El juez Rosenkrantz llamó a comprometerse con el derecho “sin preferencias políticas o ideológicas”
Dijo que los magistrados deben aplicar la “auto-restricción” para interpretar la ley; y dejar de lado la solución que les gustaría; lo hizo al hablar ante jóvenes profesores de Derecho en Bariloche
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En un discurso pronunciado en Bariloche ante jóvenes profesores de derecho, el juez de la Corte Carlos Rosenkrantz los impulsó a ”comprometerse con el derecho sin tamizarlo por sus preferencias ideológicas o políticas” y advirtió que “los jueces deben ser auto-restringidos” y no ser “creativos”, sino aplicar las leyes y “resistir la tentación” de decidir los casos según la solución que más les gustaría.
Rosenkrantz habló en el XIII Encuentro de Jóvenes Docentes de Derecho Constitucional organizado por la Asociación Argentina de Derecho Constitucional en San Carlos de Bariloche. Allí consideró que en la Argentina “la cultura jurídica se ha degradado”.
“Hemos dejado de tener entendimientos comunes, cánones interpretativos y marcos de entendimiento que nos permitan identificar con un alto grado de certeza lo que el derecho es y lo que el derecho ofrece y exige”, sostuvo Rosenkrantz y por eso reclamó a los jóvenes docentes “comprometerse con el derecho sin tamizarlo por sus preferencias ideológicas o políticas”.
Aunque advirtió que “ello, obviamente, no implica abandonar las aspiraciones de transformación; pero sí entender que es la política y no el derecho la arena adecuada para llevarla a cabo”.
“Yo creo que los jueces deben ser auto-restringidos”, remarcó Rosenkrantz y explicó lo que quería decir: “Los jueces no debemos ser creativos y estamos sujetos a la obligación de resistir la tentación de decidir los casos conforme a la visión que tenemos de cuál sería la solución que más nos gustaría y aplicar”.
En cambio, dijo que se debe aplicar “la solución prevista en las normas que nuestra comunidad se ha dado a sí misma”. Aunque reconoció que a veces no es claro cuál la solución prevista, ya que “el derecho es muchas veces opaco”, pero ello no implica que “no existan criterios para distinguir lo verdadero de lo falso”.
“En comunidades democráticas plurales como las nuestras, en las que tenemos desacuerdos profundos sobre qué cosas son importantes y cómo deben ser distribuidas, la única manera de forjar en conjunto un destino común es que los ciudadanos tomemos decisiones después de un debate informado, que a veces involucra negociaciones y concesiones, y que adoptemos un procedimiento ritual para consagrar nuestros acuerdos”, dijo el magistrado.
El expresidente de la Corte consideró que esas “decisiones, cuando respetan los límites que nos auto-impusimos, se convierten en derecho”. Es decir, que “las normas jurídicas son la expresión formal de que hemos decidido algo como comunidad” y por eso el juez debe determinar qué dicen esas reglas para casos concretos y cuándo las reglas son oscuras o imprecisas, “solucionar los casos de un modo consistente y armónico con las normas claras y conocidas de la comunidad”, según la ley o las tradiciones de la comunidad al interpretarla.
Rosenkrantz también sostuvo que al aplicar la “auto-restricción”, es decir fallar según la normas, los precedentes y su interpretación en la comunidad y no su parecer, el juez se libra de un problema: “la carga de decidir”, el peso de las consecuencias de su decisión.
“El modelo de un juez auto-restringido que considero apropiado para un estado democrático y constitucional sin duda restringe a los jueces —ya que no pueden decidir con discrecionalidad— pero también los aligera del peso de decidir. Permite a la magistratura descansar en las decisiones de quienes lo precedieron si esas decisiones son parte de una tradición consolidada. Y eso constituye un alivio, al menos para mí. Es un alivio porque en un sentido muy importante es la comunidad —y no uno— quien está decidiendo el caso”, aseguró.
Asimismo entendió que la manera de “hacer el cambio social estable” es “respetar el pasado”, ya que “la tradición de respeto por el pasado garantiza a un juez que, a su vez, será respetado por el porvenir. El respeto por el precedente es entonces la mejor manera que tiene un juez de hacer perdurar sus decisiones”.
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