La Iglesia pidió dejar de lado las actitudes y gestos que provocan divisiones
LA NACIONMariano De Vedia
El presidente del Episcopado y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, llamó a dejar de lado las actitudes y los gestos que dividen, separan y provocan desunión y construir "el amor social", en el cierre de una semana de extrema tensión política.
En un videomensaje, Ojea dijo que la pandemia del coronavirus "nos ha pegado muy fuerte" y advirtió: "Tenemos hermanos y hermanas nuestros con mucha tristeza, depresión y angustia y, también, con conductas desmesuradas, que extreman las contradicciones".
"Estas actitudes en gestos, en palabras, que vemos tan a menudo, van creando entre nosotros relaciones diabólicas, en el sentido de que diabolus en griego quiere decir dividir, separar, desunir, destruir. Lo contrario son los vínculos simbólicos que tienden a la comunión y a la armonía", explicó.
Entre otras preocupaciones, advirtió que "en este tiempo tenemos más droga en nuestros barrios marginales y, por supuesto, tenemos más delincuencia. ¿Qué podemos hacer para contener mejor a nuestros niños y jóvenes?"
Transmitió su mensaje en vísperas de la colecta Más por Menos, que la Iglesia realiza este fin de semana en todo el país, para promover la ayuda solidaria y combatir la desigualdad. Este año, el lema de la campaña es: "Nadie puede dar todo… pero todos podemos dar algo".
Ojea afirmó en su mensaje que es posible construir en la sociedad "el amor social" para que penetre en las estructuras políticas, económicas y sociales. "Eso puede darse, no es un sueño milagroso. Se puede dar si trabajamos bien en función de eso", expresó.
En sintonía con un reciente mensaje del papa Francisco, dijo que "un virus que no tiene barreras debe ser atacado por un amor sin barreras" y que "un virus que ataca a todas las clases sociales y a todos, debe ser combatido con un amor sin barreras".
El titular del Episcopado ubicó a los niños y a los seres más vulnerables entre los modelos más apropiados para fundar el "amor social".
"Los niños, tan desprotegidos en este momento de pandemia, sobre todo aquellos que no tienen conectividad y viven de un cuadernillo para establecer una relación con la escuela. Y que están solos la mayor parte del día. O, si no, en grupo y a veces sin aprender nada de nuevo", describió Ojea.
"¿Habrá posibilidad de que los comedores, con todos los recursos sanitarios posibles, tengan un rato de contención, un rato de escuela, un rato de aprendizaje? Podemos usar nuestra creatividad para poder cambiar esta situación. Me parece que estamos en deuda con ellos", añadió, en relación a lo expuesto que están los niños los jóvenes a la droga y a la violencia.
Al instar a "cambiar de veras nuestros vínculos y nuestras relaciones", Ojea concluyó que "no es un sueño imposible, podemos construirlo juntos. Estamos ante esta oportunidad. No nos dejemos llevar por la indiferencia, la insensibilidad, la lucha estéril y el desamor".
Por Mariano De Vedia
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