El papa Francisco y el presidente Mauricio Macri desde el lenguaje no verbal
Apretón de manos, posiciones, miradas, gestos, palabras y otros registros, explicaron el encuentro entre el Sumo Pontífice y el presidente argentino
"Aquel a quien cuentas tus secretos se convierte en el dueño de tu libertad" (La Rochefoucald). Y tanto el papa Francisco , de formación jesuita, como el presidente Mauricio Macri, que recibió formación en el colegio Cardenal Newman, saben lo que significa dar la información precisa y adecuada. Sin embargo, en el lenguaje no verbal, la gestualidad hace transparentes a hombres y mujeres.
Apenas se dieron la mano el gesto aparentemente adusto del Papa podría dar la impresión de cierta "frialdad" o "distancia" con respecto al mandatario argentino.
Luego, cuando el Papa lo invita a pasar a Macri, este casi apoya su mano derecha sobre el hombro izquierdo del Papa, pero Francisco cruza su brazo izquierdo con energía, impidiendo este gesto, por supuesto intuitivo, que en el lenguaje no verbal significa: "tengo poder sobre vos". Así comenzó la reunión que por 22 minutos mantuvieron ambos jefes de Estado.
El encuentro
Para explicar esa supuesta frialdad habría que poner en contexto la actual y poderosísima capacidad comunicacional del papa Francisco. En la reciente e intensa visita del Sumo Pontífice a México, se mostró cariñoso, tierno y muy cercano a todos los que él considera que tiene que llevarle su misericordia: enfermos, aborígenes discriminados, migrantes, poblaciones víctimas del narcotráfico y la miseria.
Muy distinta era su gestualidad hacia los mandatarios, funcionarios y sobre todo ante las jerarquías de la Iglesia y en particular, los obispos. Ante estos volvía la adustez de su rostro. Gestualidad que era "congruente", palabra clave que define si los gestos y las palabras tienen correlato entre sí, con el nivel de exigencia que el Papa promueve entre quienes tienen la responsabilidad de llevar a cabo la protección y ayuda de los "invisibles" y postergados del mundo.
Y esto podría sugerir que Francisco se endurece ante quienes considera que no están haciendo su "trabajo de pastores con olor a oveja". Así, se desvanece al ver el lenguaje no verbal cuando recibe a monjitas emocionadas y felices hasta la exaltación, con el mismo rictus severo del Padre exigente para lograr lo mejor de sus hijos, sin dejar su amorosidad expresada por sus actos de misericordia más que por sus gestos tiernos. Esos que sí se evidencian, y lo sabe hacer con autenticidad, con los necesitados. Abrazos, sonrisas, bromas y ternura derramados a izquierda y derecha. Sin discriminar, sobre todo con reclusos y reclusas de alta peligrosidad a quienes invita a dar testimonio de vida.
Cruz de Matará
Por eso, al recibir la preciosa cruz de Matará de manos de Macri, que encantó al Papa por la historia que involucra a los jesuitas –tan caros a sus sentimientos- Francisco siempre mantuvo su clásico "gesto neutro". Como él mismo llama, "de dignidad". Los brazos caídos al lado de su cuerpo, ofreciendo su total empatía, sin ningún tipo de gestualidad de afecto sobreactuado.
El Papa parado de costado al lado de Macri. El significado de su actitud corporal se refleja en sus consejos para quienes quieren ayudar a cambiar rumbos: "Cuando quieras ayudar a alguien que se equivocó, hacelo con dignidad. Escúchalo e invítalo a orar. No vayas a decirle 'acá tenés la receta' porque ahí mismo te va a dejar de escuchar. Ayúdalo con suavidad y también firmeza a recuperar la senda. Parate a su lado". Esos son los consejos que el Papa da, cuando aconseja cómo hacer que alguien cambie de actitud de vida.
El Papa también cree más en los hechos que en las palabras. De la misma manera que Mahatma Ghandi no se dejaba abrazar por sus seguidores cuando los arengaba para conseguir una meta. Esperaba que estos cumplieran con lo que se habían comprometido a hacer. En ese momento sí daba su afecto con gestos de ternura.
De esta manera, el papa Francisco cumplió con su tarea pastoral y de jefe de Estado de recibir con respeto y darle dignidad al diálogo con el presidente Macri, dejando abierta la posibilidad de felicitarlo por llegar a cumplir su labor de mandatario y líder de este momento del pueblo argentino. Por eso aplicará lo mismo que le aconsejó a Macri: tener paciencia.
La gestualidad en la conferencia de Macri
En la conferencia de prensa, que duró 17 minutos, Macri dijo: "Hacíamos esto mismo en Buenos Aires", tratando de afirmar la buena relación con el ex cardenal y Arzobispo de Buenos Aires, que en los últimos tiempos se creía se había deteriorado porque el no veto de Macri al matrimonio igualitario en la Capital Federal, le había abierto las puertas a que se estableciera luego a nivel nacional.
Macri siempre priorizó hablar de su sentir: "Lo vi bien [al Papa Francisco] y siento…". Sin embargo, después negó levemente con la cabeza. "Es el argentino más importante de la historia de nuestro país, admirado y respetado por el mundo entero", dijo.
"Muy contento de saber que cuando necesitemos su apoyo lo vamos a tener", señaló, congruente con su gestualidad, aunque bajó el tono de voz al final de la frase. Retoma un tono más fuerte al decir: "Hay que sanar las heridas y curar los enojos".
Macri se tocó el cuello del saco y la camisa que es una forma de tomar aire ante el desafío que se le presenta cuando le preguntan por los consejos que le había dado el Papa y que él mismo dijo que esperaba recibir. Se detuvo al decir: " que no dude en enfrentar los problemas graves que tiene la Argentina, que evidencia que realmente lo preocupan mucho", evidenció que lo preocupan mucho también a él. "Mencionó el narcotráfico y la corrupción que destruyen oportunidades para los que menos tienen".
La posición de los pies
La planta de los pies se considera una de las zonas más vulnerables de seres humanos. Por eso la exposición ante quienes se enfrenta demuestra seguridad y tranquilidad. En el caso del Presidente, se ve que los pies se encuentran en una posición intermedia, que demuestra que esperaba algún tipo de "agresión", en forma de pregunta de parte de los periodistas .
Cada vez que se relajaba, Macri se "tiraba" para atrás mostrando tranquilidad y al tomar una pregunta que considera difícil tomaba una postura de alerta apoyando su cuerpo sobre la mesa.
Cuando le preguntaron por los despidos en la Argentina y cómo se compadece eso con el mensaje de misericordia y de justicia social de lo que se habla con el Papa, Macri cruza su frontalidad con su mano izquierda acomodándose el saco del lado derecho como una forma de parapetarse ante lo que se viene.
"Recuperar la cultura del trabajo" es una frase que dice con seguridad y convicción y en la que realmente cree que coincide plenamente con el papa Francisco.
Y, aún desde la mirada de un cineasta como Marcel Pagnol, se puede ver los límites de la realidad y lo sugerido. "Las cosas no se dicen. La palabra es la ola que se ve por encima, pero lo que vale es lo que discurre en las profundidades".
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