El operativo de Pro para llevar a Horacio Rodríguez Larreta a las villas del conurbano y disputarle el voto al kirchnerismo
El jefe porteño y Diego Santilli recorren las zonas más postergadas de la provincia para penetrar en la base electoral del PJ
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Con el objetivo de penetrar en la base electoral del kirchnerismo y ampliar la base de sustentación de Juntos por el Cambio, el Pro puso en marcha un operativo para llevar a Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli, primer candidato a diputado nacional de la coalición opositora en Buenos Aires, a las villas y los asentamientos de las zonas más postergados del conurbano bonaerense, histórica fortaleza del PJ.
La estrategia de campaña del larretismo para las PASO tuvo dos terminales. Desde la cúpula de la Ciudad, con Federico Di Benedetto a cargo del tablero de control, se coordinaron las “bajadas” del alcalde porteño a los municipios identificados como estratégicos por los armadores de Pro para la contienda con Facundo Manes. En general, Larreta acompañaba a Santilli, su delfín en el distrito, en una caminata por zonas comerciales. Esas recorridas se hacían con toda la maquinaria proselitista de la Ciudad para retratar la visita de Larreta. Pero, con la intención de fortalecer su proyecto presidencial, el jefe porteño también le dedicó varias horas de su agenda a visitar, sin cámaras, los barrios más humildes de San José, Monte Chingolo, Villa Fiorito o Villa Jardín, territorios ubicados en la estratégica tercera sección electoral y dominados por el peronismo. “Un candidato de Pro nunca estuvo en el fondo de Fiorito”, se jacta uno de los organizadores de los tours larretistas.
El objetivo de las “bajadas” de Larreta y otros referentes de Pro es “romper el statu quo” en las capas más postergadas de la sociedad y disputarle la representación al peronismo en territorios donde el macrismo no logra penetrar con su mensaje. Allí, un segmento del electorado sigue siendo refractario al amarillo. “Horacio estaba entusiasmado. Los vecinos lo conocían”, remarca un ladero del alcalde que participó de las recorridas.
En esas aproximaciones a las villas del conurbano “profundo”, Larreta se topó con un escenario distinto: charló con comerciantes, percibió la creciente inquietud por la inseguridad y el narcotráfico, vio a familias haciendo ollas populares en la calle y hasta presenció riñas a golpes de puño entre punteros del PJ y de Pro. “En Ingeniero Budge se puso picante. Hubo trompadas porque a los muchachos no les gusta que les pisen el territorio”, cuenta uno de los armadores del larretismo. Días atrás, Larreta caminó una villa de Lomas de Zamora con Guillermo Viñuales y referentes de La Marea, una red de líderes impulsada por el vidalismo. Ese espacio vincula a dirigentes de los barrios populares del conurbano.
Quienes coordinan el operativo para llevar a Larreta por las villas bonaerenses son los laderos del intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y su jefe de Gabinete, Diego Kravetz. “En general, la campaña de Pro tiene una lógica comunicacional enfocada en la clase media. El conurbano requiere, otra práctica comunicacional y política”, apunta un alfil del larretismo en Buenos Aires.
Para ingresar a los barrios, el Pro utilizó punteros o representantes locales de la fuerza que conozcan los “códigos” del lugar. Una suerte de custodia en las travesías de Larreta y Santilli por las villas. “De malo o de lindo no va en el conurbano”, avisa un dirigente peronista que integra las filas de Pro.
Grindetti y Kravetz, arquitectos del espacio Hacemos, que aglutinó a dirigentes territoriales del peronismo que rechazan el avance de La Cámpora en los municipios de Buenos Aires, convencieron a Larreta y Di Benedetto, su estratega comunicacional, de que su presencia en las villas del conurbano iba a ayudar a consolidar “una base de sustentación” en la tercera sección electoral que le permitiría “hacer pie” en 2023. “¿Con esto Larreta es presidente? No, pero necesitamos una práctica política distinta en lugares como Ingeniero Budge o Villa Fiorito”, resalta una fuente del espacio. La agrupación Hacemos fue el puntapié inicial del operativo del larretismo para pelearle el voto al peronismo en sus bastiones. “Para consolidar ese trabajo es necesario que los candidatos estén en el territorio. Esa estructura te permite ganar votos y que no te los roben el día de la elección”, cuenta una fuente de Pro.
Con el know-how de Grindetti y Kravetz, Larreta y Santilli intensificarán sus recorridas por las zonas más vulnerables del conurbano. Pretenden extrapolar a la provincia el manual proselitista que les dio resultados en la ciudad. Si bien se enfocó en disputarle el voto a Manes en los cascos urbanos (los 50 municipios estratégicos), el exvicejefe porteño también pisó las periferias: fue a Villa Diamante, Villa Jardín, Santa Rita y zonas del sur de Laferrere antes de las primarias. En las PASO, el Frente de Todos se impuso en La Matanza, Avellaneda o Lomas de Zamora, distritos de la tercera sección donde gobierna el PJ. En cambio, cayó en Quilmes. En Pro advierten que mejoraron su performance histórica en los distritos. “Queremos pegarle en la línea de flotación al kirchnerismo”, apuntan desde el larretismo.
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