El kirchnerismo encontró en Massa un aliado para la pulseada con Fernández para dirimir la estrategia electoral
El líder del Frente Renovador pidió que el Presidente convoque a una mesa política y el kirchnerismo buscó capitalizar sus dichos; el tigrense intentó luego tomar distancia de la presión
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El kirchnerismo encontró en Sergio Massa un aliado estratégico para emplazar al Presidente a que convoque una “mesa” del Frente de Todos que defina la estrategia electoral de 2023. Las declaraciones del lunes del ministro de Economía, que incluyeron un llamado para que Alberto Fernández convoque al oficialismo a dirimir la cuestión electoral “cara a cara” y a “puertas cerradas”, fueron muy celebradas por La Cámpora y otros dirigentes que se referencian en Cristina Kirchner y que esperan con impaciencia que el jefe de Estado abra la discusión no sólo sobre la conveniencia de las PASO -muchos son escépticos respecto a los plazos para derogarlas- sino también sobre las candidaturas y otras definiciones políticas.
“Massa busca hacer equilibrio, pero cuando hace falta pone un piecito más cerca del kirchnerismo”, dijo un colaborador cercano a La Cámpora luego de la entrevista que el ministro le dio a El Destape, en donde además anticipó el anuncio de un programa más duro de fijación de precios por cuatro meses y dijo que los aumentos de las prepagas “no tienen explicación”, en coincidencia con Cristina Kirchner.
Cerca de Massa aseguraban en las últimas horas que el ministro “no quiso presionar” al Presidente con sus declaraciones y que sigue representando “una tercera pata” de la coalición, con identidad propia. Buscaban ahuyentar las lecturas que apuntaron a un Massa “kirchnerizado”. “No estamos en contra de nadie, estamos con la nuestra, que es la gestión económica. Porque es con los resultados económicos que ya empezamos a mostrar que nos ponemos competitivos para el año que viene”, dijo un colaborador del ministro.
Un funcionario kirchnerista que tiene buena llegada a Massa interpretó: “Hay un alineamiento temático de Massa con el kirchnerismo en esto. Hoy el massismo se siente como un actor político en alza y el Frente de Todos es una sociedad. Si el presidente del directorio, que viene a ser Alberto, no llama a una reunión, los otros accionistas no están siendo representados”. Y agregó: “No es inocente la no convocatoria a una mesa política de parte de Alberto. Él se empodera desde esa inacción”.
Reclamo y cálculo electoral
El kirchnerismo quiere que Fernández convoque a una mesa de conducción política lo antes posible. En la reunión del PJ bonaerense que tuvo lugar en la residencia del gobernador el lunes, Máximo Kirchner llegó a decir que, si es necesario, él se excluye de ese cónclave para lograr su concreción. Para nadie es un secreto la mala relación que tiene el Presidente con el líder de La Cámpora.
“La cuestión electoral la tenemos que empezar a definir ya. Porque como oficialismo tenés la administración del Estado y es ahora donde tenés que ver a dónde van los recursos del primer semestre del 2023. Hay provincias que el PJ puede perder, entre ellas Buenos Aires, si hay un voto útil entre las PASO y las generales”, advirtió un funcionario que integra la mesa del peronismo bonaerense.
El lunes, consultado sobre las PASO, en una entrevista en El Destape, Massa pidió que el Presidente llame “a la mesa política del Frente de Todos para fijar una única posición”. “No lo digo desde la cosa imperativa, lo digo desde la cosa inteligente; hay cosas que en la coalición las tenemos que discutir cara a cara en una mesa, a puertas cerradas”, agregó.
Enseguida, desde San Pablo, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, principal voz del kirchnerismo en el gabinete nacional, capitalizó los dichos del líder del Frente Renovador. Consultado por LN+, dijo: “Coincido con Sergio, es lo que venimos diciendo: que es la mejor forma que tiene una coalición, teniendo un ámbito de discusión interna. Cuando hay más ámbitos de discusión interna, se puede pensar mejor, se puede corregir, se puede analizar mejor. Hay ámbitos de discusión interna; quizás faltaría el ámbito formal”.
Aunque el kirchnerismo cada dos por tres se desmarca de la gestión económica con reclamos para distribuir y recomponer ingresos, cerca de Massa y de La Cámpora aseguran que la alianza entre el tigrense y el líder de La Cámpora sigue firme. “Uno acumula por izquierda y otro por derecha, pero ni cuando Máximo renunció a la presidencia del bloque se rompió”, dijo un funcionario que los conoce a los dos. De hecho, ambos estuvieron en contacto el fin de semana para analizar el impacto del triunfo de Lula da Silva en la Argentina. Con la vicepresidenta, Massa también sostiene “diálogo telefónico y cada tanto en el Senado”, dijo un colaborador del tigrense. El miércoles, el ministro de Economía defenderá el Presupuesto en la Cámara alta.
Cerca de Massa, en las últimas intentaban corregir las lecturas que se hicieron de la entrevista, para correrlo del barro de la interna. “Él sobre las PASO no se pronuncia ahora porque tiene una posición tomada desde 2013″, dicen cerca del ministro para transmitir -de forma tácita- que el tigrense es contrario a las primarias. El líder del Frente Renovador hace denodados esfuerzos para ubicarse como un gestor económico y disimular sus ambiciones electorales. Por eso busca instalar que no pelearía por la presidencia el año próximo debido a una cuestión familiar. Pero en el Palacio de Hacienda escuchan seguido a distintos consultores. El diagnóstico que tienen es que hay un fuerte descontento con el gobierno nacional, que no necesariamente se traduce en un entusiasmo con Juntos por el Cambio. Creen que el oficialismo puede estar “competitivo”.
Aunque él no lo quiera, el nombre de Massa está en los cálculos electorales de muchos de los dirigentes del oficialismo que consideran que si cumple la tarea de mejorar la economía y la vicepresidenta no se presenta a la contienda nacional, podría devenir en el candidato natural del espacio. “Si en marzo Sergio logra mejorar la economía y suma algunos votos más que el kirchnerismo, va a ser él. Nadie se lo va a preguntar”, admitió un funcionario cercano al titular del Palacio de Hacienda.
Y agregó: “Sergio no quiere ser el candidato del kirchnerismo, quiere ser jefe, no empleado. Pero no es momento todavía para eso. Recién en marzo o abril se verá cómo está la economía y si Cristina quiere jugar o no”.
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