Marcos Peña le respondió a Santiago Caputo, que tiene un libro suyo con una daga clavada en el escritorio
La imagen de la obra con un cuchillo en la tapa habría sido divulgada en redes sociales por una cuenta vinculada al asesor de Milei; qué dijo el exjefe de Gabinete de Mauricio Macri
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En las últimas horas del lunes, una imagen vinculada a Santiago Caputo, asesor del presidente Javier Milei, se viralizó en redes sociales. La foto, que el periodista Carlos Pagni describió durante la última emisión de su programa Odisea Argentina (LN+), muestra un ejemplar del libro “El arte de subir (y bajar) de la montaña”, de la autoría del exjefe de Gabiente de Mauricio Macri, Marcos Peña, sobre el escritorio de Caputo en Casa Rosada con una daga romana clavada sobre la tapa.
“Caputo se presenta como un personaje misterioso sobre el cual empiezan a circular leyendas. Algunas son bastante simpáticas. Una sostiene que en el lugar donde él se mueve y convoca a su gente (el Salón Martín Fierro), las paredes están decoradas con las profecías, escritas en letra gótica, de Benjamín Parravicini, el argentino que anunciaba la llegada de un ‘hombre gris’ que iba a ‘emancipar a la Argentina de su desgracia’. Ese hombre gris parecería ser Milei en esta cosmogonía. Además, se dice que en la mesa principal de ese salón está el libro de Marcos Peña con un puñal clavado en letras cirílicas rusas, como si hubiera algo que condenar. Es evidente que Caputo no se siente identificado con el macrismo, más allá de los elogios de última hora hacia [Mauricio] Macri.’, detalla Pagni en su último editorial.
Un artículo de la revista Noticias alega que la instantánea fue compartida por una de las varias cuentas ligadas al “mago del Kremlin” en la red social X. El posteo se hizo público a las 22.52, minutos después de que el columnista de LA NACION hiciera el comentario al aire. Según precisa Rodis Recalt, el autor de la nota periodística, el arma que emplea Caputo es un cuchillo romano con la inscripción “SPQR”, siglas que en latín significan “Senātus Populusque Rōmānus” (“El Senado y el Pueblo Romano”). El asesor presidencial no sería el único en apuñalar la obra de Peña. Según trascendió, le permitiría a visitantes a su despacho darle una estocada.
La respuesta de Marcos Peña: “Por ahí no le gustó el libro”
LA NACION se puso en contacto con Marcos Peña tras hacerse eco de la imagen. El exjefe de Gabinete de Mauricio Macri confesó haber tomado conocimiento de la foto a través de la prensa y no por su entorno. “No tengo mucho para decir la verdad”, asomó en un principio el exfuncionario entre 2015 y 2019.
Consultado respecto de una posible animosidad para con el sobrino de Nicolás Caputo, tanto en tiempos actuales como en el pasado, Peña dijo: “No lo conozco personalmente. Desde mi lado no hay nada personal”. Sobre el final del diálogo con este medio, se prestó también a bromear sobre la situación.
“Por ahí a [Santiago] Caputo no le gustó el libro”, sostuvo. Terminó por reconocer que “el arte de la tapa es un poco jugado”.
Peña presentó su obra el pasado mes de mayo en la Feria del Libro de Buenos Aires. El exreferente de Cambiemos la definió, en una charla moderada por el periodista Juan Pablo Varsky como un “alegato” en favor de la dimensión humana de los liderazgos y por una política “menos mesiánica, personalista y vertical”.
A lo largo del libro, Peña recupera su experiencia en el poder y también las conversaciones con deportistas, artistas, políticos, científicos y empresarios como la diputada española Cayetana Álvarez de Toledo, el expresidente colombiano Iván Duque, el músico Charly Alberti, el politólogo Rodrigo Zarazaga y exfutbolista Pablo Aimar, a los que entrevistó para su podcast “Proyecto 77″ (dialogó con cuarenta personas nacidas entre 1972 y 1982).
El autor contó que para escribir el libro había trabajado con su editora, Raquel San Martín, en “una voz propia” que lo alejara del “lugar de un gurú” para transmitir el mensaje de la vulnerabilidad. “La palabra ‘líder’ tiene sus problemas, por eso prefiero hablar de personas en situación de liderazgo”, admitió.
En su ensayo-manual, donde despliega nueve “dimensiones del liderazgo”, Peña se refiere a su vida más allá de la función pública y al descubrimiento de terapias (convencionales y no convencionales) tras dejar el cargo. Además, brinda consejos sobre el cuidado del cuerpo y el vínculo con la naturaleza, y recomienda una “dieta digital” moderada. Uno de los ejes del libro es la conexión y la reconexión; otro, la prédica de un “liderazgo horizontal”.
“Nos parece normal que no sepamos si los que gobiernan el país, las provincias, los municipios están bien o no”, sostuvo sobre la salud de los funcionarios, e indicó que su libro también era una “interpelación” a la ciudadanía para que participara en forma activa de la vida pública.
Para Peña, el problema de la política actual reside en la escala nacional. “No tanto la local, pero la escala nacional, donde la demanda es infinita, es muy conflictiva”, afirmó. “La expectativa es un problema; genera frustración y enojo si no se cumple -dijo sobre el arte de gobernar-. Y hay que tener cuidado con los pronósticos”. En diálogo con Varsky, no pudo faltar la metáfora futbolística. “No son lo mismo los primeros minutos de un partido que los últimos del segundo tiempo, cuando hay cansancio, hay desgaste, hay frustraciones”, graficó, en referencia a la implementación de medidas de gobierno.
Al comparar la sociedad de 2015 y la de 2023, Peña dijo que había “tejidos de intereses y representaciones” y “tensiones estructurales” similares; y que la gran diferencia era la pandemia. “Cambió la relación con la tecnología”, dijo; acotó que aún no se había reflexionado lo suficiente sobre los efectos sociales de la pandemia. “Está todo más revuelto, todo más complicado, y se le agrega también los años de no resolver lo económico”, concluyó.
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