El gremio de Moyano tiene más de 280 propiedades repartidas por todo el país
Durante el kirchnerismo, compró sanatorios, hoteles, terrenos y edificios; niegan un acuerdo con el Gobierno
"Cuando Hugo empezó, Buenos Aires tenía apenas cuatro propiedades. Y hoy son muchísimas...", dice con algo de vanidad Pedro Mariani, un histórico dirigente gremial que se forjó a la sombra de Moyano desde los 80. Mariani digita desde hace años las delegaciones sindicales en el interior y es una voz autorizada para explicar el llamativo crecimiento inmobiliario de la Federación Nacional de Camioneros, que cuenta con unos 282 inmuebles repartidos estratégicamente por todo el país, según datos a los que accedió LA NACION.
La radiografía de propiedades incluye hoteles cinco estrellas, inmensos predios deportivos, sanatorios y oficinas. También posee edificios en zonas urbanas, terrenos descampados y playas de estacionamiento. Hasta cuenta con una emisora de radio en Río Negro y una vieja sala de cine en Constitución. Todo es de camioneros, todo es de Moyano.
Entre la red de propiedades surgen curiosidades que reflejan el poder adquisitivo del sindicato. En tiempo de sequía de dólares, Moyano es capaz de reunir una montaña de billetes verdes para quedarse con un inmueble. Sucedió el año pasado, cuando reinauguró la sede gremial de la delegación Chubut, por lo que se habrían pagado unos US$ 700.000. O cuando se creó la escuela de formación profesional con simuladores de manejo, con una inversión de US$ 2.000.000.
Más atrás, en 2004, le compró en casi tres millones de dólares al empresario Julio Raele, ligado a la UOM, unas 20 hectáreas en Camino de Cintura al 6300. Allí, a la vera de la ex Ruta Sol, se levanta hoy el Club Atlético Social Deportivo Camioneros, que participa en las competiciones de AFA.
"Todos los sindicatos del interior crecen gracias a la ayuda económica de la Federación y a los aportes de convenio colectivo", explica Mariani, que se ayuda con una revista del gremio para enumerar las obras. Es una suerte de edición homenaje por los 20 años de Moyano al frente de la organización. Mariani continúa y repasa inauguraciones en Tucumán, Mendoza, Córdoba y en el Sur. Hay algo en común: el auge de la construcción se dio en los últimos años, sobre todo cuando Moyano fue un aliado de la Casa Rosada, entre 2003 y 2011.
En el balance, la década kirchnerista debería ser sinónimo de bonanza para Moyano. En ese período, los camioneros multiplicaron su cantidad de propiedades y aumentaron sus afiliados. En 2003, contaba con 53.000 adherentes y hoy supera los 200.000, según se precisa en el libro Breve historia del sindicalismo argentino , de Santiago Senén González y Fabián Bosoer, y en los registros del gremio. Cada afiliado aporta el 3,5% de su sueldo en concepto de cuota sindical.
Más afiliados
Mucho tuvo que ver en el imperio sobre ruedas una reforma estatutaria convalidada por el Ministerio de Trabajo en marzo de 2003. El cambio le permitió al gremio de camioneros ampliar las funciones del sector y afiliar a trabajadores de otros rubros. Así se reabrió la aún vigente batalla por el encuadramiento.
Desde camioneros, echan por tierra la hipótesis sobre la complicidad del Gobierno para favorecer el crecimiento del gremio. De manera unánime, los dirigentes dan el mérito absoluto a la capacidad de gestión de Moyano y a la militancia gremial.
"La alianza con el Gobierno no fue fundamental. Para nada. Con todo en contra, se siguen inaugurando obras", dice un hombre que conoce los movimientos del sindicato.
Mariani también intenta convencerse de la autonomía camionera. "Nada tuvo que ver el Gobierno en el crecimiento porque nunca hubo un aporte directo de dinero", se justifica. Y Jorge Taboada, el líder camionero en Chubut, cuenta a LA NACION: "Todo se hizo con recursos de los trabajadores. Moyano nos dio a las provincias el manejo de la recaudación. Eso nos permitió crecer".
Desde el Gobierno, en cambio, todavía se lamentan de haber colaborado en magnificar el poder de quien es hoy uno de los referentes de la oposición. Hay dos autocríticas que suelen escucharse con frecuencia.
Una es haber creado el régimen de fomento de la profesionalización del transporte de cargas (Refop), que compensaba a los empresarios del sector con una devolución de lo pagado por contribuciones patronales a la seguridad social. Este subsidio, que favoreció a Moyano, se canceló por decreto en mayo de 2012, cuando el enfrentamiento entre el jefe camionero y el kirchnerismo ya era abierto. La otra autocrítica es en lo relativo a las afiliaciones sindicales. La vicejefa del Ministerio de Trabajo, Noemí Rial, lo admitió alguna vez: "Me pregunto si el rol del secretario general de la CGT es hacer de «Pac-Man» con relación a otros sindicatos y a otros afiliados".
En camioneros hay quienes afirman que son muchísimos más que 282 los inmuebles propios. Algunos están a nombre de la federación, otros del sindicato y en algunos casos de la obra social o de la mutual. "Me animo a decir que por lo menos hay cien más", dijo una fuente.
El flujo de caja del sindicato es tan intenso que ni siquiera hay una explicación para grandes movimientos. LA NACION comprobó que el 10 de septiembre pasado, el sindicato retiró en efectivo 4.411.314 pesos de la sucursal 1 del Banco Provincia. El monto provenía de un plazo fijo. Cuando se consultó sobre el destino del dinero, dos altas fuentes del gremio minimizaron el hecho. "La cifra no es tan significativa. Tal vez fue para cancelar pagos de la obra social."
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