El “juego de tensión”, la nueva normalidad que pronostica Alberto Fernández en la relación con Cristina Kirchner
El Presidente cree que las diferencias se extenderán, aunque considera que la vicepresidenta dio algunas señales para apaciguar la interna
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BERLÍN.– No habrá tregua. Tampoco un encuentro entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El Presidente aceptó que el debate a cielo abierto con el kirchnerismo es el nuevo “escenario normal”, que se extenderá en el tiempo y marcará los límites de la gestión.
Fernández leyó las repercusiones de sus críticas a Cristina Kirchner cuando todavía se encontraba en Madrid y masticó con amargura las interpretaciones. Las consideró injustas. En entrevistas con medios españoles, Fernández había expresado su preocupación por la “obstrucción” de las medidas impulsadas por el Gobierno y dijo que la vicepresidenta tiene una mirada “parcial” cuando traza un diagnóstico negativo de la economía porque pasa por alto el efecto de la pandemia. Para el Presidente, esas respuestas no significaban una escalada en sus diferencias con Cristina Kirchner sino respuestas a una inquisitoria periodística.
“Hablar de mirada parcial no es descalificatorio”, argumentó el Presidente a sus colaboradores y se quejó porque, a su entender, las palabras a favor de la vicepresidenta que aparecieron en las entrevistas habían sido pasadas por alto. De esa forma, el Gobierno buscó encuadrar las críticas que lanzó en medios españoles y que se convirtieron en la respuesta presidencial a la reaparición de Cristina Kirchner en el Chaco y sus cuestionamientos a la política económica.
En la evaluación del Presidente, el análisis de los últimos mensajes entre el kirchnerismo y el Gobierno se pasaron por alto señales que considera significativas. Una es que Cristina Kirchner omitió criticar el acuerdo con el Fondo en su aparición chaqueña. La otra, el mensaje de Máximo Kirchner del día siguiente, cuando afirmó que el debate con el Presidente debía darse “dentro” del Frente de Todos, es decir, sin ruptura.
“En el plan de vuelo no tengo una pelea en el frente”, enfatizó Alberto Fernández, en las conversaciones con la comitiva que lo acompañó a Europa.
“Nueva normalidad”
En la nueva etapa de las diferencias internas, el viaje a Madrid y Berlín marcó el inicio de la “nueva normalidad”, un escenario donde los cruces van a ser inevitables, pero con la expectativa de que los resultados económicos terminen por darle la razón.
“Por ahí en un mes me reconocen que estaban equivocados”, se esperanzó el jefe de Estado.
“Durante 10 años estuve marcando diferencias con las cosas que no me gustaban del gobierno de Cristina Kirchner. Pero no son dos modelos diferentes. Los dos queremos llegar a Mar del Plata, pero uno quiere ir por la ruta 11 y otro por la ruta 2.Tenemos diferencias. Yo no comparto que el déficit fiscal no hace daño. Tampoco comparto que la inflación no hace daño″, comparó Fernández, según reconstruyeron miembros de la delegación.
En la repaso de los últimos acontecimientos de la interna del Frente de Todos que hace Alberto Fernández, la relación con el kirchnerismo funcionó bien hasta el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. “Se sentían incómodos con la firma. Pero nunca me dijeron qué querían. Creo que tiene que ver con la estética, con el relato”, comentó el Presidente a sus colaboradores.
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