El misterioso empresario que removió a un camarista y tiene en vilo a varios jueces
Un misterioso empresario platense provocó la remoción del camarista federal Eduardo Freiler. Pero sus ramificaciones de negocios llegan mucho más lejos y alcanzan a otros jueces federales y sus familiares directos, al entorno del exsecretario privado de los Kirchner, Daniel Muñoz, e incluso a la "diplomacia paralela" con Venezuela, según surge de documentos oficiales y privados, y una veintena de testimonios que acumuló LA NACION durante dos años.
Ese empresario, Raúl Mingini, salió a la luz por primera vez en mayo de 2017, cuando LA NACION reveló que una de sus compañías le aportó doce cheques a Freiler para que se comprara un automóvil Mercedes Benz. Freiler terminó destituido, pero los vínculos de ese empresario con Comodoro Py van más allá. Alcanzan a los jueces Ariel Lijo -secretario general de la Asociación de Jueces Federales (Ajufe) de la Argentina-, a Rodolfo Canicoba Corral y al exjuez subrogante Octavio Aráoz de Lamadrid, entre otros.
Con antecedentes penales complicados y un tendal de exsocios, exempleados y exclientes a los que adeuda dinero -muchos de los cuales dialogaron con LA NACION-, Mingini se mueve con tranquilidad. Entre otros motivos, porque en ocasiones se trasladó en una camioneta BMW a nombre de Alfredo Lijo, el hermano y operador judicial de su hermano juez, Ariel. O llevó y trajo bienes y mercaderías a un campo y a un balneario cercanos a Necochea del entonces camarista Freiler.
Los apellidos Mingini y Lijo también aparecen juntos en la compra de dos fincas en la localidad de Cuadro Nacional, San Rafael, provincia de Mendoza, según consta en la copia del "convenio marco" de compraventa, fechado y firmado a fines de 2015, cuya copia obtuvo LA NACION.
A través de ese "convenio marco", Mingini se comprometió a comprarles la finca "Piedralba" a los franceses Jules Vincen Merpillat y Jacqueline Arnaud, y la finca "La Rosada" a los estadounidenses James Walker y John Frannea. Precisó que abonaría con dinero en efectivo, en parte, y el resto con la entrega de una Volskwagen Tiguan, patente HVT537, a nombre de su esposa, y de la camioneta todoterreno BMW modelo X1 2.0D, patente JBI880, a nombre de Alfredo Lijo.
Consultados por LA NACION, Mingini y "Freddi" Lijo dieron versiones contrapuestas. "Yo no tengo nada que ver con los Lijo. Compré una finca en Mendoza y lo tengo todo declarado, pero no tengo nada que ver con una BMW", afirmó Mingini, aunque LA NACION accedió a fotos de esa camioneta en su fábrica.
"Freddi" Lijo también contradijo a Mingini. Confirmó a LA NACION que le vendió la camioneta a través de un conocido en común, Amílcar Ricci –denunciado por falso testimonio tras declarar a favor de Freiler ante el Consejo de la Magistratura- y entregó a este diario la denuncia de venta que presentó ante la AFIP a fines de 2015. "Se la vendí a él, que a su vez se la prestaba a ‘Chiche’ [Freiler]. Pero no tengo nada que ver con esas fincas".
Para entonces, "Freddi" Lijo ya había dejado de vender empanadas en Villa Dominico y gozaba de un patrimonio importante. Entre otros activos, ya controlaba el 20% de las acciones de Caledonia Seguros (a través de Caledeco SA), compañía que adquirió 20 autos de lujos; entre ellos, un Mercedes Benz E350, blanco, que usó el juez Ariel Lijo con una cédula azul emitida a su favor. También, un piso en Las Cañitas y el haras "La Generación", además de un balneario en Necochea que, al decir de su exesposa comparte con Freiler.
En Mendoza, mientras tanto, la operación se concretó a fines de 2015. Franceses y estadounidenses recurrieron a un enólogo de San Rafael, Carlos José García, que se encargó del papeleo, según confirmó el propio García a LA NACION. Y él se quedó durante unos meses con el BMW importado de Alemania durante, sin completar la compraventa, hasta que se la entregó a un comerciante de Cuadro Nacional, Alex Piazze, quien también lo confirmó a LA NACION, y pasó a figurar en el Registro de la Propiedad Automotor como el dueño inmediato posterior a "Freddi" Lijo.
La Inmobiliaria Ortiz intermedió en la operación entre Piazze y García. Su dueño la recuerda bien. "La BMW decían que era del juez Lijo de Buenos Aires y la recibió García como parte de la venta de las fincas, y luego se la dio a Alex a cambio de una casaquinta que yo le vendí", rememoró.
Dos escribanos participaron en la compraventa de las dos fincas, Ernesto Ayub y Marcela Murúa, que de acuerdo a la cláusula undécima del "convenio marco", Mingini declaró "obrar en comisión de terceras personas" anónimos, pero cuyos datos se comprometió a aportar "con la antelación suficiente para la confección de las escrituras". No lo hizo. Inscribió los predios en el Registro de la Propiedad Inmueble de esa provincia a su nombre y de su esposa, María Alejandra Lairihon, según los informes de dominio que requirió LA NACION.
Consultados por este diario, los escribanos Ayub y Murúa remarcaron que la operación fue legal pero, por separado, la calificaron como "rara". "Percibí algo raro. Algo oscuro por lo que decían, extraña por cómo se movían", rememoró la notaria. "Mingini dijo que quería hacer una plantación, firmó todo y quedó en volver la semana entrante. Pero no volvió nunca más", precisó Ayub, que aún lo espera. "Quedó debiendo las retenciones legales, que pagué yo, mis honorarios y algunos reclamos laborales. Y recuerdo lo de Lijo, sí".
Para entonces, Mingini ya había ayudado a Freiler a comprarse su cupé Mercedes Benz C 250 Blue Efficiency color negro, en enero de 2013. Automotores Juan Manuel Fangio SA aceptó que Freiler pagara al contado parte de la operación y el resto con doce cheques mensuales hasta principios de 2014. Los firmó Mingini, según reveló LA NACION en 2017.
Consultados entonces por este diario, Freiler definió a Mingini como un "amigo", pero el empresario dijo que apenas lo había visto una vez, en un hotel de la ciudad de Buenos Aires, cuando los presentó uno de sus abogados, el fallecido exministro de Justicia bonaerense, Jorge Casanovas.
Mingini calló varios datos. Entre otros, que Freiler participó en la fiesta que organizó el empresario para celebrar sus 50 años, y así consta en fotografías de esa celebración a las que accedió LA NACION. Aparece el entonces camarista, junto a su pareja, dentro de la carpa que Mingini montó en la estancia "Rincón Grande".
Ubicada en la zona de Balcarce, esa estancia perteneció al capo narco mexicano Amado Carrillo, "el Señor de los Cielos", quien recurrió en la Argentina al contador Ángel Salvia para lavar fortunas. Pero tras la muerte de Carrillo, Salvia intentó quedarse con lo ajeno. Terminó asesinado. Y Mingini esgrimió entonces una hipoteca sobre ese campo e inició un largo recorrido judicial para quedárselo.
Durante ese periplo tribunalicio, el expediente que interesaba a Mingini pasó, repetidas veces, por las manos del juez Canicoba Corral, del subrogante Aráoz de Lamadrid y el camarista Freiler, quien tiempo después fue hasta "Rincón Grande" para celebrar el cumpleaños de Mingini, quien a su vez le dio doce cheques a Freiler para que se comprara la cupé Mercedes Benz.
Tan conocido era ese vínculo entre Mingini y Freiler que, según el propio Mingini relató entre sus empleados que el entonces vicepresidente Amado Boudou –a quien conocía de Mar del Plata- fue a verlo a "Rincón Grande" para pedirle que intercediera ante Freiler en el "caso Ciccone". Pero que él le pidió US$ 3 millones, según él mismo admitía entre risas, y Boudou desistió de la intentona.
Freiler no fue el único beneficiario de Mingini, según los relatos coincidentes de cinco exempleados y exsocios de Mingini que entrevistó, por separado, LA NACION. Tres cuentan sobre un supuesto acuerdo con Canicoba Corral; y otros dos sobre pagos al hermano de Aráoz de Lamadrid, Emiliano.
Consultados por LA NACION, Canicoba Corral, Aráoz de Lamadrid y Mingini también dieron versiones contrapuestas. "Lo que recuerdo de ‘Rincón Grande’ es que se lo di a la Corte para que lo administrara porque no quería problemas; con el tiempo la Corte me lo devolvió y con el tiempo me lo sacaron porque yo no quería que nadie metiera mano ahí, así que no recuerdo a Mingini y en cualquier caso, nunca nadie me dio un centavo", afirmó Canicoba Corral, quien terminó apartado de la administración del campo "Rincón Grande" y denunciado por su presunta administración fraudulenta por la Cámara de Casación Penal, en mayo de 2006, acusación que no prosperó.
Por su parte, Mingini niega siquiera haber conocido a Canicoba Corral o a Emiliano Aráoz de Lamadrid, mucho menos haberles entregado dinero. Pero el hermano del entonces juez subrogante que quedó a cargo de "Rincón Grande" tras el desplazamiento de Canicoba Corral confirmó que asesoró a Mingini en un problema aduanero: "En 2008 tuvieron problemas con la importación de unas máquinas de capelettis y me encargué de destrabarlo. Después tratamos de llegar a un acuerdo para asesorarlo en temas laborales pero no funcionó y hace, fácil, 8 o 9 años que no lo veo".
Los testimonios se acumulan, también, al recordar cómo Mingini se vanagloriaba de su supuesta "llegada" a los tribunales de Comodoro Py y que una planta de Villa Lynch se usó como supuesto polo de inversiones. O cómo les contó que la policía lo había detenido por exceso de velocidad mientras conducía la BMW de "Freddi" Lijo, de la que no tenía cédula azul. Pero él mismo dijo que sacó una tarjeta personal del juez Lijo, y se la entregó a los agentes, que se cuadraron y lo dejaron ir, impune.
Con la colaboración de Pablo Mannino
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