El juego disruptivo de Facundo Manes: por qué desafía a Pro, el futuro de la UCR y su plan para sortear la tormenta
Tras la crisis por sus cuestionamientos a Macri, el médico mantiene su idea de competir por la presidencia en 2023 y no contempla irse de la coalición opositora
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Facundo Manes no solo mantendrá su proyecto para pelear en 2023 por la Presidencia, sino que redoblará la apuesta. Después de haber pateado el tablero de Juntos por el Cambio con sus críticas a la gestión de Mauricio Macri, a quien vinculó con tareas de espionaje ilegal y operadores judiciales, una jugada que provocó una fuerte reacción de Pro y dejó a la vista una división interna en la UCR por la estrategia para volver al poder el año próximo, el médico descarta un portazo y se alista para dar una batalla ideológica en la coalición opositora. Aferrado a su estilo provocador y su hipótesis de que la sociedad premiará a un emergente del “centro popular”, Manes intenta salir del barro. Aún bajo asedio, se siente fortalecido: presume que acumulará crédito social y ganará protagonismo en el universo de la oposición cuando pase el vendaval.
Con la crisis interna en JxC como telón de fondo, el médico se recluyó ayer en su despacho del séptimo piso de Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco). Se mantuvo hermético y optó por atender pocos llamados. En su círculo de confianza relatan que recibió mensajes de apoyo de varios referentes nacionales de la UCR e incluso de Pro. También lo contactaron representantes del oficialismo y exfuncionarios. Muestras de “empatía”.
Con la convicción de que su juego disruptivo le permitirá conectar con una sociedad crispada con la clase dirigente tradicional por la crisis económica y el traspié de las últimas gestiones -compite con Javier Milei en la fuente de los desencantados-, Manes ratifica su plan de posicionamiento para llegar a la Casa Rosada en 2023, pese a que un sector importante de la UCR le soltó la mano en el momento más crítico desde que dio el “sí” y aceptó ser candidato. No planea irse de JxC, pero estimulará el debate sobre cuál debe ser la relación con el Pro: “Varios radicales aún tienen el síndrome de Estocolmo”, diagnostican en el equipo de Manes. Al moverse sin ataduras, el médico se convirtió en un enigma para sus socios: ¿quiere romper a JxC para construir un polo anti-grieta con peronistas y progresistas?
Con sus desmarques públicos de sus aliados -a la hora de votar en el Congreso o tocar un tema tabú de la gestión de Cambiemos, como la bandera del “respeto a las instituciones”- pretende, aseguran fuentes cercanas al médico, trastocar la dinámica interna del espacio y que el radicalismo se convierta en un contrapeso del macrismo.
Al proyectar el escenario de las PASO, Manes sabe que no podrá seducir al ala dura de Pro, por lo que se aferra al leitmotiv de su salto a la política: ampliar hacia el centro y la izquierda a la coalición opositora con votos independientes que no comulgan con el macrismo o se desilusionaron, sectores populares y jóvenes. Su objetivo, dicen quienes lo frecuentan, es derrotar al kirchnerismo en los próximos comicios bajo el paraguas de JxC. “No tenemos un proyecto afuera de Cambiemos y vamos a ir hasta el final”, advierten.
Después de la crisis por su ataque contra Macri, a quien le pidió que “reflexione” y acusó de haber hecho “populismo institucional”, Manes optó por bajar el perfil y evitó referirse al comunicado del comité nacional de la UCR que impulsó Gerardo Morales, su contrincante en la pulseada por la candidatura presidencial del radicalismo, quien tomó distancia de los dichos del médico y pidió cuidar la unidad. Hoy, el diputado nacional de JxC reaparecerá en Córdoba, donde podría cruzarse unos minutos con Horacio Rodríguez Larreta, otro exponente del ala moderada, que necesita contener a la UCR y explora un acercamiento a Manes. Pese a los sondeos, el neurocientífico no se dejará atrapar por el larretismo.
Redoblar la apuesta
En el entorno del neurólogo no hay signos de arrepentimiento. Quedaron enojados por la virulencia del contragolpe de Pro y, sobre todo, desencantados por el pronunciamiento del comité nacional de la UCR, que activó Morales. Es que hace apenas un año y dos meses los popes radicales lo presentaban ante la sociedad como la gran esperanza blanca. ¿Era un proyecto para ir por la presidencia o un instrumento para negociar con el Pro? Esa es la pregunta que se hacen varios referentes del centenario partido por estas horas. “Me quieren quebrar psicológicamente”, les dijo el médico a quienes lo interrogaron durante las últimas horas.
El neurólogo niega que tensione con sus socios de Pro con el propósito de fracturar a JxC o porque especule que con una fragmentación del escenario político aumentarían sus posibilidades electorales. En cambio, entre sus contrincantes sobrevuela un fantasma: la discusión por la ratificación de la pertenencia a JxC en el pronunciamiento de la última convención de la UCR en La Plata. La oposición se mueve en un clima de desconfianza.
Quienes hablan con Manes dicen que quiere discutir una “idea de país” con el Pro y que comparte más políticas del gobierno de Macri que con el kirchnerismo. Por esa razón, remarcan, aceptó incorporarse a JxC. “El radicalismo está en JxC. Nosotros no nos vamos. Por ahí lo rompe el Pro para hacer una alianza con Milei o Patricia Bullrich porque no la dejan ser candidata”, deslizan, con tono socarrón.
En el círculo íntimo de Manes relativizan la polémica y el tenor de las críticas a Macri que desataron un nuevo cortocircuito en JxC. Entre los mentores de Manes sugieren que pecó de inexperto.
Malestar y sospechas
En su grupo político también minimizan el impacto del comunicado del comité nacional de la UCR. Piensan que el mensaje fue impulsado por Morales para desgastar la figura del médico o marcarle la cancha. “Hay mucho enojo con Gerardo. Era un momento para mostrar grandeza y el presidente del partido debería bancar a sus dirigentes”, despotrican fuentes radicales. En cambio, los leales a Manes se jactan de que la UCR bonaerense, el brazo político del partido en el distrito más populoso, salió a respaldar al médico.
En esa vertiente del centenario partido también le pasan factura a Martín Lousteau, quien intentó hacer equilibrio, firmó la carta de Morales y calificó de “error” la frase de Manes. “Lo entendemos desde su visión de supervivencia: necesita los votos de Pro y cuidar la relación con Macri porque compite en la Capital”, elucubran en la mesa que construye el proyecto presidencial de Manes.
Pese al desmarque de Morales y Lousteau, el neurólogo no acusa el golpe y descree del sostén dirigencial. “Nos vamos a preocupar porque nos suelta la mano un dirigente, sino cuando la gente no llene las plazas. Eso no está pasando y es lo que molesta”, se ufanan.
En la tropa del neurólogo se aferran a la creencia de que al médico lo atacan porque es una “amenaza” y altera los planes de sus adversarios internos. Manes, según relatan sus escuderos, sospecha que su presencia inquieta al sector de Pro que pretende mantener el statu quo en la coalición -es decir, el mismo esquema de 2015- y le genera un incordio a los radicales que anhelan compartir una fórmula con el larretismo.
Cuando falta un año para las PASO, Manes confía en que una porción mayoritaria del partido mantiene su vocación de poder y apuesta por disputarle al Pro el liderazgo de JxC. Frente a las críticas de sus detractores, Manes repite que quiere “renovar al radicalismo” y que la UCR vuelva a ser “un partido popular”.
Su plan
A diferencia de la mayoría de los jefes opositores, el neurólogo considera que el debate interno no lesiona la unidad. Pone como ejemplo a las coaliciones europeas. “El miedo es que si nos peleamos y discutimos ideas, el kirchnerismo avanza. Pero esto es al revés: el año pasado ganamos porque discutimos”, subrayan sus laderos. Quieren revisar “las deudas” de Macri, pero convivir en el mismo esquema de país. Consideran que JxC no debe ser un solo partido político, sino una coalición electoral de fuerzas.
Es más, los armadores de Manes analizan que el votante de JxC sintoniza “otro canal” y no lo penalizará por sus reproches a Macri. Al contrario, aventuran que el médico podría ganar centralidad y cosechar un mayor respaldo entre votantes independientes porque lo verán como un outsider que fue “víctima del sistema” o “la casta”, según Milei.
Confiado en su diagnóstico, Manes insiste que buscará ensanchar a JxC. Los canales de diálogo con Juan Schiaretti están abiertos, pero el pacto no prosperó. Ambos coinciden en que el país requiere de consensos para avanzar con políticas de Estado y darle sustentabilidad a un programa económico. En el entorno del neurólogo se quejan de los ataques que recibió por su reunión con el gobernador de Córdoba: “Macri sumó a Pichetto que garantizó los fueros a Cristina y no le dicen nada”, vociferan.
Para Manes, el sistema político va a apostar por un escenario polarizado en 2023. Pero él está convencido de que la sociedad se inclinará por una opción superadora a Macri o Cristina Kirchner y que, en ese virtual escenario, tiene un amplio espectro para crecer. “Esto es pasado versus futuro. No existe la avenida del medio: hay que construir algo por arriba. Y ahí tenemos una chance enorme”, se entusiasman los armadores de Manes. Cerca del médico especulan que Macri pretende ser candidato o condicionar a sus herederos en Pro.
Hace un año, Manes se resistía a postularse como diputado. Lo consideraba inconveniente para su meta final: llegar a la Presidencia. Desde Alfredo Cornejo hasta Ernesto Sanz y Morales lo visitaron en su departamento y lo empujaron a probarse en Buenos Aires para iniciar la instalación. Ahora, se siente mejor parado y con más armas para competir por la sucesión de Fernández. Descreído de las encuestas, bajó un mensaje a los suyos: “Yo soy un loco para el sistema, no me entienden. Si no soy presidente, sigo atendiendo pacientes en el consultorio y recorriendo el país”. Con mandato hasta 2025 en Diputados, Manes mantiene su proyecto.
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