El Gobierno votó en contra de Nicaragua y suspendió una inauguración de Daniel Ortega
Junto con Colombia, se opusieron a la oficialización de una sede en Managua del Banco Centroamericano de Integración Económica
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En otro capítulo de la oscilante y polémica relación diplomática con Nicaragua, Argentina se sumó días atrás a una iniciativa de distintos países que impidió al cuestionado gobierno de Daniel Ortega inaugurar una nueva sede del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) en Managua.
Fuentes de la representación argentina en ese banco (comparte silla con Colombia) confirmaron a LA NACION que Argentina se opuso a la inauguración del nuevo edificio, prevista para el próximo miércoles. “Es una suspensión debida a que el edificio no está terminado. Algunos países querían inaugurar una parte y nos opusimos”, explicaron las fuentes.
Además de Argentina y Colombia, se opusieron Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, España, México, Taiwán, y Corea del Sur, mientras que solo Nicaragua y Honduras -sede central del BCIE- proponían inaugurar una parte.
El director argentino en el BCIE, Maximiliano Alonso, responde al secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Beliz, quien dentro del Gobierno integra una línea cercana a los Estados Unidos, junto al embajador en Washington, Jorge Argüello.
Más allá de las explicaciones de los funcionarios, la decisión aísla aún más a Ortega, cuestionado por obtener su reelección el 7 de noviembre pasado en comicios donde siete candidatos opositores estaban exiliados o encarcelados por el régimen.
En relación a Ortega, los gestos del Gobierno fueron ambiguos. Desde el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el embajador Federico Villegas se viene sumando a las condenas surgidas de informes del Alto Comisionado que encabeza Michelle Bachelet, sobre todo en relación a la persecución a opositores. Sin embargo, en la OEA, el embajador Carlos Raimundi repite los principios de “no injerencia” y se abstiene de condenar al régimen sandinista. En el medio, el embajador en Managua, Daniel Capitanich, regresó recientemente a su puesto diplomático, del que había sido retirado para consultas en junio y en una movida conjunta con México.
Enojado con la Argentina por su postura, Ortega ordenó en septiembre no votar a Fernández para presidir la Celac, aunque luego de ese episodio los vínculos mejoraron con el regreso de Capitanich y la abstención en algunos organismos internacionales. En las últimas horas Ortega -que se viene acercando a China- rompió relaciones con Taiwán, otro de los países que le impidió inaugurar el banco y dar otro gesto de fortaleza política.
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