El Mercosur frente al abismo
El anuncio de la retirada argentina de las negociaciones que lleva adelante junto al Mercosur nos pone ante el inminente abismo de una crisis política y económica. Por eso es importante entender qué representa el Mercosur para la Argentina.
En primer lugar, hay que decir que en su lanzamiento el Mercosur fue uno de los más ambiciosos procesos de integración a nivel mundial. Se aspiró a consolidar la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos; la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente; el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común con relación a terceros; la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales; el compromiso de armonizar las legislaciones en las materias pertinentes.
Para nuestro país representa un mercado de más de 270 millones de personas, con habitantes de ingreso medio. En términos de PBI, el Mercosur representa unos 2500 miles de millones de dólares, siendo en su conjunto la octava economía global (vale decir que Brasil representa 75% del mercado).
El vínculo económico Argentina-Mercosur nos arroja datos que debemos detenernos a analizar. El bloque sudamericano es, y ha sido históricamente, el primer socio comercial de la Argentina. En 2019 representó exportaciones por más de US$12.500 millones (20% del total), e importaciones por US$12.200 millones (aunque este año fue atípico por una fuerte caída importadora; en 2018 las importaciones habían superado los US$18.000 millones).
De esta forma el Mercosur explica el 20% de las exportaciones argentinas y más del 25% de las importaciones. Las exportaciones al Mercorus destacan por su elevada proporción de manufacturas industriales, cerca del 60% del total (hacia el resto del mundo la proporción cae a cerca del 25%). De esta forma, el bloque se presenta como el primer destino de exportación de la mayor parte de productos industriales: automotriz, maquinaria, químicos, etc.
Por otro lado, todas nuestras provincias tienen pymes que exportan al bloque, por lo que lo convierte en el destino prioritario de nuestras economías regionales. Solo basta con mencionar algunos sectores como el olivicola, ajos, uvas, peras, manzanas, trigo, lácteos, y la lista sigue. Es el primer destino de exportación para cerca de 10 provincias, en especial aquellas con importante desarrollo industrial y agroindustrial. Por ejemplo, para la provincia de Buenos Aires representa el 32% de las exportaciones.
Además, es el primer destino en cantidad de empresas exportadoras. Al Mercosur exportan más de 5500 empresas, sobre un total de 10.500. Es decir, más de la mitad de las empresas exportadoras argentinas realiza algún tipo de envío al Mercosur.
Agenda pendiente
Pero también se entiende que tenemos una agenda interna pendiente en varias cuestiones que siempre han sido sensibles. Somos una unión aduanera imperfecta y eso hizo que debamos atravesar diversos obstáculos que dificultan el comercio interno. Entre ellos podemos incluir las barreras sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos, el uso de medidas antidumping, la vigencia de aduanas internas y la implementación de políticas nacionales sin coordinación y que afectan al comercio. El gran desafío de todos los gobiernos argentinos radica en negociar de manera permanente con nuestros socios la eliminación de esas barreras. El dialogo y el acuerdo, por sobre toda medida unilateral o discriminatoria.
La dinamización y modernización de la agenda interna de estos últimos años nos ha permitido avanzar en el protocolo de cooperación y facilitación de inversiones, en un protocolo de compras públicas, la institucionalización de reunión de ministros de Comercio e Industria y la facilitación del comercio. Además se logró la finalización de Acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE) después de más de 20 años de negociación. Es el mayor acuerdo alcanzado por el Mercosur, que junto con el cierre del Acuerdo MCS-EFTA permitiría al bloque ingresar de manera preferencial a mas del 90% de continente europeo.
Los acuerdos en curso de los que Argentina decide bajarse -Canadá, Corea del Sur, Singapur, Líbano- son tratados que deben seguir siendo discutidos intrabloque para llegar a una posición común en relación a las sensibilidades que eso genera a cada miembro, pero la decisión de "bajarse" deja abierta una amenaza a nuestros país de la potencial distorsión comercial que podría generar un beneficio de libre comercio para los socios, excepto para la Argentina. Mas allá de que también se abre una puerta de negociación interna desde el punto de vista institucional.
Si a todo esto le sumamos una pandemia mundial que pone en jaque a todas las economías del mundo, sin distinción alguna, la luz al final del túnel sigue siendo una: exportar. Y si a eso le sumamos, que el Mercorsur es el primer exportador mundial de alimentos, ¿por qué bajarnos de esa oportunidad?
Toda decisión que se tome en materia de relaciones económicas internacionales tiene un efecto directo a las exportaciones, al empleo y al desarrollo económico regional. Es importante aprender del pasado.
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La autora es exsecretaria de Comercio Exterior y Mercados Agroindustriales
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