El kirchnerismo se consolida como el socio mayoritario del Frente de Todos
Cristina y Máximo Kirchner buscan quedarse con la mitad más uno de los lugares en las boletas legislativas; Alberto Fernández prioriza la cabeza de las listas; la sorpresa del cierre oficialista
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Cristina Kirchner tiene su propia fórmula de negociación para el cierre de las listas del Frente de Todos. La lógica que impone la vicepresidenta es sencilla: los demás sectores de la coalición oficialista no pueden superar en número, todos juntos, a los candidatos que llevan el sello del Instituto Patria y La Cámpora. Así, el kirchnerismo se encamina a ratificar este sábado su condición de socio mayoritario ante albertistas, massistas y otras yerbas que se reúnen en el peronismo gobernante.
Según pudo saber LA NACION de fuentes partidarias, a la Cristina versión 2021 le importa más el número que el encabezamiento de las listas. De hecho, el presidente Alberto Fernández coloca hasta el momento a Victoria Tolosa Paz al tope de la boleta de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires y a Leandro Santoro al frente de la nómina en la Ciudad. Ambos pueden ser considerados “albertistas” y superaron el conocido poder de veto de la Vice.
Pero la lógica de Cristina y también de Máximo Kirchner es la de sumar tropa propia en el Congreso. La vicepresidenta está más interesada en la ampliación del bloque oficialista en el Senado, mientras que el líder camporista tiene su mirada puesta en la Cámara baja. En ese segmento había esta mañana una sorpresa política: el kirchnerismo impulsa a Agustina Propato, senadora provincial bonaerense y mujer de Sergio Berni, para ocupar el tercer lugar de la lista de diputados nacionales. Otro nombre que circulaba en la negociación era el de Julio Pereyra, uno de los históricos “barones” del Conurbano.
En caso de que se concrete la demanda kirchnerista, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, perdería el lugar en la boleta bonaerense del FdT, que hasta el momento se daba por hecho. El cierre de listas de este sábado empezará a configurar, además, el Gabinete nacional para la segunda mitad del mandato de Fernández. Si bien resistió la salida de Santiago Cafiero, su mano derecha en la gestión, el mandatario perderá ministros y secretarios de Estado que entrarán en el juego electoral.
Con Cristina Kirchner virtualmente fuera de carrera en la competencia por la Casa Rosada para 2023, como ella misma se encargó de avisar en su alegato político ante el tribunal que juzga su responsabilidad en el pacto con Irán, el Frente de Todos tendrá un debate interno sobre la sucesión de Fernández. Claro que los albertistas impulsan su reelección, aunque la Vice tiene su preferencia por el gobernador Axel Kicillof. No faltan los que dicen que lo imagina como futuro candidato presidencial.
Más allá de esas discusiones soterradas, lo cierto es que ahora los principales referentes del FdT se disputan el armado de las listas legislativas. Fernández “se plantó con Vicky”, deslizó un dirigente que frecuenta la Casa Rosada y la quinta de Olivos. El martes por la noche, Cristina intentó que el mandatario cambiara de opinión pero no lo consiguió. A la mañana siguiente, trascendió la “fórmula” Tolosa Paz-Daniel Gollán. El nombre del ministro de Salud bonaerense había sido mencionado por la Vice en la conversación privada.
El jueves, el Presidente almorzó con Massa en la Rosada. Allí hubo un acuerdo para que el jefe de Diputados coloque a una dirigente propia en la lista –reservado para Marcela Passo, funcionaria del Ministerio de Transporte y ex intendenta de General Lavalle-, mientras que por la tarde Massa recibió en el Salón de Honor de la Cámara baja a Máximo Kirchner y a dos “albertistas” consumados: el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta.
El encuentro tuvo algún pasaje tenso, pero allí terminó de quedar en claro que Fernández no cedería a Cafiero para que encabezara la lista de diputados nacionales. Y ayer viernes el Presidente recibió en Olivos al propio Máximo, al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro y a “Juanchi” Zabaleta, un armador probado recientemente en el cierre de las candidaturas del PJ correntino. Allí la lista de senadores la encabezará Carlos “Camau” Espínola, pese a que no es kirchnerista sino más bien un sciolista residual.
En ese caso se ejemplifica la lógica que siguió Cristina en las negociaciones de las últimas dos semanas: con el ex medallista olímpico a la cabeza de la lista, el PJ aspira a conseguir dos bancas por la mayoría en la Cámara alta, mientras que si se imponía a un kirchnerista puro, el oficialismo radical de la provincia tenía todas las chances de ganar la elección. La Vice privilegió entonces la estrategia de engrosar la bancada del FdT en el Senado, donde ella manda directamente.
En Diputados, en tanto, la fórmula de negociación kirchnerista la aplica Máximo. Aunque el primogénito hace necesarias concesiones a su madre: la inclusión de Gollán en la boleta bonaerense no es sólo por preferencia personal, sino porque el ministro de Kicillof defenderá la política sanitaria del Gobierno en plena pandemia y será la voz autorizada por Cristina cuando se ponga a debate parlamentario la reforma del sistema de salud que la Vicepresidenta anticipó en varias apariciones públicas.
De acuerdo a las fuentes consultadas por este diario, en el rubro de los preferidos de Cristina entra el sindicalista Hugo Yasky. El histórico dirigente de la CTA debe renovar este año su mandato como diputado y es número puesto porque su nombre estuvo en boca de la Vice en su conversación con Fernández y también con Massa, con quien se reunió esta semana en el Congreso. Otra “debilidad” de Cristina es Leopoldo Moreau, el exalfonsinista que hace rato se reconvirtió en un kirchnerista duro.
“Las cuentas que hace Cristina son simples: Si hay que armar una lista de 20 candidatos, ella pone 11 y los otros sectores del Frente se quedan con 9, a repartir”, describió un funcionario que participa de las conversaciones, que se intensificaron en los últimos días y que se terminan de cerrar este mismo sábado. Fernández, por su parte, se queda con la cabeza de las listas. Eso sí: el kirchnerismo advierte que tendrá la responsabilidad mayor cuando se conozca el resultado electoral, sobre todo en el decisivo territorio bonaerense.
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