El Movimiento Evita se abraza a Fernández y apuesta avanzar más casilleros en el tablero oficialista
En la organización que lidera Emilio Pérsico consideran que el liderazgo de Cristina Kirchner “está llegando a su ocaso”; buscan que el Presidente cumpla con su promesa de otorgarles mayor espacio en el Ministerio de Desarrollo Social
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Tan cierto como que se profundizaron las diferencias al interior del Frente de Todos, lo es que el nuevo escenario abierto a partir de la aprobación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) clarificó las estrategias de cada una de las tribus oficialistas. Todas plantaron bandera. Y aunque las tensiones se agravaron, cada cual parece reconocer mejor en qué lugar del tablero está parado. En ese marco, hay un jugador decidido a avanzar más casilleros: el Movimiento Evita.
La organización comandada por Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro se convirtió en un resorte fundamental del acotado poder que logró edificar Alberto Fernández desde su llegada a la Casa Rosada. A contrapelo del kirchnerismo, sus dirigentes y el Presidente comparten expectativas. Ambos entienden que es necesario “estabilizar la economía”. Y ven en el entendimiento alcanzado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, una herramienta fundamental para lograr ese objetivo, con la mira puesta en el crecimiento económico.
“Creo que existe una oportunidad de relanzar nuestro gobierno, pensando en los problemas que está sufriendo el pueblo”, sostiene Gildo Onorato, uno de los principales referentes del Evita, ante la consulta de LA NACION. Es que la organización social más voluminosa de la Argentina, cuyas figuras se jactan de poder movilizar 300.000 personas si así lo desearan, está decidida a hacer valer su peso territorial en medio del fuego cruzado que por estas horas atenta contra la unidad del conglomerado oficialista.
"El liderazgo de Cristina Kirchner está llegando a su ocaso."
Gildo Onorato, dirigente del Movimiento Evita
A Onorato no le tiembla el pulso al momento de describir a las figuras de Cristina Kirchner y Mauricio Macri como “liderazgos que están llegando a su ocaso”. En sus palabras, ambos expresidentes “son emergentes políticos de la crisis del 2001 que no fueron capaces de construir un proyecto integrador del conjunto de nuestra nación”. Para llenar ese “vacío”, al que define como “una grieta que lacera a la sociedad y aleja a la política de los problemas reales”, el también dirigente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) sostiene además que se se debería “construir una nueva representación para desarrollar una democracia que se parezca mucho más a su pueblo”.
Pero esa evaluación no es aislada. En diálogo con este diario, Onorato tampoco evade referirse al futuro político de Fernández y las chances electorales que eventualmente tendría en la búsqueda de un segundo mandato. En ese sentido, el referente social sostiene que “todos los presidentes tienen la posibilidad y el derecho a ser reelectos”. Y aunque no deja de considerar Fernández como una figura “de transición”, vaticina: “Si todo mejora como parece que va a ir sucediendo, el candidato natural del peronismo va a ser Alberto”.
Lo cierto es que el Movimiento Evita aboga por una gran PASO del Frente de Todos en 2023. “El macrismo se va a ordenar en una interna, y nosotros nos tenemos que ordenar en una interna”, señaló Pérsico en una entrevista reciente con ElDestapeWeb. Es lo que hubieran deseado que suceda en las legislativas de 2021, cuando esa herramienta para dirimir candidaturas fue objetada por varios jefes comunales del peronismo del conurbano. El caso más resonante tuvo lugar en La Matanza. En el principal distrito bonaerense, los movimientos sociales intentaron enfrentar en internas al intendente Fernando Espinoza. Pero al Frente Vecinal, que lidera la diputada provincial Patricia “Colo” Cubría, esposa de Pérsico, no le permitieron participar de las primarias.
Nuevos casilleros
Fueron muchos los gestos que convirtieron al Movimiento Evita en una suerte de “perro guardián” de Alberto Fernández. Entre ellos, sobresalen el fallido llamado a movilizar “en defensa” del Presidente, tras la renuncia masiva de funcionarios ligados al kirchnerismo, y la reciente marcha al Congreso en ocasión de la apertura de sesiones ordinarias. Es una fidelidad que tuvo su expresión legislativa más concreta el mes pasado, durante el tumultuoso debate parlamentario en torno al entendimiento con el FMI. En el recinto de la Cámara baja, tanto Leonardo Grosso como Eduardo Toniolli, los únicos dos diputados “evitistas”, levantaron la mano para votar a favor del refinanciamiento de la deuda contraída por Cambiemos.
Según pudo saber LA NACION de fuentes de la organización, en el Evita apuestan a cobrar ese apoyo incondicional con un rol más activo en la toma de decisión de la gestión. Y si bien no pretenden dejar de reclamar por un ministerio que nuclee a todas las áreas vinculadas al trabajo informal, insistirán para que Fernández cumpla con la promesa de otorgarles mayor espacio en el Ministerio de Desarrollo Social que conduce Juan Zabaleta, un alfil clave en el organigrama albertista.
Con Pérsico al frente de la Secretaría de Economía Social, un lugar estratégico de la cartera que gestiona la asistencia, en el Movimiento Evita se ilusionan con capitalizar el giro operado por Zabaleta a partir de su decisión de limitar la expansión de los programas sociales con la excusa de enfocar esfuerzos en la creación de “trabajo genuino”. Al igual que el exintendente de Hurlingham, los dirigentes territoriales están de acuerdo con imprimirle una impronta “productiva” a la política social, tal y como lo anunció Fernández en su discurso del pasado 1° de marzo en el Congreso.
En el Evita lo presentan como “un salto de calidad” en el camino hacia el “fortalecimiento” de las cooperativas de trabajo. Por eso, según plantea Onorato, insistirán con la necesidad de que sean tratados en el recinto un conjunto de proyectos de ley que ya cuentan con estado parlamentario, como el monotributo productivo, y que abarcaría a una población de casi 7 millones de trabajadores no registrados. “Nos parece central que exista una agenda legislativa que ponga en el centro de la política económica los problemas de la economía popular”, enfatizó el dirigente.
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