El malestar ahora apunta a las cúpulas
Un grupo de efectivos marchó a Plaza de Mayo y anticipó la continuidad de la protesta, pese a algunas fisuras internas; creció el descontento hacia los oficiales de mayor rango luego de que el Gobierno difundió sus salarios
Sin poder ocultar algunas diferencias en sus filas, efectivos de Gendarmería y Prefectura decidieron mantener las medidas de protesta en todo el país luego de que el Gobierno rechazó concederles un salario básico de 7000 pesos.
Si bien unos 200 gendarmes y prefectos se movilizaron anoche hasta la Plaza de Mayo –que fue vallada en su totalidad– y amenazaron con levantar la mitad de los puestos de control en el país, el clima de malestar en ambas fuerzas parecía haber menguado tras una semana en la que no faltaron momentos de máxima tensión.
Parte de esa insatisfacción se trasladó, en cambio, hacia la cúpula de ambas fuerzas, luego de que la Casa Rosada difundiera que algunos oficiales de alto rango –principalmente de Gendarmería– percibían haberes cercanos a los 90.000 pesos.
Apostados frente a los edificios Centinela, de Gendarmería, y Guardacostas, de Prefectura, los efectivos escucharon por altoparlantes la conferencia que ofrecieron el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. No ahorraron silbidos e insultos ante algunas frases polémicas de los funcionarios. En especial, cuando Abal Medina anunció que era "imposible hablar de un básico de 7000 pesos".
Luego de esa conferencia, desde las escalinatas del Edificio Centinela, el gendarme Raúl Maza afirmó que la medida de protesta no se levantaba. "Se nos ríen en la cara", sostuvo el suboficial que actúa como vocero de sus pares, para advertir: "Hemos llamado a nuestros camaradas a levantar el 50 por ciento de los puestos [de control]".
Esa intención seguía bajo discusión anoche en otros puntos del país. En Córdoba, por caso, los efectivos decidieron circunscribir la protesta "puertas adentro" del destacamento de Jesús María hasta tener "certezas" de que las categorías más bajas no sufrirían recortes, según indicaron a LA NACION suboficiales de esa provincia.
Al caer la noche, unos 200 efectivos de ambas fuerzas lograron acceder a la Plaza de Mayo, pese al vallado que la rodeó en su totalidad. "Nos queríamos movilizar para que la Presidenta nos escuche y ahora vamos a volver a nuestros edificios. Yo no me rindo", afirmó Maza. Aclaró que todavía no se había decidido cómo iba a continuar hoy la protesta.
Durante la tarde, el foco mayor de reclamos se había concentrado frente al Edificio Guardacostas, donde unos 1000 manifestantes, entre prefectos, familiares y personal retirado alternaron cortes en las avenidas Madero y Machaca Güemes.
"Dijeron lo mismo que el martes pasado, están dilatando una protesta que nosotros no queremos hacer", sostuvo a LA NACION un suboficial con 16 años en la fuerza, tras escuchar el anuncio de la Casa Rosada. Luego, ante la aprobación de sus pares, apuntó contra la cúpula de la fuerza: "No nos avisaron del recorte, cobran sueldos millonarios y, encima, no les pagan a las obras sociales para que nos atiendan".
Prefectura hizo ingresar a grupos de 100 manifestantes al edificio, para explicarles los alcances de la medida, que no eran otros que la aplicación del decreto 1307, que originó la protesta. También prometieron que los sueldos mal liquidados iban a ser completados en 48 horas. "Creemos que logramos calmar los ánimos", explicó a LA NACION un oficial de alto rango que lideró esas reuniones.
"Prometen que el salario en blanco va a llegar a los 3000 pesos para las tres categorías más bajas, pero también nos dicen que nos van a pagar 2000 pesos en negro", explicó un suboficial al salir de la reunión, convencido de lo contrario.
No faltaron momentos de tensión, como cuando un cabo primero estalló en llanto frente al portón del edificio. "Los de arriba se cagan en el personal. Tienen sueldos de 80.000 pesos y a mí me sacaron la plata para pagar el sepelio de mi hija", gritaba, mientras sus compañeros intentaban sacarlo del lugar.
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