El kirchnerismo, desorientado por el rumbo de Batakis y las señales confusas de Cristina
El silencio de los seguidores de la vicepresidenta se debe, en parte, a que no comprenden su aval a las primeras medidas de la ministra; las dudas crecieron tras la reacción comprensiva de JxC
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El silencio de la dirigencia kirchnerista ante las medidas económicas anunciadas por la ministra Silvina Batakis, con un sesgo fiscalista más pronunciado que el de su antecesor, Martín Guzmán, tiene su origen en dos causas concatenadas: el acuerdo que hizo Cristina Kirchner con Alberto Fernández y Sergio Massa para no empujar con sus cuestionamientos a una administración debilitada; y la desorientación que provoca entre los seguidores de la vicepresidenta que su jefa avale un ajuste de las cuentas públicas como salida para calmar a los mercados.
La desorientación de la tropa kirchnerista se agiganta cuando sus diputados y senadores constatan que sus pares de Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora, no salen en bloque a criticar el rumbo adoptado por Batakis sino que, en cambio, manifiestan cierta comprensión por medidas como el congelamiento de la planta permanente del Estado nacional. “Si ellos están de acuerdo, vamos a tener que hablar porque no me termina de cerrar”, comentó un legislador de pura cepa K tras comprobar la reacción de los cambiemitas.
Aunque no lo andan repitiendo en todos lados, también se extiende entre los distintos grupos del kirchnerismo -especialmente en La Cámpora y el Instituto Patria- alguna preocupación por las “señales confusas” que viene dando Cristina Kirchner desde que trascendió su reunión con el economista ortodoxo Carlos Melconian, de la Fundación Mediterránea. Para el peronismo clásico y su derivación kirchnerista, ese centro de pensamiento identificado con las ideas liberales está en las antípodas de su concepción ideológica. A tal punto, que la vice debió aclarar que el encuentro no significa adoptar esas recetas sino “escuchar a todos”.
La condición de “infalible” que la dirigencia y la militancia kirchnerista le otorgó como un plácet a Cristina no era vitalicia. Cuando ya transcurrieron más de dos años y medio de la gestión del Frente de Todos, no son pocos los que se preguntan si la jefa puede volver a fallar: “Ya eligió mal cuando lo designó a Alberto”, dicen por lo bajo, y recuerdan que el propio Máximo Kirchner le objetó a su madre la elección de un dirigente que había sido muy crítico de su segundo gobierno. El jefe de La Cámpora y el PJ bonaerense insiste ahora en que se debe reformular el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Batakis no da, por el momento, señales en esa dirección. Todo lo contrario: ratificó la continuidad del programa en su primera conferencia pública, el último lunes, tras un contacto con la directora del organismo, Kristalina Georgieva. Pero el Gobierno parece más dispuesto a escuchar a voces críticas en el plano económico: así podría interpretarse la presencia de Augusto Costa, un funcionario de estrecha confianza del gobernador Axel Kicillof, en la reunión con los supermercadistas que encabezó el ministro Daniel Scioli. Costa fue el arquitecto de Precios Cuidados durante la gestión de Kicillof como ministro de Economía de Cristina.
El salario básico universal
Aunque en forma incipiente, la propia Batakis tendría a estudio una propuesta para implementar, llegado el momento oportuno -que podría ser desde la primavera- un salario básico universal como el que reclama el ala izquierda del kirchnerismo, con Juan Grabois y el diputado Itaí Hagman como abanderados, pero con un formato más acotado. Sería una forma de calmar a los propios, que esta semana aparecerán en la escena pública con actos y movilizaciones como una forma de levantar la guardia ante lo que consideran un ajuste en marcha.
Convertido en el principal músculo sindical del kirchnerismo, Pablo Moyano fogonea por su parte la convocatoria a una marcha de la CGT para protestar por el daño que la inflación le provoca al poder adquisitivo de los trabajadores y contra los “formadores de precios”. En la antesala del encuentro de la mesa directiva de la central obrera, el delfín camionero advirtió que la ministra Batakis “le habló a los mercados y a los bancos, pero no al pueblo”. Habrá que ver, en el futuro, si se impone el Moyano más impetuoso o los jerarcas cegetistas que hasta ahora no le hicieron ningún paro a Alberto Fernández.
Pese al descontento de Pablo Moyano, un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que dirige el economista kirchnerista Hernán Letcher, concluyó en su último informe mensual sobre la evolución del empleo registrado privado que en abril “se generaron 27.969 puestos de trabajo” y se “acumularon 16 meses de crecimiento”. La idea de que la economía está desordenada por la inflación, pero que a la vez está dando señales de reanimación, es la que se habría impuesto en la decisión de Cristina avalar el sesgo fiscalista de Batakis, pese a que sus seguidores no encuentran la brújula que los ayude a seguir la dirección en la que se mueve la vicepresidenta.
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