El nuevo rol de Massa, un desafío para la estrategia de Juntos por el Cambio
Referentes de la coalición opositora buscan tomar distancia del designado ministro de Economía para evitar tensiones internas
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El desembarco de Sergio Massa en el Ministerio de Economía que dispuso, bajo una fuerte presión de sus aliados, el presidente Alberto Fernández para enfrentar la crisis política y financiera encendió las luces de alerta en el tablero de Juntos por el Cambio.
En un sector del espacio asumen que la incorporación de Massa se convertirá en un desafío para la principal fuerza opositora. Por un lado, sospechan que el diputado buscará abrir una eventual negociación con la oposición para darle sustentabilidad a su plan para estabilizar el mercado cambiario y frenar el alza de la inflación. En paralelo, la irrupción de Massa como figura dominante en el Gabinete, con una agenda dirigida a la clase media y sectores productivos, empujará a los jefes opositores a calibrar sus mensajes y articular una estrategia a la hora de posicionarse frente al Gobierno. Cuando falta un año para las primarias presidenciales, los popes del espacio quieren evitar errores no forzados, para capitalizar el desmoronamiento del Frente de Todos, sobre todo, en el conurbano. “Tenemos que ser directos, claros e inteligentes”, dice uno de los referentes de JxC.
La disputa interna en la coalición opositora por las candidaturas y el armado electoral con miras a los comicios de 2023 atraviesa una etapa de tregua desde que estalló la crisis política y económica por el sorpresivo portazo de Martín Guzmán. La crisis en el oficialismo ayudó a disimular las divisiones internas. Pero la llegada de Massa al Gabinete de Fernández amenaza con alterar la paz en el ecosistema cambiemita. En un sector del macrismo y en la Coalición Cívica, de Elisa Carrió, estarán atentos a los gestos y movimientos del tigrense, quien mantiene estrechos lazos con dirigentes de JxC, como Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales o Cristian Ritondo, entre otros. Y ya se activó una suerte de operativo blindaje. “No creo que nadie entre en el juego. Quizá a muchos les gustaría, pero se dan cuenta de que el espacio político para hacerlo es muy pequeño”, aseguran en el ala dura de Pro.
Entre las espadas de JxC que tienen contactos permanentes con Massa por la labor legislativa avisan que la mesa nacional de JxC definirá la posición ante un eventual llamado a la concordia del diputado.
De arranque, Patricia Bullrich salió a marcar a distancia del diputado. Mientras que Larreta o Morales evitaron desacreditar la figura del nuevo ministro de Economía y pusieron énfasis en la “anarquía” del Gobierno o la “improvisación” y la falta de rumbo, Bullrich dijo que Massa “es una persona que no genera confianza”.
En la tropa de la exministra sospechan que Massa ensayará una jugada para poner en “aprietos” a JxC. “Va a intentar buscar a sus aliados para dividirnos”, presumen. En la fuerza de Elisa Carrió también se pusieron en guardia: “Hay que impedir cualquier emboscada”, repiten los lilitos. En rigor, advierten que el desafío de JxC es evitar que alguno de sus miembros ceda ante un eventual “canto de sirena” de Massa. En la cúpula del espacio aún sobrevuela el recuerdo de las tensiones que provocaron los diálogos y acuerdos subterráneos de Massa con referentes de JxC en el Congreso. Por ejemplo, las primeras negociaciones para postergar la realización de las legislativas las conversaciones por las vacantes en el Consejo de la Magistratura o la prórroga del blanqueo a los incentivos para la construcción. “JxC debe mantenerse en sus valores y principios y no tenemos que entrar en este juego”, avisan en la cúpula de Pro.
Bullrich está convencida de que cualquier aproximación al Gobierno será dañina para JxC, que necesita mostrarse como una alternativa de poder con miras a 2023 en pleno proceso de reconstrucción de liderazgos. “Nosotros somos la reserva política del país. Y lo que representa Massa es todo lo contrario a nuestra forma de entender y pensar la política”, señala uno de los líderes de la fuerza.
En el ala moderada de JxC se muestran prudentes y admiten que hay poco margen para que exista una convocatoria de Massa. En el larretismo consideran que el ingreso del diputado al Gabinete podría darle un alivio temporal al Gobierno y generar expectativas en el mercado, pero sospechan que el tigrense será absorbido tarde o temprano por la feroz interna entre Fernández y Cristina Kirchner, como ocurrió con Juan Manzur o Daniel Scioli. “Nuestra posición es muy clara: lo de Massa es un episodio más de la improvisación del Gobierno. Se van a cumplir dos tercios del mandato y todavía no hay un plan. Y si quieren dialogar con la oposición, el ámbito es el Congreso”, remarca uno de los estrategas de Larreta. En ese sector de Pro relativizan la chance de que Massa pueda reactivar la gestión del Gobierno y convertirse en un contrincante en la cruzada por seducir a los sectores desencantados con la clase dirigente por el deterioro económico.
Desde que se integró al Frente de Todos en 2019, Massa intentó ser un contrapeso de las posiciones más extremas del kirchnerismo y se mantuvo en el lugar de la derecha en el universo del oficialismo. Está claro que con amplios poderes como ministro de Economía intentará acumular capital político para posicionarse en la carrera por la sucesión presidencial.
“Han llegado a esta situación destruyéndose entre ellos y especulando y dejando a la gente en una situación de orfandad”, remarcan en Pro. Entre los laderos de Bullrich consideran que Massa lidiará con una disyuntiva en su nuevo rol: “No la va a tener fácil. Si adopta una posición pro-mercado, hará crujir al oficialismo y a su base electoral. Y si no lo hace, va a chocar la calesita como Guzmán o Batakis”, aseguran.
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