El kirchnerismo despidió a Hebe de Bonafini y esparció sus cenizas en la Plaza de Mayo
Sin Alberto Fernández, Cristina y Máximo Kirchner, asistieron a la ceremonia los camporistas Larroque y De Pedro, el gobernador Axel Kicillof y un puñado de ministros nacionales y bonaerenses
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Las cenizas de Hebe de Bonafini, fallecida el último domingo a los 93 años, fueron esparcidas esta tarde en la Pirámide de Plaza de Mayo, en la antesala de una marcha en la que se “celebró la vida y lucha” de la titular de Madres de Plaza de Mayo, como definieron desde la organización. Junto a ellas se dejó un rosario que en su momento le entregó el Papa Francisco. La ceremonia inició a las 15.30 en el marco de la marcha 2328 que las Madres realizan desde 1977, para exigir respuestas por sus hijos, desaparecidos durante la última dictadura militar.
Las cenizas fueron esparcidas por otras integrantes de la asociación, cerca de donde fueron enterradas las de Azucena Villaflor, integrante de Madres desaparecida y asesinada durante la dictadura, en diciembre de 1977. Los restos de Villaflor están en la Plaza de Mayo desde diciembre de 2005, luego de que su cuerpo fuera identificado en julio de ese año, tras permanecer enterrado como NN en el cementerio de General Lavalle, durante casi 28 años.
Bonafini no solo fue recordada este domingo por quienes destacaron su lucha contra la dictadura y el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia, así como por aquellos que cuestionaron sus polémicos posicionamientos posteriores. También abrió otra grieta en el oficialismo, a partir de la dura respuesta que la cuenta de Twitter de la organización le dedicó al presidente Alberto Fernández, que más temprano había despedido a Bonafini por la misma vía.
“Con la partida de Hebe de Bonafini perdimos una luchadora incansable. Reclamando verdad y justicia junto a las Madres y Abuelas, enfrentó a los genocidas cuando el sentido común colectivo iba en otra dirección. Con enorme cariño y sincero pesar, la despido. Hasta siempre Hebe”, posteó Fernández. Horas después, desde la organización le respondieron: “Sr. Presidente, no se perdió nada, el legado de las Madres vive en el pueblo. Relacionar la lucha de nuestra Presidenta con otra organización es un insulto. Por suerte, Hebe hizo público todo lo que pensaba de usted”.
Por el hecho, tanto en el entorno del Presidente como en el kirchnerismo entendían que la reacción de parte de la organización había sido “desmedida”, pero buscaban contextualizarla en el marco de la radicalización que siempre tuvo la línea que encabezaba Bonafini y la “exacerbación” que podía haberse dado con el “dolor y lo difícil” del momento que atraviesan las personas cercanas a ella.
“Está claro que fue algo muy duro, por fuera de lo que fue un gesto correcto por parte del Presidente”, valoró un dirigente del kirchnerismo. “Es solo justificable desde el dolor que están atravesando internamente en la organización, pero el mensaje del Presidente fue correcto y está claro que no merecía una respuesta así”, completaban. En ese sentido hablaban de la “radicalización que siempre tuvo la línea [Bonafini]” más cercana a la ultraizquierda. “Ellos siempre fueron los más combativos y ahora están atravesados por lo sensible del momento”, agregó un funcionario kirchnerista, buscando justificar la reacción contra el mandatario.
Fernández no asistió a la celebración popular, así como tampoco lo hizo Cristina Kirchner. Quien sí estuvo fue el diputado Eduardo Valdés, definido por varios de los camporistas presentes como “el embajador de Alberto”.
La conmemoración, a la que asistieron militantes de derechos humanos de distintas organizaciones, tuvo una fuerte presencia de la agrupación liderada por Máximo Kirchner. El actual titular del PJ bonaerense no estuvo presente, aunque sí asistió la plana mayor de la agrupación, liderada por su secretario general, Andrés “Cuervo” Larroque, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
Mientras que De Pedro llegó avanzada la tarde, tras arribar de una viaje por Concordia, Larroque caminó junto a las Madres y el gobernador bonaerense Axel Kicillof, por los alrededores de la Plaza. Pese a su avanzada edad, las madres hicieron todo el trayecto por las calles Rivadavia, Bolívar, Yrigoyen y Balcarce, bajo un calor abrasador. Detrás de ellas se encolumnaron cientos de militantes autoconvocados, pero también los que llegaron junto a las columnas del Movimiento Evita, el Frente Popular Darío Santillán, Barrios de Pie y La Poderosa, entre otros. Larroque y Kicillof fueron acompañados por Lauro Grande, “el compañero histórico que fue enlace entre el Cuervo y La Cámpora con las Madres”, según definió un miembro de la organización.
Si bien no convocó, La Cámpora prestó apoyo logístico para la organización del evento a través de “La Patria es el otro”, una de sus líneas para este tipo de eventos.
También asistió buena parte del gabinete bonaerense -entre ellos, el ministro de Salud, Nicolás Kreplak-, además del senador Oscar Parrilli y el diputado Leopoldo Moreau.
Del Gobierno dijeron presente el ministro de Cultura, Tristán Bauer; el asesor presidencial Alejandro Grimson; el secretario Ricardo Forster; y la titular del Inadi, Victoria Donda.
Otros de los que asistieron y caminaron en medio de puestos de remeras, sandwiches y bebidas heladas fueron el exvicepresidente Amado Boudou; la exembajdora Alicia Castro, el legislador Hugo Yasky y el abogado especialista en causas de lesa humanidad Pablo Llonto.
La ceremonia se extendió por casi dos horas y tuvo lugar para distintas expresiones. Hubo una pequeña misa en la que se pidió “que Dios exalte para siempre a la querida Hebe”. En una esquina del Cabildo se repartieron flores que bajaban de a ramos de un camión, para que la militancia fuera a ofrendárselas a Bonafini.
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