El legislador que nunca habla
Ochoa, de perfil bajo, llegó a la banca por Rodríguez Saá
Hombre de pocas palabras, Raúl Ernesto Ochoa no dejará una gran huella como legislador nacional, al extremo de que un ex dirigente del PJ puntano afirmó, no sin cierta mala predisposición hacia el polémico senador, que, desde que llegó a la Cámara alta, el 10 de diciembre de 2001 la única vez que habló en una sesión fue para decir: "Sí, juro".
Precisamente ése fue el momento en el que Ochoa pegó el salto y pasó de ser un político más del norte de San Luis a un dirigente a nivel nacional. Antes de convertirse en senador, había sido diputado provincial entre 1987 y 1995, cargo al que llegó de la mano de Adolfo Rodríguez Saá.
Tan bajo ha sido su perfil que este senador no abrió la boca en la Asamblea Legislativa que entronizó a su líder político como presidente de la Nación, el 23 de diciembre de 2001, marcando una clara diferencia con su comprovinciana Liliana Negre de Alonso, elegida, como él, en los comicios de octubre de ese año, y que hizo un apologético discurso del por entonces gobernador puntano.
De hecho, en la Cámara alta Ochoa no preside ninguna comisión. El máximo cargo que tiene es el de secretario de la Comisión de Trabajo y Previsión Social. Además, ocupa vocalías en las comisiones de Agricultura, Ganadería y Pesca; Industria y Comercio; Infraestructura, Vivienda y Transporte, y en Educación.
Proyectos
Entre sus proyectos presentados se destacan los de regulación del acceso de menores a páginas de Internet con contenido pornográfico; de derogación de la ley de reforma laboral -aprobado en conjunto con otras iniciativas de similares características a principios del año pasado-, y de protección de los recursos hídricos.
Oriundo del pequeño pueblo de Cortaderas, Ochoa es lo que se podría llamar un mediano productor agrícolo-ganadero que, según su declaración jurada de bienes de 2002, obtiene ganancias por 24.000 pesos anuales.
Su campo está en las afueras de la localidad de Tilisarao, pequeña población de 4200 habitantes en la que se consolidó como dirigente del PJ.
Ochoa no tiene títulos académicos, salvo la instrucción primaria -tal como lo reconoció en el proceso judicial- y se convirtió en senador por la necesidad de los Rodríguez Saá de completar con un hombre fiel para competir en la elección de 2001.
Sin embargo, esa fidelidad se rompió en los últimos tiempos. Para varios dirigentes del PJ puntano, ése fue precisamente el principio del fin de su carrera política.
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