El liderazgo de Máximo Kirchner en el PJ bonaerense sigue en la mira, a pesar de la entronización partidaria de Cristina Kirchner
La asunción como titular del justicialismo nacional de la expresidenta no blinda la conducción de su hijo en Buenos Aires, analizan en las vertientes opositoras a La Cámpora
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Hace más de seis meses, Máximo Kirchner difundió un comunicado en el que prometió adelantar las elecciones en el Partido Justicialista bonaerense, que preside. La fecha elegida era el 17 de noviembre, en coincidencia con lo que había definido el PJ nacional. Llegado ese día, Cristina Kirchner quedó al frente el peronismo, sin realizar elecciones, y la promesa de su hijo de someter su cargo bonaerense a votación, nunca se cumplió.
La presencia de la expresidenta en el mayor sitial partidario no alcanza, según los críticos de Máximo Kirchner, para blindar a Máximo Kirchner en la presidencia provincial. Los desafiantes internos del hijo de la expresidenta y de La Cámpora mantienen en su postura opositora.
“Propondré en la próxima reunión del consejo provincial que el 17 de noviembre del corriente año se lleve adelante la elección”, rezaba el comunicado de Máximo Kirchner difundido el 13 de mayo. El PJ bonaerense reunió por última vez a su consejo el 24 de febrero, en Cañuelas, cuando hizo público un comunicado de apoyo a Axel Kicillof, hoy muy enfrentado con el hijo de la expresidenta.
El 5 de octubre, el diputado Kirchner encabezó una reunión en Monte Hermoso con 50 presidentes de los PJ locales del interior bonaerense, para pedirle a Cristina Kirchner que presida el PJ nacional.
Con la exmandataria al frente de la estructura partidaria, los desafíos contra Máximo Kirchner se mantienen. “Cada día que pasa me da más la sensación de que no blinda a Máximo”, sostiene un dirigente de la tropa que enfrenta al camporismo, al ser consultado por LA NACION sobre las implicancias de la presidencia de Cristina en el justicialismo.
“Siempre pensé que la discusión del PJ nacional era una ‘tapadera’ de lo de la provincia de Buenos Aires. La resolución del PJ nacional no resuelve el conflicto político en la provincia de Buenos Aires”, analiza una fuente del justicialismo bonaerense que no simpatiza con Máximo Kirchner y su organización.
Para un intendente del Gran Buenos Aires, la pelea entre Cristina Kirchner y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, por el control del PJ nacional, alertó a la conducción partidaria provincial. “Tomaron nota de que, si convocan a una interna, se le presentan listas. Máximo tiene lío en Buenos Aires: están [Jorge] Ferraresi y el sector de Fernando Gray, Juan Zabaleta y otros. No son como Quintela”, advierte.
Ferraresi y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza (referente de La Cámpora), volvieron a mostrar la semana pasada la intensidad del enfrentamiento entre las vertientes del PJ. La jefa comunal criticó que su par de Avellaneda haya visitado villas de Quilmes e incluyó en su mensaje cuestionamientos a Kicillof. La pelea derivó, horas después, en la ruptura del bloque de concejales de Quilmes que responden a la intendenta: Ariel Burtoli, un edil alineado con Ferraresi que lo acompañó en su recorrida, se fue de la bancada de Unión por la Patria y armó un monobloque. Una situación análoga existe en Lanús, donde Ferraresi tiene una concejala propia, Belén Berrueco, que también se separó del bloque oficialista del intendente Julián Álvarez, otro jefe comunal camporista.
La puesta en cuestión del liderazgo partidario de Máximo Kirchner promete hacer eclosión el año próximo, en la definición de las candidaturas para las elecciones legislativas. “Puede haber despelote. No nos vamos a quedar en el molde, como Axel. ¿Qué van a hacer [Mario] Secco y Ferraresi? A Ferraresi no lo veo en una lista con Cristina”, evalúa una fuente opositora al jefe de La Cámpora.
Con la boleta única de papel sancionada a nivel nacional y la posibilidad de que en la provincia se use para votar los cargos provinciales, se abre un panorama complejo. “Es una elección muy distinta y ni hablar si se desdobla. Antes, traccionaban el candidato a presidente y el candidato a intendente. Vamos a una elección en la que la boleta más importante va a ser la de legislador provincial. En ese tramo habrá que poner a gente conocida, porque no habrá efecto arrastre; es un experimento que va a marcar un punto de quiebre”, avisa un dirigente que considera que “no se puede repetir una Legislatura como esta, en la que el gobernador sea un convidado de piedra”. Y resalta que en el peronismo del interior bonaerense “el ánimo es muy anti-Cámpora”.
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