El kirchnerismo piensa que Paula Español “pagó los platos rotos” y que no fue respaldada por Kulfas ni Guzmán
Así lo afirman en el entorno del gobernador Kicillof, a quien reportaba la exsecretaria desplazada; pese a la alta inflación, no la inscribieron en la categoría cristinista de los “funcionarios que no funcionan”
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La salida de Paula Español de la Secretaría de Comercio Interior fue considerada como una consecuencia lógica de la derrota del Gobierno contra la inflación. En tiempos electorales, el fusible saltó por el lado de la funcionaria encargada de controlar los precios, sin éxito como se observa en las góndolas de los supermercados. Pero en la interna oficialista, la caída de un alfil del gobernador Axel Kicillof -cerebro económico de Cristina Kirchner- desnuda los cortocircuitos por el rumbo de la política económica.
“A Paula le están haciendo pagar los platos rotos de una situación que ella no definía. Si al secretario de Comercio no lo respaldan su ministro, ni el gabinete económico, mucho margen no le queda”, aseguraron a LA NACION desde La Plata, en las oficinas de la Gobernación. La defensa bonaerense de la gestión de Español no resulta extraña: ya se sabe que la funcionaria –desplazada al Ministerio del Interior- es muy cercana a Kicillof.
Un poco de contexto: el ministro del área bajo cuya órbita se encuentra la Secretaría de Comercio es Matías Kulfas, titular de Desarrollo Productivo. Y el gabinete económico está encabezado por Martín Guzmán. Ambos funcionarios vienen siendo duramente cuestionados desde el kirchnerismo. En especial, por la persistencia de la espiral inflacionaria: “Es tirar por la borda todo el esfuerzo del gobierno si no se hace nada” para frenar la suba de precios, afirmaron las fuentes consultadas.
En medio de las turbulencias, la reacción inicial del kirchnerismo fue elocuente: le brindó refugio a Español en el Ministerio del Interior, a cargo de “Wado” de Pedro, el mismo que renunció y luego volvió al gabinete, pero en el fondo lo que discute va más allá del futuro de una funcionaria. Lo que está en cuestionamiento dentro del Frente de Todos es el rumbo de la política económica. Según deslizaron voceros partidarios, Kicillof habló de estos temas con la vicepresidenta Cristina Kirchner en su despacho del Senado durante la semana.
Sin embargo, las fuentes que tomaron contacto con este diario negaron que Kicillof haya hablado con Cristina Kirchner sobre el futuro de Español. “En general Axel tomó como norma no hablar de cargos que no sean de su área de influencia, porque después salen operaciones por todos lados con que él pone y saca y la verdad que está harto de esos manejos”, remarcaron las fuentes. Lo cierto es que el gobernador luce incómodo con la interna oficialista.
A tal punto, que este sábado se refirió a la incorporación de los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) como un “asunto dirimido”, luego de que se interpretaran como una intervención del PJ territorial del Conurbano sobre su gestión golpeada por la derrota electoral. En declaraciones radiales, el gobernador dijo que los nombramientos fueron necesarios para “trabajar más quirúrgicamente” en el objetivo de potenciar la reactivación económica.
La lógica de Kicillof es la siguiente: el reordenamiento macroeconómico del país –incluido el eventual acuerdo con el Fondo Monetario- va a llevar más tiempo, con lo cual urge un shock “de abajo hacia arriba” y eso exige “reclinarse más sobre quienes tienen estos conocimientos (en el territorio)”, de modo tal que “la reactivación sea más igualitaria”, argumentó al programa Toma y Daca, de AM 750. Son los intendentes del PJ los que manejan el territorio en la Provincia.
La debilidad política de Kicillof también se verificó hoy en una defensa que Cristina Kirchner hizo del gobernador desde su descanso de fin de semana largo en la Patagonia. La vicepresidenta reivindicó la iniciativa para subsidiar con 30 mil pesos el alojamiento y el transporte de los viajes de egresados en la Provincia. Y aprovechó para avanzar con los clásicos cuestionamientos combinados al expresidente Mauricio Macri y a los medios de comunicación.
Cuando Macri le regaló a la mamita y el hermanito el blanqueo de 35 millones de dólares, Clarín no dijo nada. Del regalito de los 44 mil millones de dólares del FMI, que nadie vió pero que todos y todas tenemos que pagar, tampoco. pic.twitter.com/xIt5420GWz
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) October 9, 2021
Kicillof había ensayado una jugada similar más temprano, aunque en su caso apuntó contra la exgobernadora María Eugenia Vidal. “En la Provincia se abrieron oficinas de la AFI”, reprochó y amplió el espectro de los cuestionamientos: “Nos preguntan a nosotros cómo vamos a salir, pero poco le preguntan a Vidal, (Diego) Santilli y Macri cómo nos metieron en esta situación horrible”, replicó. Y apuntó: “Macri es el jefe de la oposición, tiene liderazgo discursivo y político”.
En el Frente de Todos volvió a aparecer la idea de que agitando el recuerdo del tándem Macri-Vidal en el Conurbano bonaerense, el electorado reaccionará con un apoyo mayoritario a la coalición de gobierno, tras el revés que sufrió a manos de Juntos en las PASO. Este sábado aplicaron discursivamente esta estrategia tanto Cristina como Kicillof. Aunque la caída de Español –cercana al gobernador- podría considerarse, paradójicamente, parte de la mentada categoría cristinista de los “funcionarios que no funcionan”.
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