El militar que quiere devolver su medalla
Lo condecoró el ex presidente Alfonsín
"Si los integrantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) quedan libres, voy a devolver la condecoración que me dieron porque perdería todo su valor", dice el teniente coronel (R) Emilio Guillermo Nani, de 54 años, casado, dos hijas, una nieta, un parche en el ojo y una cicatriz en el cuello, a la altura de la carótida, que muestra con orgullo porque es su "condecoración más valiosa".
Nani tiene un recuerdo imborrable del 23 de enero de 1989, el día en que los guerrilleros del Movimiento Todos por la Patria atacaron el cuartel de La Tablada. Nani tenía entonces el grado de mayor. Cerca del mediodía, en pleno combate, ingresó con un cañón en el Regimiento de Infantería Mecanizada 3.
Ese día, cerca de la guardia se ven todavía los restos de la escoba con la que estaba barriendo el soldado Roberto Tadía antes de ser aplastado por un camión. Nani emplaza el camión frente a la guardia. Alguien le dice que adentro hay subversivos con rehenes. Decide entrar a rescatarlos. El calor es insoportable.
El mayor avanza hasta que un golpe feroz en su cara lo tira para atrás. Cae. Siente que se le quema la cara. El dolor es insoportable. Es un escopetazo. La sangre y la pérdida del ojo derecho le impiden ver. Cuatro meses después, el Día del Ejército, el presidente Raúl Alfonsín lo condecora "por haber defendido las instituciones".
Este veterano de guerra, herido también en la pierna derecha el 14 de junio de 1982, el último día del enfrentamiento con Gran Bretaña por las islas Malvinas, tiene una gran cicatriz que le atraviesa la cara desde el malar derecho hasta la oreja: es la marca que le dejó La Tablada. Por culpa de ella, estuvo 22 días en terapia intensiva en el Hospital Churruca.
Reconoce que está vivo "porque Dios se me tiró encima", puesto que la ambulancia que "robó" el sargento ayudante de la policía de la provincia de Buenos Aires Raúl Damato para sacarlo del regimiento cuando fue herido, fue alcanzada por un lanzagranadas disparado por los miembros del MTP: arrancó el tanque de nafta y, junto a la granada, explotó a metros de la ambulancia. -¿Por qué quiere devolver su condecoración?
-Estoy harto de tanta hipocresía. El día que me la entregó Alfonsín, su ministro de Defensa, Jaunarena (Horacio), me dijo: "Lo felicito y gracias por lo que hizo". Hoy, la misma gente que fue víctima del ataque hace todo para que los subversivos queden libres.
-La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomienda que se repare la situación de los presos, porque dicen que no tuvieron posibilidad de acceder a una doble instancia judicial.
-Sí, pero no dice que hay que dejarlos libres, dice reparar a futuro y eso ya fue corregido, tanto, que Gorriarán Merlo (Enrique Haroldo, ex líder del Ejército Revolucionario del Pueblo -ERP- y jefe del MTP) fue juzgado con doble instancia.
-Alfonsín, que era el presidente cuando se produjo el ataque, apoyó el proyecto del ex abogado de los subversivos, el diputado frepasista Ramón Torres Molina.
-Alfonsín es el gran responsable de todo esto. Nos engañó a todos. El sabe lo que pasó el 23 de enero de 1989. Pero como esto se les fue de las manos, los traicionan y los castigaron con la ley de defensa de la democracia.
-¿Gente del gobierno de Alfonsín sabía sobre el ataque?
-Sí. Esa operación del MTP requirió meses de preparación, conocer el lugar, armar la estrategia, conseguir el armamento. También es una mentira el argumento de los subversivos de que querían evitar un golpe de Estado.
-Pero desde el Gobierno dicen que hay que cumplir con las recomendaciones de la CIDH...
-Sí, ¿y por qué tanto furor ahora para sacarlos? Porque los cómplices están en el Gobierno. Alfonsín debería ser el primero en dar una respuesta sobre este tema y, en lugar de eso, sale a apoyar el proyecto de ley que los puede dejar en libertad.
-Es muy grave decir que hay cómplices en el Gobierno.
-Pero es cierto. Si no, ¿cómo se explica que haya gente desde el Gobierno que trabaja para que esta gente quede libre?
-¿Siente que fue en vano haber arriesgado la vida hace once años?
-No, no fue en vano. De última, dejarlos en libertad es la decisión de un grupo de gente, no de los 37 millones de argentinos. Lo que hice fue por los 37 millones, no por este grupúsculo, que, como dije, son cómplices.
-¿Se siente usado?
-No. Lo sentiría si se comprobara que todo fue por un tema bastardo. Por Alfonsín y sus funcionarios, no me siento usado. Hice lo que hubiera hecho cualquier argentino bien nacido. Como la gente que se autoconvocó en ese momento en los alrededores del regimiento. Los que tendrán que rendir cuenta son los titiriteros que manejan las cosas por atrás.
-Según los legisladores que negociaron con los presos de La Tablada el levantamiento de la huelga de hambre, el presidente Fernando de la Rúa les habría dado garantías de que no vetará la ley.
-De la Rúa es un buen hombre, pero de firme no tiene nada. Jamás se ha definido públicamente sobre el tema. No tiene coraje para enfrentar los hechos.
-¿El jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, podría hablar del tema?
-Brinzoni heredó el Ejército de Balza (Martín, ex jefe de la fuerza), con una mochila muy grande respecto de esta cuestión. Está atado, no puede hacer ni decir nada sin provocar un escándalo. Lo respeto, es honesto y capaz, pero no le envidio el puesto.
-¿Siente odio?
-No. Soy un soldado. Cuando me dicen se terminó, se terminó. Pero no puedo dejar de ofuscarme por el tema.
-Es muy probable que después de esta entrevista vaya preso...
-Sí, pero no me importa. Estoy harto. Ellos van a salir para seguir con sus conspiraciones. No me importa ir preso ni nada.
Avance en el Congreso
Las dos cámaras debatirán un proyecto
La Cámara de Diputados y el Senado intentarán debatir, el miércoles próximo, el proyecto de ley que permitiría a los condenados por el ataque al regimiento de La Tablada, en 1989, acceder a la doble instancia judicial para revisar sus penas.
Pese a ese derecho, los condenados quedarían exceptuados de la posibilidad de apelar al régimen del dos por uno para obtener inmediatamente su libertad.
El proyecto en cuestión tuvo un trámite controvertido hasta hace una semana, por cuanto su versión original establecía que los condenados podían beneficiarse con el régimen del dos por uno, con lo cual podrían obtener la liberación.
Esa iniciativa causó el rechazo de vastos sectores de la sociedad y del Congreso. Por ese motivo, la Alianza modificó el proyecto e incluyó la figura de un recurso de revisión, que implica considerar al tiempo de condena transcurrido como sentencia firme y no como proceso.
De ese modo, los presos no podrían acceder al beneficio de todo procesado: computar dos años de condena por cada año de detención. Y así, los condenados por La Tablada no podrán salir liberados automáticamente.
Trámite parlamentario
En el Senado, el proyecto no se dictaminó en la Comisión de Asuntos Penales y Regímenes Carcelarios. Por ello, se trataría sobre tablas una iniciativa del senador Alberto Rodríguez Saa (San Luis), con modificaciones consensuadas entre el PJ y la Alianza.
El tratamiento fue pedido por el presidente Fernando de la Rúa a un grupo de senadores justicialistas en una visita que le hicieron, el pasado miércoles, a la quinta de Olivos.
Con la aprobación, quedaría sin efecto el proyecto del diputado frepasista Ricardo Torres Molina. Con ese proyecto, el Gobierno procura satisfacer un reclamo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA para que se aplique la doble instancia judicial.
La Cámara de Diputados, por su parte, también procurará tratar el mismo miércoles el proyecto, un día antes de lo habitual, para evitar que el paro convocado para el jueves por el personal legislativo haga fracasar la sesión.
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