El kirchnerismo y el Gobierno retomaron el diálogo por Lijo y García-Mansilla
Hubo nuevos contactos, pero por ahora no hay consenso; cerca de Cristina quieren que Milei baje a un candidato; en la Casa Rosada lo rechazan de plano
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La gestión de Javier Milei tiene una máxima prioridad de cara al verano y es completar la Corte Suprema con los dos candidatos impulsados por el Poder Ejecutivo: el juez federal Ariel Lijo y el catedrático Manuel García-Mansilla. Los esfuerzos de la Casa Rosada para conseguir un acuerdo político se redoblaron en los últimos días. Según pudo reconstruir la nacion, las espadas judiciales del Presidente reactivaron las negociaciones con el kirchnerismo en un último intento por conseguir los votos en el Senado. Esta semana hubo contactos entre ambas terminales y un intercambio de ofrecimientos.
La semana que viene, según fuentes al tanto de las últimas conversaciones, los laderos de Milei tendrán mayor certeza acerca de si la intentona puede conducir a un acuerdo o queda en la nada, como vino ocurriendo en los últimos siete meses. Tanto en la Casa Rosada como cerca de Cristina Kirchner hay escepticismo respecto de alcanzar un punto de encuentro.
El Gobierno optó por volver a tender un puente con el kirchnerismo para tratar de nombrar a Lijo y García-Mansilla con el acuerdo del Senado. Si hay consenso durante la feria judicial de enero, el Poder Ejecutivo convocaría a sesiones extraordinarias en febrero. Caso contrario, Milei está dispuesto a nombrar a ambos postulantes por decreto. Esa es una opción a la que el Presidente apelará como última instancia, ya que podría ser judicializada o boicoteada desde el Congreso.
La Casa Rosada no quiere que el máximo tribunal funcione con tres miembros a partir del 29 de diciembre, cuando Carlos Maqueda cumpla 75 años y deje su lugar en el cuerpo. La Corte quedará integrada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti y atravesada por una pelea intestina entre este último y el resto de los ministros del máximo tribunal.
Capital político
El Gobierno reactivó la interlocución con el kirchnerismo pese a que pone en riesgo una cuota de capital político: después de que La Libertad Avanza le retaceó apoyo al proyecto de “ficha limpia” impulsado por Pro (que hubiera impedido que Cristina se presentase a elecciones) los ojos de la política se posaron sobre cualquier eventual acercamiento con el Instituto Patria. El “pacto con el kirchnerismo” fue señalado con el dedo por el partido de Mauricio Macri como algo inadmisible y los amarillos advirtieron que su electorado no perdonaría esa decisión política.
“Buscar un acuerdo en el Senado para los jueces de la Corte siempre implicó que había que hablar con algún sector del kirchnerismo”, minimizó un colaborador oficial. “Hoy estamos escuchando distintas voces y sondeando si es factible o no una negociación”, agregó.
Milei confía en su estratega, Santiago Caputo, para operativizar tanto los pormenores jurídicos como la negociación política de los pliegos de Lijo y García-Mansilla. El asesor presidencial, a su vez, se respalda en el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, para las tratativas puntuales. El pasado jueves ambos se movieron juntos en la Casa Rosada y puertas afuera de Balcarce 50. En la otra punta, Cristina tiene como espadas judiciales al senador Eduardo “Wado” De Pedro y al ministro de Justicia bonaerense, Juan Martín Mena.
Las tratativas siguen trabadas en el mismo lugar que hace meses. Según reconstruyeron dirigentes al tanto de las negociaciones, en los últimos días el Gobierno transmitió que aceptaría ampliar la Corte Suprema para entregarle lugares al kirchnerismo en el máximo tribunal, siempre y cuando primero aparecieran los votos para aprobar los pliegos de Lijo y García-Mansilla.
El kirchnerismo retrucó que aceptaba votar a Lijo, pero rechazaba a García-Mansilla e insistía con la candidatura de la senadora María de los Ángeles Sacnun para ocupar una vacante en la Corte Suprema. Los negociadores de Cristina Kirchner sumaron al ofrecimiento un premio consuelo: prometieron avalar también al eventual candidato del Gobierno para ocupar la Procuraduría General de la Nación, el jefe de los fiscales. Ese cargo lo ocupa interinamente Eduardo Casal quien, a sabiendas de que aparece como una prenda de negociación, ya despertó las ansias de camaristas y fiscales que se proponen como postulantes.
Cerca de Milei aseguran que no hay chances de que el Gobierno resigne a García-Mansilla. “No hay ningún escenario en el que cambiamos o retiramos los pliegos que ya mandamos. No tenemos problema de discutir a posteriori una ampliación de la Corte”, dijeron muy cerca del jefe de Estado. El Presidente no puede resignar al candidato conservador y más afín a su ideario a pedido del Instituto Patria.
Sacnun, sin embargo, se desvela por mantenerse como candidata predilecta de Cristina Kirchner. Días atrás, en una entrevista para el programa Jaque Mate, criticó la decisión de Milei de quitarle a la expresidenta la jubilación de privilegio: “Es un derecho adquirido”, dijo. En la misma transmisión, la senadora asintió cuando el entrevistador le preguntó si se podía calificar al Presidente de “dictadorzuelo”. “No puede tomar la decisión de quitar una jubilación o quitar una pensión”, justificó Sacnun. En noviembre, Cristina Kirchner cobró por la jubilación y la pensión un monto bruto de $35.255.297.
Sacnun también calificó de “persecución” e “infamia jurídica” la ratificación de la condena a seis años de prisión por direccionar licitaciones de obras públicas en la provincia de Santa Cruz en beneficio del empresario Lázaro Báez. La senadora equipara a Cristina Kirchner con Juan Domingo Perón, incluso en términos proféticos. “Perón nos espera en el futuro y Cristina nos va a conducir a ese Perón que nos espera en el futuro”, hilvanó en un video reciente en X.
Riesgo de conflicto
La negociación ocurre mientras crece el riesgo de un conflicto institucional de consecuencias impredecibles. Pese a que la vía de la negociación aún no se dio por cerrada, el Gobierno está preparando el terreno y defendiendo públicamente la alternativa de nombrar a Lijo y a García-Mansilla en la Corte Suprema por decreto.
Luego de que el máximo tribunal emitiera una acordada en la que reglamentó la forma de funcionar con tres jueces, en la Casa Rosada remarcaron que el Presidente tiene la “herramienta constitucional” para designar a los magistrados por un año, en comisión, a la espera del acuerdo del Senado.
La Corte emitió el pasado miércoles una acordada en la que reglamentó la forma de funcionar con tres jueces (para que haya un fallo sí o sí hacen falta tres votos). Si uno de los jueces no está de acuerdo, se deberá convocar a un conjuez (los presidentes de las Cámaras Federales del país) designado por sorteo. El texto de la acordada -que Lorenzetti no apoyó- establece un mecanismo para acelerar el sorteo de conjueces.
Hay, además, otro frente de conflicto en puerta. Si Milei lo designa por decreto, Lijo quiere tomar licencia como juez de Comodoro Py. La Cámara Federal, como anticipó la nacion, está dispuesta a otorgársela. Pero la Corte Suprema pretende que Lijo renuncie.
¿Va la Corte Suprema a rechazar una autorización de la Cámara Federal? ¿Qué ocurrirá si Lijo judicializa la situación y deben definir conjueces? ¿Qué pasa si los conjueces contradicen a los miembros de la Corte? Todo ese impredecible tironeo aparece en el horizonte. En la superficie, es evidente el conflicto que existe entre Lorenzetti, ansioso por recuperar el poder perdido, y el resto de los cortesanos.
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