comunicado oficial, "el buen estado de las relaciones bilaterales" entre ambos Estados y consignó que "durante los cordiales coloquios han sido abordados temas de mutuo interés, tales como la ayuda al desarrollo integral, el respeto de los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y el narcotráfico, la justicia, la paz y la reconciliación social".
Fueron casi los mismos ejes de Macri en la rueda de prensa en la embajada argentina ante la Santa Sede. Consultado por LA NACION sobre si recibió consejos del Santo Padre, el Presidente dijo: "¿Consejos? Que tenga paciencia y que no dude en enfrentar los problemas graves de la Argentina, en especial el narcotráfico y la corrupción".
Lo dijo justo un día después de que Cristina Kirchner y otros ex funcionarios fueron citados a indagatoria judicial por la venta de dólar futuro del Banco Central. Y cuando aún repercute la detención de Milagro Sala, líder kirchnerista del movimiento Tupac Amaru, por asociación ilícita. Francisco le envió un rosario bendecido de regalo hace dos semanas, pero el nombre de Sala ayer no se mencionó.
"Fue muy importante el apoyo del Papa para luchar contra el narcotráfico y la corrupción", dijeron tres altos funcionarios de la comitiva.
Tal como adelantó LA NACION, Macri confirmó que buscó coincidencias en su plan de gobierno con la doctrina social de la Iglesia y que Francisco lo aprobó: pobreza cero, lucha contra el narco y unión de los argentinos. "Eso fue lo central", enfatizó.
"En todo eso le he dicho que espero seguir trabajando con la iglesia argentina", dijo Macri. "Él tiene su preocupación acerca de que los argentinos depongamos posiciones extremas para encontrar coincidencias", aseguró el Presidente. Y lo calificó como "el argentino más importante de la historia de nuestro país".
"Y también -añadió Macri- le comenté y él acordó conmigo que era muy importante que la Argentina vuelva a restablecer relaciones con el mundo, que sea creíble y confiable, para atraer inversión y trabajo, que es la solución."
"Nosotros necesitamos que el flujo de capitales tenga en cuenta a las persona y no que las descarte", agregó en lenguaje papal. "También me habló de la importancia de recuperar la cultura del trabajo, que dignifica al hombre", señaló.
El comunicado del Vaticano, en ese punto, subrayó "la positiva contribución, sobre todo en el ámbito de la promoción humana y de la formación de las nuevas generaciones, ofrecida por el Episcopado y por las instituciones católicas en la sociedad argentina". Ante otra consulta de LA NACION, Macri ratificó que invitó al Papa a nuestro país. Su Santidad le respondió: "Este año no, porque mi agenda no lo permite, pero lo haré lo antes posible".
El jefe del Estado calificó el encuentro con el Santo Padre como "muy bueno". Y añadió: "Lo vi muy bien, fue un encuentro entre dos viejos conocidos". Sin embargo, en 2010, cuando era cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio le pidió a Macri, entonces jefe porteño, que apelara un fallo judicial que autorizaba el matrimonio gay y éste se negó. Ello desató fuertes tensiones.
Macri y la primera dama, Juliana Awada, toda de negro y con mantilla, saludaron a Francisco con una sonrisa, pese a la solemnidad del Papa. Luego éste saludó al jefe de Gabinete, Marcos Peña; a la canciller Susana Malcorra; al secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; al secretario de Culto, Santiago de Estrada; al embajador ante el Vaticano, Rogelio Pfirter; al vocero Iván Pavlovsky, y a los gobernadores Juan Manuel Urtubey (Salta), Rosana Bertone (Tierra del Fuego) y Alfredo Cornejo (Mendoza).
Francisco le regaló a Macri un medallón con un olivo "que une lo que está separado", un ejemplar de la encíclica Laudato Si' y otro de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. Macri le retribuyó con un poncho, una cruz de Matará y una colección de 12 discos compactos con música argentina.